Papus
¿Por qué nos figuramos que una sola existencia terrestre es
lo suficientemente larga para determinar nuestro futuro espiritual?
Porque tenemos una noción humana del tiempo. Un día nos parece
muy corto, sin embargo, hay seres para los que este lapso es suficiente
para que nazcan, vivan, luchen, sufran, gocen o mueran.
Pero, ante el Ser Eterno, los 60 u 80 años de una existencia humana
terrestre son como un segundo para nosotros.
El corazón humano late a razón de 60 veces por minuto, es
decir una por segundo. En un minuto el ser humano respira 20 veces, por
término medio.
Cualquier jornada humana está marcada por un periodo de vigilia y
otro de sueño. Tales son los principales elementos del tiempo humano.
La Tierra, que también es esotéricamente un ser vivo, posee
una noción personal del tiempo.
Una rotación terrestre completa, que exige veinticuatro horas, permite
a la Tierra el hacer una inspiración de fluido solar, y durante este
tiempo, el corazón terrestre, bajo la acción de las mareas,
ha tenido una pulsación de ascenso y descenso.
Una hora para la Tierra corresponde a un día para el hombre.
Un día terrestre está marcado por el paso de la Tierra de
una línea a la otra, o por una revolución lunar completa.
Esto hace un mes para el hombre.
Un mes terrestre comprende cuatro fases: primavera o mañana de la
Tierra. Verano o mediodía de la Tierra. Otoño o tarde de la
Tierra y finalmente, Invierno o noche de la Tierra. El mes de la Tierra
corresponde, por tanto, a un año del hombre (...).
Un día para el hombre es un minuto para el Sol.
Un mes para el hombre es una hora para el Sol.
Un año humano es un día del Sol y una noche de los dioses.
Finalmente, un año de Sol corresponde a 360 años humanos y
forma la unidad del año divino.
Los hindúes han calculado los tiempos de manera aún más
considerable.
El año solar comprende, lo hemos dicho, 360 años humanos,
y este número da el año divino.
Un día y una noche de Brama comprende el doble, es decir 14.000 años
divinos, esto da la enorme cifra de 311.040.000.000.000 años humanos.
¡Y sin embargo, este inmenso número de años humanos
representa simplemente un abrir y cerrar de ojos para Vichnú!
Se ve inmediatamente lo que representan los 80 años de un hombre
para un ser de la "categoría" de Brama, y estos seres existen.
Cada uno de estos periodos está acompañado por transformación
de continentes planetarios, cuyo detalle sería interesante, pero
saldría completamente de nuestro objetivo.
La Ley de Reencarnación enseña la paciencia. Tenemos suficiente
tiempo por delante de nosotros para apurarnos.
Lo importante es actuar bien en cada una de las existencias, y terminarlo
todo adecuadamente, por que si no estaremos obligados a venir a concluir
lo inconcluso en una existencia ulterior.
No se puede fijar un término a la reencarnación, como no es
posible fijárselo a la vida humana.
Hay seres Humanos que pasan dos años sobre la Tierra, antes de volver
a prtir y otras pasan cien años.
De manera similar, hay espíritus que se reencarnan inmediatamente,
después de haber muerto, y otros que esperan 1000 años para
hacerlo, existiendo todos los periodos intermedios.
Resulta, por tanto, inútil el fijar fechas, y los que aseguran que
pasan 1500 años antes de volver a encarnarse, cometen un error, del
que se darán cuenta más tarde.
He podido ver un niño que era la reencarnación de su abuelo,
que solía decir, en su anterior existencia: "Después
de mí, el fin del mundo". Y vino, como nieto, a recoger los
intereses de los sufrimientos que había causado a su familia anteriormente.
Pero se coloca un espeso velo ante los ojos de los encarnados, estando prohibido
el saber quién se ha ido antes.
Del desconocimiento de esta Ley derivan muchos errores.
Los pobres seres terrestres que estudian esta Ley de la Reencarnación,
con frecuencia toman por verdaderos recuerdos lo que no son más que
imágenes de su propia imaginación.
Un niño muerto puede volver a encarnar en su familia a petición
del niño y sus padres, y nosotros conocemos muchísimos ejemplos.
Estas ligeras nociones sobre la reencarnación permitirán no
encontrar nunca el tiempo demasiado largo, puesto que no sabemos lo que
es en realidad el tiempo, y como ésta existe en muchas cosas que
ignoramos.