El Martinismo Y La Orden Kabalística De La Rosa+Cruz
Jean-Louis de Biasi



Desde el siglo XVIII°, el Suroeste de Francia ocupa un lugar importante en el mundo hermetista. Fue el lugar de nacimiento de famosas corrientes religiosas resultantes del gnosticismo, de Altos Grados masónicos y de varias escuelas Rosa+Cruz y kabalísticas.
Esta región, continuó siendo una cantera inevitable del origen de sociedades iniciáticas occidentales.
En lo que concierne a la Rosa+Cruz, su nacimiento surgió en Alemania, pero se recuerdan los carteles colocados en París que pudieron ver un buen número de individuos en el sendero de la iniciación. Nacida en medio de la reforma alemana, desarrolló un enfoque simbólico, místico, alquímico y a veces mágico. Vemos muestras claras en los textos de referencia que permanecen: Las Bodas Químicas de Cristian Rosa+Cruz y el Manifiesto Rosa+Cruz (Fama y Confessio Fraternitatis).
Con certeza esta corriente existía en el Suroeste de Francia. El vizconde Luis-Carlos-Edouard de Lapasse (1792-1867), médico y esoterista, fue su animador en Toulouse hacia 1850. Los temas hermetistas y ocultistas eran corrientes en esta región y la naturaleza de los escritos de Lapasse es certificada por el esoterista Simon Brugal (su verdadero nombre era Firmin Boissin que vivió de 1835 a 1893). Las corrientes Rosa+Cruz de esta región permitieron el encuentro entre la tradición mística y simbólica alemana y las corrientes hermetistas mediterráneas. Eso explica la orientación egipcia que tomó Spencer Lewis cuando fundó la AMORC después de haber sido recibido en un círculo Rosa+Cruz en Toulouse. La Rosa+Cruz de la que hablamos estaba, por su aporte de hermetismo, orientada más hacia la ritualidad operativa, la alquimia, la astrología y a una determinada forma de teurgia.
La Rosa+Cruz era ciertamente independiente de la Francmasonería, pero sus miembros estaban activos en la mayoría en los distintos grados. Crearon distintos grupos de tendencias hermetistas, kabalísticas y egipcias. Por prudencia, el corpus entonces estudiado y practicado no fue revelado como tal al público. Encontramos los trazos en los ritos masónicos de Altos Grados del siglo XVIII° y en los escritos de Lapasse y Jollivet Castelot.
Los historiadores y escritores, testigos del trazado exterior de estas corrientes, pudieron situar algunos de estos elementos. No obstante no han sabido ver siempre las relaciones entre ellos ya que uno de los aspectos importantes permanece en el contacto directo entre los iniciados y su voluntad de transmitir sus investigaciones y conocimientos. La Orden Kabalística de la Rosa+Cruz se sitúa en esta continuidad y ella es una de las raras excepciones en haber conservado una parte importante de sus ritos y prácticas internas.
El Marqués Stanislas de Guaita leyó en 1.884 el libro escrito por Joséphin Péladan "El Vicio Supremo" ("Le Vice Suprême"). Atraído por la mística de Péladan entró en contacto con él, pero también con su hermano Adrian Péladan, que estaba vinculado a una Orden Rosa+Cruz de Toulouse dirigida por Firmin Boissin. Fue a través de estos contactos que recibió la transmisión de la corriente hermetista de la Rosa+Cruz, una gran parte de su enseñanza y una misión. Tuvo la carga de reunir en una Orden la auténtica iniciación Rosa+Cruz, con una formación teórica de calidad centrada en las ciencias tradicionales y en los autores clásicos así como en un planteamiento ritual preciso, serio y riguroso.
El único aspecto que debía seguir siendo visible era la enseñanza, y los estudios hasta ese momento fueron un poco descuidados en estos grupos ocultos.
Inmediatamente después de esta formación y transmisión, Stanislas de Guaita, entonces muy joven, escribió varios libros ocultistas. En 1888, Stanislas de Guaita, de 27 años de edad, funda "La Orden Kabalística de la Rosa+Cruz", dirigida por un Consejo Supremo compuesto de doce miembros, de los cuales seis de ellos seguirían siendo desconocidos "de tal manera que la Orden pudiera resucitar en caso de deceso".
Esta fecha no fue elegida por azar. La Fraternidad de la Rosa+Cruz de Oro alemana originaria seguía un ciclo de 111 años. Su sistema de grados se había reorganizado en 1.777. Stanislas de Guaita, según las directivas recibidas, exteriorizó la Orden 111 años después, en 1.888 como dijimos más arriba.
Entre los miembros conocidos podemos notar a: Stanislas de Guaita, como primer Gran Maestro; PAPUS (Gérard Encausse) restaurador del Martinismo; Joséphin Péladan que se separó en 1.890 para fundar su propia Orden de la Rosa+Cruz, esencialmente centrada en la investigación estética.
La O.K.R+C atrajo inmediatamente a los ocultistas europeos más influyentes de este tiempo como: Paul Adam [1862-1920], Jollivet-Castelot, August Reichel, el Abad Alta [cuyo verdadero nombre era Calixte Mélinge (1842-1933), cura de Morigny, en la diócesis de Versalles, que sustituyó a Péladan], Francois-Charles Barlet [seudónimo de Albert Faucheux 1838-1921] uno de los fundadores de la sociedad teosófica en Francia, Marc Haven [Dr. Lalande, 1868-1926 ], Edouard Blitz, August Strindberg [1849-1912], Gabron y Torón, Victor Blanchard [Sar Yesir, ¿?- 1953 ], Spencer Lewis, Lucien Chamuel, Paul Sedir (Yvon Le Loup) [1871-1926], Pierre Augustin Chaboseau, Maurice Barrès, Emile Victor Michelet [1861-1938] y muchas otras figuras muy conocidas.
Papus, testigo y participante del nacimiento de otras corrientes Rosa+Cruz de origen británico (Golden Dawn), escribió con respecto a la Orden Kabalística de la Rosa-Cruz:
"El movimiento Rosa+Cruz habría continuado en silencio, o al abrigo de otras organizaciones iniciáticas, si ocultistas extranjeros no hubieran pretendido el arrancarlo de Francia - lugar de elección de las tradiciones occidentales - su origen, para involucrarlo en un movimiento que debía cambiar el eje de gravitación del esoterismo, y colocarlo fuera de París [...] Habría sido un sacrilegio dejar destruir la obra de los Maestros de occidente. Por eso se decidió en primer lugar que se emprendería un movimiento de difusión, destinado a seleccionar por el trabajo y el examen, a los iniciados capaces de adaptar la tradición esotérica al siglo que iba a abrirse".
Paradójicamente se saben muy pocas cosas sobre la Orden. Sus rituales permanecieron para la mayoría desconocidos e incluso a veces se dudó de la naturaleza de su estructura iniciática.
Sobre su aspecto más conocido, el del estudio y la formación, se estudiaban en esta Orden las obras de Eliphas Lévi, Bulwer-Lytton [1803-1873], Fabre d`Olivet, Wronsky, Jacob Böhme, Emmanuel Swedenborg, Martínez de Pasqually y Louis-Claude de Saint-Martin. Todos fueron grandes místicos y esoteristas, contribuyendo a la difusión del conocimiento y la espiritualidad.
Las generaciones de ocultistas franceses, europeos que han perpetuado las tradiciones iniciáticas y los misterios de Occidente, fueron grandemente influidos por esta extraña escuela. Fue el caso por ejemplo de Saint-Yves d`Alveydre [1842-1909] y su concepto de "Sinarquía", o también el de Rudolph Steiner.
La Orden Kabalística de la Rosa+Cruz fue continuo inspirador de las corrientes espirituales occidentales. Es interesante observar que la mayoría de los representantes de la Orden recibieron la misión de crear una escuela que estuviera vinculada de manera invisible con la tradición madre.
Nos encontramos de cara ante una paradoja que nos coloca ante la más pura tradición de Occidente: una visibilidad esencialmente cultural y espiritual de la Orden, un secreto sobre los ritos perfectamente conservado por los iniciados y un aprendizaje clásico y ritual de gran calidad.
Con este espíritu es que se concibió la Orden y que siguió perpetuándose, a la vez a nivel exterior e interior u oculto, en el Seno del Colegio Invisible de los seis Hermanos de la Orden y el Patriarca Rosa+Cruz que dirige a este grupo.
Los Grandes Maestros exteriores de la Orden después de Guaita fueron:
" François Charles Barlet (Albert Faucheux) [de 1897 a ¿ ?]
" Gérard Encausse (Papus) [de ¿? a 1916]
" Charles Detre (Teder) [de 1916 a 1918]
" Jean Bricaud (en 1922 Bricaud crea una Sociedad ocultista internacional, con el médico Joseph Ferrua relacionado con Jollivet-Castelot.)

Es interesante comprender cómo funcionaban esta representación y sucesión. El Gran Maestro exterior era un representante público de la Orden que actuaba bajo el control de la Orden interior y el Patriarca Rosa+Cruz era la verdadera dirección oculta de la Orden. Este representante exterior no estaba autorizado a revelar ninguna cosa por iniciativa propia. Este método de funcionamiento es en parte explicado en las obras de Fabre d'Olivet.
Hasta Bricaud, el Patriarca Rosa+Cruz era al mismo tiempo el Gran Maestro de la Orden exterior.
Después la Orden exterior cesa de existir como tal. La transmisión de Gran Maestro no es ya más que honoraria y queda asociada a algunas responsabilidades en la francmasonería egipcia, el martinismo o el gnosticismo. Es fácil darse cuenta ya, que los personajes a los que se refieren a este respecto no tuvieron nunca el conocimiento de la iniciación y los ritos internos de la Orden. Constant Chevillon y Robert Ambelain fueron los únicos en recibir algunas apreciaciones y técnicas resultantes de la Orden interior y fueron también autorizados a ponerlos en práctica con la creación de las Órdenes de las que ellos estaban a cargo.
En cuanto a la Orden Interior, la sucesión ininterrumpida siempre fue transmitida con la misma cuidada exigencia de la Orden Rosa+Cruz de origen y en la región que había sido el crisol del hermetismo Rosa+Cruz: el Suroeste de Francia.
Jean Bricaud, entonces a la vez Patriarca Rosa+Cruz y Gran Maestro exterior de la Orden, transmitió el cargo oculto a Luis-Marie François Giraud (1921), religioso que desempeñó un gran papel en el desarrollo de la Iglesia Católica Galicana. Jean Brouillet fue su sucesor, luego Patrick Truchemotte, el último Patriarca Rosa+Cruz en activo. Fue en 1.988, tras una reunión martinista en su presencia, que volvió a poner su herencia oculta y algunos objetos rituales que señalan esta transmisión al que iba a asumir este cargo, el nuevo Gran Patriarca Rosa+Cruz.
Los objetos martinistas y Rosa+Cruz volvían de nuevo a iluminar el altar de los Maestros pasados de la Orden.
Pero aún no era el tiempo de reactivar la Orden. El ciclo de 111 años debía respetarse y aplicarse. En 1.999, la Orden interior podía reanudar sus trabajos ocultos que deben desarrollarse durante 7 años. El primer período de cuatro años se destinó a despertar el hermetismo occidental y a hacer manifestar su presencia como antes.
La Orden Kabalística de la Rosa+Cruz, de nuevo vivificada por la contribución hermetista, Rosa+Cruz y martinista, puede ahora abrir sus Capítulos para comenzar sus trabajos tal como está previsto en 2.006, resultado tradicional de su exteriorización.
En resumen esta es la historia de esta importante escuela iniciática. El lugar que ocupa el Martinismo en su seno es poco conocido y por ello nos parece interesante abordarlo también aquí. Esto arrojará una luz suplementaria acerca del Martinismo original y sobre la forma en que las primeras Órdenes Martinistas fueron organizadas.
El Martinismo en la Orden Kabalística de la Rosa+Cruz
Unos meses después de crear la Orden Kabalística de la Rosacruz, más de ochenta años después de la muerte de Saint-Martin, Papus y Chaboseau, ambos miembros de la dirección de la Orden, descubrieron que habían recibido una filiación que se remontaba al célebre teósofo de Amboise.
Papus afirmó que había sido iniciado en 1.882 en el grado S.I. "Supérieur Inconnu" por Henri Delaage, quien ostentaba tener un lazo directo con Saint-Martin mediante el sistema "de las iniciaciones libres". En cuanto a Chaboseau, su filiación le habría sido transmitida por su tía Amélie de Boisse-Mortemart. Ambos decidieron iniciarse mutuamente e informaron inmediatamente a los demás responsables de la Orden. Papus y Chaboseau confirieron esta filiación esencialmente espiritual de Louis-Claude de Saint-Martin a la Orden Kabalística de la Rosacruz. Como declaró Delaage, esta transmisión estaba materializada sólo por "dos cartas y algunos apuntes".
Inmediatamente consciente de la riqueza de esta herencia, la Orden dio cuerpo a esta transmisión asociándo la iniciación del " Philosophe Inconnu" al sistema masónico de H.-T. de Tschoudi. Más tarde, esta ceremonia del "Supérieur Inconnu" se convirtió en el grado preliminar de la Orden. La versión masónica que era en el origen esencialmente simbólica fue, de este modo, activada por los conocimientos operativos de los miembros de la Orden. La Estrella Flameante pudo volver a irradiar plenamente de nuevo.
A partir de este momento, todo nuevo miembro de la Orden Kabalística de la Rosacruz primero debía ser recibido Supérieur Inconnu, Adepto de Saint-Martin.
Este primer grado de S.I. constituye el fundamento moral y espiritual de la Orden. Es la condición previa.

Como hemos visto a lo largo de esta obra, Louis-Claude de Saint-Martin fundó una "petite école à Paris" (pequeña escuela en París), unos años después de la muerte de su maestro Martínez de Pasqually. Esta sociedad (comunidad) tenía como meta la espiritualidad más pura. Integró las doctrinas de Martínez a las suyas e instauró como único grado el de S.I.. Este título era una recuperación de la denominación distintiva de la dignidad suprema de los miembros del Tribunal Soberano de la Orden de los Elus-Cohen.
En la mayor parte de las sociedades secretas, la iniciación se hacía por grados. Sin embargo, Saint-Martin eligió instaurar una transmisión ante todo moral y espiritual. Se trataba de recibir la llave que abre la puerta interior del alma por la cual el hombre se comunica con las esferas del Espíritu. Este nivel de preparación y compromiso no requería ninguna otra condición, ningún intermediario. Sólo se requieren una manifestación del deseo, un compromiso del alma y un despertar de la voluntad recta.
Los principios eran a la vez idénticos y diferentes a los de la Orden de los Elus-Cohen. Las técnicas y las preparaciones ritualísticas, por ejemplo, siempre han sido relativamente sencillas en la escuela de Saint-Martin. Consideraba que la preparación era el resultado de la vida que uno lleva interna y externamente. En esta vía mística, a diferencia de ciertas etapas mágicas y teúrgicas, es nuestro trabajo interior diario, nuestra "actitud moral de pureza" la que hace de preparación. Esto significa que todas las preparaciones ritualísticas son inútiles para aquél que no observe esta actitud interior... Es la única condición al acercamiento a una verdadera pureza interior.
Por esta razón es por la que la Orden Kabalística de la Rosacruz siempre ha considerado este grado como condición moral previa a la formación emprendida. Pues no era necesario, en este caso, hacer de ella una Orden.
Esta primera etapa de S.I. es pues fundamental y paradójicamente no necesita más que una formación teórica mínima. Este estado es espiritual y constituye una actitud interior indefectible. ¿Cómo imaginar que hace falta estudiar kábala, teología o cualquier otra ciencia para comprometerse moralmente con tal actitud interior?. El intelectual no tiene nada que ver con este tipo de toma de consciencia. La formación es de otro Orden, está encaminada a grados y etapas diferentes.
He aquí lo que fue la Orden Martinista en los orígenes. Hizo falta esperar a Papus y a sus sucesores para que naciera una voluntad de hacer del martinismo una Orden estructurada en grados, que conducen a la única iniciación transmitida por Saint-Martin.
Unos años más tarde, en 1.891, la Orden Kabalística de la Rosacruz pidió a Papus que desarrollara la Iniciación de Supérieur Inconnu bajo la forma de una Orden exterior cuyo papel esencial sería la espiritualidad y la Caballería Cristiana. Papus eligió estructurarla según la escala masónica de tres grados. La única y real iniciación fue evidentemente la última, la de S.I. (Supérieur Inconnu). Ninguna ambigüedad en la misión confiada a Papus. Se trataba de permitir al mayor número de personas descubrir el pensamiento de Saint-Martin y emprender la actitud moral representada en la más pura forma de Caballería Cristiana.
Esta estructura dio cierto carácter perenne a la Orden Martinista que continuó desarrollándose después de la muerte de Papus y ramificándose según la vicisitudes de su historia.
Por su parte, la Orden Kabalística de la Rosacruz, fiel a su método, continuó aceptando en su seno a los candidatos que previamente han recibido ya la iniciación de Supérieur Inconnu o bien se la transmitía según la forma original como condición previa a la formación emprendida en su seno.


 

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