Los cruzados
medievales no sólo propagaron la fe cristiana entre la población
de Oriente Próximo, sino que también perpetuaron su herencia
genética. Unas marcas específicas de ADN propias de los habitantes
de Europa Occidental han sido halladas entre cristianos del Líbano,
lo que ha permitido trazar por primera vez el itinerario genético
de una de las migraciones más singulares de la historia.
La investigación ha sido realizada en el marco del Proyecto Genográfico,
impulsado por la revista "National Geographic" en 2005 con la
idea de ir describiendo el itinerario de la especie humana a lo largo del
tiempo y del planeta. En el estudio, dirigido por Spencer Wells, han participado
dos investigadores españoles, David Comas y Jaume Bertrán,
del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universidad
Pompeu Fabra, de Barcelona. A diferencia de lo que normalmente ocurre en
el análisis de la información genética de la población
autóctona de un país, que puede presentar diferencias en función
de divisiones geográficas, en el caso del Líbano se han encontrado
variaciones según la religión.
Cromosoma "Y"
Los hombres musulmanes presentan una mayor presencia de una determinada
característica en el cromosoma "Y" (haplogrupo J1) mientras
que el mismo cromosoma ofrece una viariante más repetida entre los
cristianos (haplogrupo WES1).
Según las conclusiones del estudio, publicado en "American Journal
of Human Genetics", el trazo genético de los musulmanes derivaría
de la inmigración producida desde la Península Arábica
en los siglos VII y VIII, que introdujo el Islam en toda esta zona de Oriente
Próximo. Por su parte, quienes profesan la fe cristiana deben parcialmente
su herencia genética a los cruzados que llegaron entre los siglos
XI y XIII. Ello muestra que la religión ha tenido una fuerte influencia
en actuales variaciones de la línea familiar genética y al
mismo tiempo identifica acontecimientos históricos que explican esta
situación poco habitual. De todos modos, como precisan los autores,
las diferencias entre unos y otros son mínimas, y ambos grupos comparten
un linaje abrumadoramente común.
La investigación se centró en el Líbano por tratarse
de un país que bien podía recoger en su población los
vaivenes históricos de las distintas influencias migratorias. Se
analizó la personalidad genética de 926 varones, cuyas familias
han vivido en el Líbano al menos durante las tres últimas
generaciones.
Comparado con especies próximas, el hombre muestra pequeña
variación genética, a pesar de que presenta una mayor población,
tanto en la actualidad como en los siglos precedentes, y de su mayor distribución
geográfica. Y esas limitadas variaciones pueden ser explicadas en
la mayoría de los casos por factores geográficos.
De generación en generación
La opción por el sexo masculino se debe a que el cromosoma "Y",
propio del varón, supone un paquete de material genético que
es pasado de padres a hijos de forma casi inalterada, como ocurre con el
apellido. Al cabo de muchas generaciones, el cromosomo acumula pequeños
cambios o copia errores en su secuencia del ADN, pero aún así
es extramadamente útil para indagar en el pasado. Los cromosomas
Y se pueden clasificar en diferentes grupos, llamados halogrupos, que reflejan
en gran medida sus ancestros.
A la hora de rastrear la herencia europea, el estudio ha tenido en cuenta
carecterísticas genéticas específicas de las herencias
masculinas en Francia, Alemania, Inglaterra e Italia, que son los países
originarios de donde llegaron los principales grupos de cruzados al territorio
que hoy es el Líbano, entre la primera cruzada, que partió
de Europa en 1096, hasta la sexta, que comenzó en 1228. Ese haplogrupo
ha sido denominado WES1 (siglas en inglés de Europeo Occidental Específico)
y normalmente sólo se encuentra entre la población oriunda
de los países del oeste de Europa.
En la población cristiana
Según el profesor Spencer Wells, estas marca cromosomática
"parece haber llegado de Europa y se encuentra mayormente en la población
cristiana" del Líbano. "Mirando el conjunto de datos -indicó
en declaraciones a la BBC-, vemos un similar enriquecimiento de linajes
proveniente de la Península Arábica en la población
musulmana, que no es tan frecuente entre los cristianos". "Esto
es extraño, porque normalmente no vemos este tipo de estratificación
por religión cuando miramos los linajes, particularmente en hechos
de inmigración", señaló el director del Proyecto
Genográfico, cuyos centros regionales ya han tomado muestras de material
de 31.000 personas en todo el mundo.
Para el profesor Pierre Zalloua de la Universidad Americano-Libanesa de
Beirut, que también ha participado en la investigación, "la
meta del estudio era aplicar la ciencia a la historia del Líbano,
que es muy rica. El hecho de que vinieran esas grandes civilizaciones, con
la expansión islámica y la inmigración europea, dejando
no sólo sus genes sino al mismo tiempo algo también de sus
culturas y sus formas de vida, no puede más que enriquecernos".
El Líbano tiene hoy algo más de cuatro millones de habitantes.
Históricamente fue conquistado por Asiria, Babilonia, Persia y Roma,
y fue visitado por egipcios y griegos. Tiene una población con gran
variedad étnica y religiosa, con varias confesiones cristianas, como
los maronitas, los ortodoxos y los católicos.