DEL TRATAMIENTO EXTERNO Y PSÍQUICO
DE LAS ENFERMEDADES NERVIOSAS
IMANES Y CORONAS
MAGNÉTICOS - ESPEJOS - TRATAMIENTO DIETÉTICO
HIPNOTISMO - SUGERENCIA - TRANSFERENCIAS
POR ÉL
DR. GERARD ENCAUSSE
De la Facultad de París, Laureado de los hospitales dE París
Ex-chef del Laboratorio de Hipnoterapia Del Dr. Luys a la Caridad, Oficial
de Academia Oficial de Médjidié
Caballero de Cristo, Caballero del orden de Rey
INTRODUCCIÓN
FIN Y PLAN DE NUESTRO TRABAJO
En estos últimos años las numerosas búsquedas han sido
hechas las que conciernen al tratamiento de las afecciones nerviosas -por
procedimientos físicos (Imán, electricidad, etc.) o psíquicos
(sugestión -transferencia). -estas búsquedas son esparcidas
en una muchedumbre de tratados especiales y algunas hasta son todavía
inéditas. -es porque quisimos reunir en un pequeño manual
práctico bastantes informaciones para permitirle al práctico
facultativo ser en condiciones de actuar con todo conocimiento de causa
en la instauración de un tratamiento racional.
Cuando comenzamos el estudio de hipnotismo en los hospitales primero como
externo de Mesnet, luego como jefe de laboratorio de Luys, hemos sido golpeados
por el exclusivismo en el cual nos encierran allí a la inmensa mayoría
de los prácticos facultativos.
Unos creen sólo al antiguo método de los baños y la
hidroterapia, otros que emplean exclusivamente la sugestión y abandonan
a los rebeldes enfermos a este modo de tratamiento, otros por fin se limitan
a las inyecciones de suero artificial.
Debemos hacer esta justicia a las búsquedas perseguidas a la Caridad
bajo la dirección del DT Luys; el caso es que en este laboratorio
todos los procedimientos de tratamiento sucesivamente han sido experimentados.
Esta anchura de vistas quedará la característica de la Escuela
de la Caridad creada por el DT Luys. Es allá dónde pudimos
observar la importancia que hay a como todo conocer, para el práctico
facultativo y es allá dónde tuvimos la primera idea del trabajo
y presentamos su bosquejo a nuestros (as)
Nuestro fin puede resumirse en algunas palabras: recordarles a los médicos
los tratamientos que conocen e insistir bien solamente en los tratamientos
poco familiares. Así es como mencionaremos rápidamente las
prácticas de la electroterapia y del masaje reenviando los tratados
especiales y sea insistiremos más en la práctica del hipnotismo,
los espejos rotativos y de la transferencia. Recordaremos también
ciertas prácticas antiguas y desconocidas hoy, como la medicina dietética,
y el tratamiento por la llama.
Pero nos tomaremos exclusivamente en el tratamiento externo y psíquico,
reenviando desde ahora a los prácticos facultativos a quienes estos
procedimientos no bastarían para la enseñanza de la Escuela
que tocaría el tratamiento interno. Tal, como es y a pesar de sus
imperfecciones inevitables somos persuadidos que este pequeño manual
les prestará grandes servicios a los prácticos facultativos.
EL AUTOR.
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CAPÍTULO PRIMERO
LOS IMANES
Efecto buscado por el empleo de los imanes.
El efecto buscado por el empleo de los imanes debe ser la modificación
de los centros nerviosos por medio de la creación a un campo magnético
especial alrededor de estos centros.
También la acción producida por un imán dependerá
del tamaño del campo magnético creado por este imán
y del informe más o menos extendido por este campo magnético
con los centros nerviosos sobre los que se desea influir.
El imán actúa como un aparato físico y no tiene facilidad
de ninguna propiedad
metafísica. Es porque las acciones obtenidas por los observadores
diversos fueron tan
diversas y los resultados
Determinación
de campo magnético de un imán por las
limaduras de hierro.
Producidos
tan contradictorios. Estudiamos sólo la acción del imán
sobre la enfermedad
sin ocuparse del género o de la potencia del imán; como tampoco
de la localización de
su acción. Estos factores son sin embargo indispensables observar
si se quiere escribir
un tratado serio sobre la acción de los imanes. Pero aquí
debemos limitarnos a las
indicaciones prácticas; es porque vamos a resumir rápidamente
estas indicaciones.
-Aparatos diversos y empleados.
Un gabinete provisto seriamente para el empleo de los imanes debe comprender.
I ° barras de hierro imantado por dos tamaños.
A. De grandes barras de 0m, => o de longitud, de 0m, 05 del espesor y
formados
De tres barras reunidas.
B. De pequeños barras de 0m, 20 sobre 0m, 03.
2º Un buen electroimán de 0m, 10 de altura más o menos.
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3º De Las placas imantadas ligeramente cóncavas y destinadas
a las aplicaciones
locales.
4º De Las cadenas y las coronas formadas por la reunión de pequeños
imanes.
5° coronas imantadas.
6° Una corona electromagnética.
7° Un casco solenoide. Vamos a describir el empleo de estos aparatos
diversos.
LAS BARRAS IMANTADAS
(GRANDES CORRIENTES)
Las grandes barras imantadas son empleadas para producir las grandes corrientes
de imantación y esto del modo siguiente.
A. En el primer caso cuando se trata de tratar el temblor de los miembros
o coreo el enfermo tiene de cada mano uno de los polos del imán.
B. más generalmente es preferible dirigir uno de los polos del imán
hacia uno de los grandes plexos nervioso (plexo cardiaco, o plexo solar)
colocando por el lado opuesto una pequeña masa de hierro, es allí
un tratamiento excelente de ciertas variedades de neurastenia.
Para la cabeza emplearemos preferentemente las coronas magnéticas.
Las pequeñas
barras son utilizadas para la transferencia.
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El Electroimán tiene dos usos.
1 ° reemplaza en ciertos casos las grandes barras.
2º Le permite mantener a un grado siempre igual la imantación
de todos los barras y de
las placas empleadas (utilizar siempre el procedimiento del frotamiento
para la
imantación).
Placas magnéticas.
PLACAS MAGNÉTICAS
Desde la época de Mesmer habíamos soñado con emplear
las placas magnéticas.
Son placas de hierro dulces convenientemente imantadas y ligeramente cóncavas
para poder aplicarse fácilmente el cuerpo.
Destinan formas diversas según las partes del cuerpo las cuales son
destinadas a
actuar.
Cadenear pequeños imanes.
El Dr. Luys
hizo construir cadenas de pequeños imanes subidos sobre cuero. La
longitud de estas cadenas es variable.
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Sin embargo no aconsejamos el empleo de estas cadenas o de estas coronas
visto la
debilidad del campo magnético de cada uno de estos pequeños
imanes. Las placas o
las coronas magnéticas son de muy preferibles.
Los consejos que podemos dar para el empleo de los imanes según nuestra
experiencia personal, pueden resumirse en algunas proposiciones siguientes:
I ° Emplear preferentemente barras derechas fuertemente imantados y
que tienen un
campo magnético poderoso.
(Determinamos la potencia del campo magnético midiendo la acción
del imán sobre un cartón salpicado por polvo de hierro).
2 ° hacer actuar la acción magnética más cerca
posible del centro nervioso que se debe influir (imantar el plexo nervioso
para coreo, el cerebelo para la epilepsia, etc.).
3 ° Aumentar la acción del imán colocando pedazos de hierro
dulce en oposición con él. Pero así como el patricio
debe conocer todos los métodos empleados vamos a acabar este parágrafo
por el resumen de los métodos clásicos y produciremos también
algunos trabajos ya hechos sobre la acción y el empleo de los imanes
en terapéutica.
Método de MM. Bourneville y Bricon.
En Bicêtre MM. Bourneville y Bricon emplearon los imanes de hierro
a caballo y armaduras magnéticas de diversas formas. Los imanes de
hierro a caballo han sido aplicados entre 16 enfermos entre los que están
15 epilépticos (7 niños y 8 adultos). Los imanes fabricados
por Sr. Ducretet eran de una fuerza sustentadora de 35340 kilogramos que
pesaban 7, 500 y fueron constados por cinco láminas de acero, cada
una de 4 centímetros de anchura y de 1 centímetros de espesor.
La aplicación generalmente se efectuaba por la mañana. En
12 de sus enfermos, el imán ha sido colocado sobre la nuca (sobre
dos de éstos el imán había sido, durante algunos días,
aplicado sobre la cumbre de la cabeza), el polo Sur arriba, el polo Norte
abajo (en dos de estos enfermos los polos han sido puestos uno tiempo el
norte arriba, el sur abajo). Las aplicaciones fueron diarias y de una duración
de una hora.
Método de MM. Proust y Ballet.
MM. Proust y Ballet describen así el procedimiento que empleaban:
" En la aplicación de los imanes procedemos habitualmente del
modo siguiente: tú enfermo o el enfermo es extendido a la cama, exactamente
anotamos el estado de la sensibilidad general o especial, el grado de la
fuerza muscular medida con la ayuda del dinamómetro y comparado por
un lado con otro, por fin los diferentes síntomas que el enfermo
presenta, si se efectúa allí. Luego el primer imán
es aplicado al nivel del antebrazo.
Cuando empleamos varios, el segundo habitualmente es puesto al nivel del
muslo; el
tercero, en contacto con la pierna. Si se juzga utilizar un número
más grande,
colocamos otros en el ínterin los primeros sin que el lugar de aplicación
tuviera
importancia por otra parte grande. Tenemos siempre el cuidado de colocar
los polos de
los imanes a 5 o 6 centímetros de distancia de la piel y hasta de
recubrirlos con una
compresa con el fin de que los efectos obtenidos sean muy imputable a la
sola acción
del imán
y no a la de acero, actuando como metal como en las experiencias del Dr.
Burq. -los imanes una vez aplicados, los dejamos en sitio durante un tiempo
variable.
Somos a menudo obligados para conseguir efectos, de mantenerlos aplicados
durante
varias horas. No obstante, en un gran número de casos, la acción
del magnetismo es
mucho más pronta y se manifiesta en algunos minutos. Las observaciones
de MM.
Proust y Ballet permitió establecer una diferencia notable entre
la acción de los metales
y la de imanes. En efecto, la vuelta de la sensibilidad provocada por los
aquí se hace
siempre del centro en la periferia (se presenta con tórax) cualquiera
que sea la parte
puesta en contacto con los imanes. Durante la aplicación de los imanes
es necesario, ni
que decir tiene, investigar y anotar exactamente, a intervalos de los tiempos
más o
menos acercados, siguiendo los casos, las modificaciones que pueden producirse
en el
estado del enfermo, esté del lado de la sensibilidad, lado de la
movilidad.
Efectos terapéuticos del imán resumidos por el Dr. Bricon.
En los histéricos la vuelta de la sensibilidad es generalmente pasajera;
publicamos no obstante un cierto número de observaciones donde la
curación definitiva principalmente ha sido obtenida en consecuencia
de aplicaciones prolongadas unilaterales o bilaterales. Por aplicaciones
bilaterales prolongadas, Sr. Debove llegó a hacer hemianestésica
histérica alcanzada de anestesia generalizada. El mismo resultado
ha sido obtenido en los disturbios de la sensibilidad especial y de la motilidad
de los histéricos.
En el hemianestesias y observadas las hemiplejías en el alcoholismo,
el saturnismo, las lesiones cerebrales, el imán trajo la vuelta definitiva
sin transferencia de la sensibilidad y de la motilidad en un cierto número
de casos. En cuanto a la motilidad, es necesario anotar que la parálisis
del que se trata aquí acompañaba la anestesia sensorial y
cutánea y que son las únicas quienes parecen justiciables
del tratamiento magnético. Sr. Bernheim atribuye no obstante al imán
una eficacia especial sobre la función motriz.
[Revista medical del Este, el 15 de mayo de 1881).
Sobre 22 epilépticos enfermos sometidos a un tratamiento prolongado
y exclusivo por los imanes de hierro a caballo o las armaduras (modificación
de las de él Noble y de Harsu) MM. Bourneville y Bricon no obtuvieron,
contrariamente a los hechos aceptados por otros autores, por ningún
resultado satisfactorio. El imán todavía ha sido empleado
recientemente de nuevo para combatir algunas cefalalgias; lo utilizamos
para la extracción de los cuerpos extraños (acero) de la córnea,
etc. El método de Sr. Debon consiste en la aplicación prolongada
y bilateral de imanes de hierro a caballo dispuestos por cada lado de cuerpos
en número más o menos grande. Podemos obtener en ciertos casos
la conservación forzada y prolongada de la sensibilidad de ambas
partes por medio de la aplicación de las placas neutras metálicas
(Vigorosas). Las aplicaciones prolongadas y bilaterales permiten obtener
a veces los resultados que no se habría podido obtener por los procedimientos
ordinarios. -Todavía no podemos distintamente establecer, desde ahora,
las indicaciones terapéuticas del imán.
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Del empleo del imán en la terapéutica, por W. HAMOND de Nueva
York.
Qué el imán pueda ejercer una influencia fuerte y fisiológica
sobre los animales, y hasta sobre las plantas, es un hecho que la experiencia
definitivamente estableció, aunque generalmente sea hecho poco caso
de eso por los médicos. La razón de este descuido debe ser
atribuida sin duda a esta circunstancia, que los que promulgaron la ciencia
del magnetismo mezclaron tanta pelota, con grano de trigo, que este último
se encontró perdido a causa de la gran superfluidad de la primera.
Este sujeto fue estudiado, hace varios años, por el barón
Von Reichenbach, hombre no
sólo dotado de una ciencia profunda, sino que además valoraba
en gran consideración
por Liebig
1 Anales de Psiquiatría y de Hipnología, -(noviembre de 1894).
Y otros sabios eminentes. Cumple un gran número de experimentos sobre
sujetos neuropaticos ambos sexos y aunque muchas cosas que dedujo de sus
búsquedas puedan ser miradas como erróneas, no podemos rigurosamente
decir sobre eso tantas todas sus conclusiones. Por ejemplo, cada uno puede
fácilmente convencerse de la verdad de la observación siguiente
(me aseguré repetidas veces su puntualidad:
" Si un imán fuerte, pudiendo sostener cerca de diez libras
es dirigido de arriba abajo sobre los cuerpos de quince o veinte personas,
sin tocarlos efectivamente, encontrará de allí siempre entre
ellas, algunas que sean excitadas de modo particular. El número de
individuos que se encuentran para ser sensitivos de esa manera es más
grande que generalmente nos le imaginamos. El tipo de impresión producida
sobre estas personas excitables, que por otra parte pueden ser miradas como
llenas de salud, es difícil de describir:
Es más bien desagradable que agradable, y combinada a una sensación
ligera de corriente de aire fresca, o de un calor dulce, que los enfermos
se imaginan sentir sobre ellos. Algunas veces sienten dificultades, picazones
o tienen carne de gallina; algunos se quejan de ataques súbitos de
cefalalgias, no sólo mujeres, sino que hombres a la flor de la edad
se encuentran para ser muy sensibles a esta influencia; entre los niños,
se hace sentir algunas veces de modo muy activo.
Es indudable que de experiencias semejantes sean susceptibles de conducir
a los resultados muy decepcionantes. Todo el mundo es más o menos
apto para recibir la impresión del " principio de la sugerencia
", lo que consiste en lo que los sujetos ven y sienten, según
lo que se espera de ellos, o según que les es dicho ver o sentir.
Pero hasta cuando las experiencias son hechas tomando todas las precauciones
para ponerse en guardia contra la influencia de este factor, fenómenos
que esencialmente no difieren de los observados por Reichenbach se producen.
Para le dárselo un ejemplo, citaré la experiencia siguiente
hecha solamente desde hace algunos días.
Un Señor de edad de 30 años y de una naturaleza de ninguna
manera impresionable
descubrió su brazo derecho, a mi demanda, levantando la manga de
su camisa hasta el
hombro, y distendió de toda su longitud sobre una mesa. Tomé
entonces un pañuelo y
él vendé estrechamente los ojos, expresándole el deseo
voluntario de decirme bien
cuales sensaciones sentiría en este brazo en el curso de la experiencia.
Habiéndolo
inducido así a concentrar su atención en esta parte de su
persona, tuve un imán fuerte
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en forma de
hierro a caballo, en contacto casi inmediato por encima de su nuca y a
cerca de un pulgar de intervalo con la piel.
Al cabo de treinta y dos segundos a mi reloj, dice: no siento nada en absoluto
en el brazo, sino experimento una sensación extraña de entumecimiento
detrás del cuello. Diez segundos después, exclamaba: 11 parece
ahora que usted me pasea un vaso ardiente detrás del cuello. Quité
el imán y le pedí si no sentía nada en el brazo. No,
replicó, no creo.
Mientras que hablaba, vivamente traje el imán por encima de su cabeza
y al mismo
tiempo le golpeé el brazo con una plegadera. " Huelo que usted
me golpea el brazo con
algo, dice, pero el entumecimiento que sentía en el cuello desapareció
y se encuentra
ahora para ser justo por encima de mi cabeza. "
Alejé entonces el imán y lo hice mover por encima del brazo,
por encima del hombro al cabo de los dedos a la distancia de un pulgar o
más o menos de la superficie de la piel. Después de dos o
tres pasos de este modo, dice: ahora siento algo en el brazo; experimento
una sensación tal como si usted me pinchaba el brazo con alfileres,
aunque esto no me hiere de ninguna manera. Ahora me parece al que el vaso
ardiente ligeramente me quema durante el brazo.
Otras modificaciones de la experiencia fueron hechas, y siempre con resultado
semejante. Era evidente que el imán producía sensaciones irritantes
sobre las partes del cuerpo donde su proximidad no era sospechosa.
Reichenback suponía que de tales fenómenos y otros, que describía,
eran debido a una fuerza que era el primero que hay que reconocer, y el
cual, pretendía, tenía su asiento en el cuerpo de la persona.
Lo llamaba la fuerza odica od u odilica. Cuando existía a un alto
grado, los sujetos fueron mirados como sensitivos, y podían exhibir
efectos todavía más asombrosos por la acción de los
imanes que aquellos de quienes es ya hecho mención. Estos sensitivos
eran casi invariablemente unos individuos de temperamentos fuertes y neuróticos,
y mujeres para la inmensa mayoría. Según sonido decir, prefería
a las que frecuentemente fueron incomodadas por cefalalgias periódicas,
sobre todo por la jaqueca; las que se quejaban de opresión temporal
del estómago, o las que dormían mal sin causa aparente; las
que soñaban todo alto durante el sueño o las que fueron agitadas
durante la noche, sufriendo la influencia de la luna llena; Las que fueron
indispuestas rápidamente en las iglesias y los teatros, o las que
eran muy sensibles a los olores fuertes. Cuando tales personas y varios
conductos en una cámara oscura en la cual varios imanes estuvieron
colocados, eran capaces al cabo de algunos minutos de determinar las posiciones
precisas de estos objetos por los rayos de luz que emanaban de sus polos.
Le cito los extractos siguientes de una carta escrita por Sr. Volpicelli,
de Roma, a Sr. Chevreul, de París, como que se explica a la vez y
los efectos del imán y 1 necesidad de ponerse en guardia contra un
engaño, hasta involuntario, por parte del sujeto.
" Un médico, dice este corresponsal, poseyendo una reputación
excelente, afirma que
si un imán es puesto en contacto con un sujeto nervioso, el magnetismo
ocasiona
efectos perturbadores y desarregla notablemente la salud. Para mi parte,
dudo para
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que estos disturbios
sean debidos, de ningún modo, a la influencia magnética, y
no
discuto sin embargo su existencia efectiva, pero los atribuyo a la imaginación
de la
persona. Fui invitado por un profesor sabio y medical que hay que hacerle
experiencias
sobre un sujeto nervioso, al hospital del Espíritu Santo, en Roma.
Acepté la oferta
cortés, pero en lugar de un imán, aporté un pedazo
de hierro que fue magnetizado de
ningún modo. El enfermo antes no hubo visto este hierro, que fue
cogido por
convulsiones violentas. Su imaginación había sufrido tal excitación
que pudimos
observar disturbios nerviosos incitados a su intensidad más grande.
" Hice una segunda experiencia. Un imán estuvo colocado en la
mano de una persona
también destinada por una enfermedad nerviosa. Al cabo de algunos
segundos, se
volvió tan violentamente excitada que me vi obligado a quitarlo.
Me sentí convencido
que el disturbio nervioso fue producido por la vista simple del imán
y despunta por una
acción magnética cualquiera, y varios días después,
pude adquirir, por ciertos medios,
la convicción del hecho siguiente. La misma persona fue invitada
a presidir una reunión
científica. Tomé imanes poderosos y los coloqué bajo
su silla, en el cajón de su mesa, y
hasta bajo sus pies, sin que tuviera la sospecha más ligera de mis
preparativos.
Durante la sesión, que duró más de dos horas, tuvo
que sea por medio de disturbios
nerviosos; e inmediatamente después la reunión, respondiendo
a la petición que se lo
hice, me declaró que se sentía perfectamente bien. Cuando
se le supo que había sido
rodeado de imanes poderosos, manifestó a la vez la sorpresa y el
espanto, como si no
estuviera completamente seguro de ser lleno de salud. " Pero el ensayo
más filosófico
y al mismo tiempo más práctico de la acción del magnetismo
sobre los seres vivos es el
del Dr. Juan Vansant. Sus experiencias fueron hechas, y sobre plantas que
no podían
ser sospechadas de ser influidas por el principio de la sugerencia y sobre
insectos u
otros animales de la orden más inferior, de hasta insensibles a toda
influencia, por fin
sobre individuos, sino calculando las circunstancias, con el fin de evitar
toda sospecha
de la acción de ningún factor otra que el magnetismo.
El Doctor Vansant empleaba pequeños imanes de acero, pudiendo sostener
cerca de una onza de hierro, acabándose por trozos muy puntiagudos,
y proveída para la comodidad del manejo de un puñado de madera
en medio. Así como el periódico del Dr. Vansant no es generalmente
accesible, cito debido a la importancia del sujeto, según sus documentos,
la descripción siguiente:
" Mi atención por primera vez particularmente había dirigido
sobre el sujeto de esta comunicación en el invierno de 1866, cuando
yo tener la oportunidad de observar que un pequeño junquillo de acero
magnetizado " cuyas extremidades eran extremadamente puntiagudas ",
si fue puesta cuidadosamente en contacto con una ampolla de una sensibilidad
viva, que había sido producida por casualidad sobre uno de mis dedos
por un punzón, daba lugar, cuando el polo Sur fue aplicado, a una
sensación aguda momentánea, y parecía devolver la ampolla
más dolorosa cuando el imán fue retirado. Cuando se hacía
uso de la misma manera el polo Norte, ninguna sensación fue sentida
en el momento del contacto y después del alejamiento del imán
el dolor primitivo se calmaba de modo notable. Golpeado por este fenómeno,
y sin embargo que casi se no fiaba de mis propias sensaciones, comencé
por informar si era posible reconocer una diferencia entre ambas extremidades
de un imán por medio de algún órgano particularmente
sensible en su condición normal. A prueba, encontré que la
membrana conjuntiva del ojo indicaría, por su sensibilidad, por cual
polo fue tocada.
Podía poner con cuidado la extremidad puntiaguda Norte del junquillo
magnético sobre
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esta membrana
sin dolor, o parpadeo de ojos, pero en el momento en que el polo Sur
fue aplicado, importa con cual delicadeza, experimentaba una sensación
aguda y un
guiño ligero e involuntario del párpado. El efecto era débil,
pero evidente. La
experiencia fue repetida sobre el ojo de otra persona el mismo día
y dio los resultados
semejantes. Después de eso hice numerosas experiencias con imanes
de diferentes
formas y potencia (bien que con de muy grueso) aplicados sobre partes diferentes
del
cuerpo y así jamás observaba una serie determinada de síntomas
después de cada
aplicación hecha de la misma manera a una parte dada, con tal que
un lapso del tiempo
suficiente haya desaparecido entre las aplicaciones para que el órgano
haya vuelto a su
estado ordinario. Finalmente terminé de convencerme de la autenticidad
de los
fenómenos. Adquirí la certeza que no debían ser atribuidos
en absoluto a la
imaginación y que eran tan regulares y constantes en la manera en
la que se
presentaban que los que siguen la administración de toda sustancia
medicinal.
Las experiencias del Dr. Vansant tenían para la inmensa mayoría
un carácter fisiológico. Hace mención sin embargo de
tres casos para los cuales el imán fue empleado como agente terapéutico,
y con efecto inmediato. Así: "Sr. J. R., un Señor de
una organización bastante delicada tenía una neuralgia en
el lado superior del lado de la figura. Apliqué el polo Norte de
una pequeña barra imantada que podía apenas levantar una media
onza por uno de sus polos durante algunos segundos sobre el lugar doloroso.
Aproximadamente al cabo de diez minutos dice que el dolor fue aumentado
y localizado. Apliqué entonces el polo Sur de la manera misma y algunos
minutos después declaró que el dolor casi había cesado.
Este Señor se esperaba ser aliviado por la primera aplicación.
" Sr. M., un hombre muy privado de imaginación, tenía
una neuralgia facial de origen infeccioso. Apliqué el polo del mismo
pequeño imán descrito más arriba, aproximadamente durante
un minuto. Al cabo de cinco minutos se quejó de lo que el dolor era
peor.
" Hice entonces una aplicación del polo + y en menos de un minuto
el dolor cedió casi totalmente. Al cabo de aproximadamente la una
hora, hubo un nuevo acceso de dolor, pero muy aminorado como intensidad.
Esta persona también fue inducida a esperar del alivio por la primera
manera de adaptación.
" Sra. S. Una dama de una sensibilidad notable, pero que poseía
un gran imperio
misma, sufría de una neuralgia atroz de los nervios que acababan
en el lado izquierdo
del estanque. La víspera, había hecho, cerca del lugar doloroso,
una inyección
subcutánea con cuarto de un gramo de sulfato de morfina, cuyo efecto
fue producir una
depresión muy grande de las fuerzas vitales, pero no aliviar el dolor,
que continuó
siendo sentido durante la inconciencia que siguió. A esta ocasión,
sin que hubo por
parte de la dama el menor conocimiento de lo que hacía, lentamente
pasé,
aproximadamente durante diez segundos, sobre el superior tercero del muslo
el polo de
un junquillo de acero fuertemente magnetizado por cuatro pulgadas de longitud
sobre
un tercio del pulgar de diámetro. El efecto fue sorprendente y alarmante.
El dolor
cambió de posición, se difundió y subió, pero
no fue aliviado. Un estado de estupor
sobrevino, su respiración fue oprimida, una palidez mortal invade
su cara, sus líneas se
volvieron nerviosas, sus ojos hundidos y medio cercado; el corazón
débilmente latía, y
la superficie del cuerpo fue fría y cubierta de un sudor viscoso.
El efecto deprimente se
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parecía
mucho al que había sido producido por la morfina el día precedente,
pero fue
hasta más marcado. Todos estos síntomas se manifestaron en
el espacio de algunos
minutos. Después de haber esperado quince minutos, apliqué
el otro polo, el polo -+ durante
la misma longitud del tiempo, en un lugar un poco debajo de la juntura de
la
cadera, y en poco tiempo, los nuevos síntomas se manifestaron. El
dolor fue
aumentado y más localizado en apariencia; las extremidades frías,
pero el sudor estuvo
detenido, la respiración más profunda, los ojos naturalmente
cerrados y todos signos de
depresión comenzaron a disiparse. "
Estos extractos del periódico muy interesante del Dr. Vansant son
suficientes para
mostrar los resultados de sus búsquedas.
Vengo ahora
ponerle al tanto de mis propias observaciones.
Al contrario del Dr. Vansant, que se servía de barras magnéticas,
encontré que la forma
de hierro a caballo, tal como los imanes expuestos aquí, era más
eficaz. Es preferible
también tener ellos todos de la misma talla, porque entonces pueden
ser atados juntos,
y su fuerza lo es muy aumentada.
Los polos pueden
ser separados procurando de inclinar el imán con el fin de poner
un
polo en contacto más acercado a la superficie que el otro. Además,
la barra magnética
pierde pronto su magnetismo, mientras que el imán de hierro a caballo,
si el que lo
posee el guardia en un lugar conveniente, no sufrirá ningún
deterioro durante años de
un empleo constante. Cuando es juicioso de actuar con gran efecto una parte
muy
limitada del cuerpo, agujas pueden ser fijadas sobre la una de los polos
o sobre los dos
a la vez, o colocadas entra un par de imanes. Cuando dos o varios imanes
son
reunidos en un único, debemos ocuparnos que todos los polos nortes
y los polos
meridionales se corresponden; de otro modo su potencia sería muy
reducida de allí.
Durante varios
años, he empleado, en mi práctica de la medicina, los imanes,
y de
modo considerable, sobre todo en el tratamiento de la neuralgia. Pero es
solamente
desde hace poco me serví de eso para el tratamiento de coreo y de
la parálisis. Esto
son las últimas clases de casos que propongo tratar en este artículo
como lo que
concierne a la influencia terapéutica del imán.
Compulsión
1er. CASO. -A. C, de edad de diez años, se volvió afectada
de compulsión, tanto como podemos afirmarlo, hacia el 5 de julio
de este mismo año. Logró el 21 de agosto ponerse bajo mi observación.
En aquella época había una agitación continua de todos
los músculos del tronco y de la cara. Había perdido la facultad
de la voz. Por medio de un yugo que envolvía el cuello y los hombros,
até dos imanes de hierro a caballo que podían cada uno sostener
cuatro libras de hierro, de tal modo que uno fue apretado sobre la región
cervico dorsal de la espina, y el otro sobre el esternón, ser dirigidos
los polos de arriba abajo. Los imanes fueron aplicados sobre la 1h 30 m.
el 22 de agosto. A la 1h 55 m. todo movimiento compulsivo había cesado.
A la 1h 57 m. pronunció algunas palabras: sí, no, no sé.
A las 2h 05 m. dice: " querría ir a la casa, mamá. "
Los imanes entonces fueron quitados. Hasta aquí, y somos el 15 de
septiembre, no hubo ninguna recaída.
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2do. CASO. -semejante al primero, pero la enferma podía hablar. Los
imanes no
produjeron ningún efecto, aunque aplicados repetidas veces. La enferma
se cura con
arsénico a altas dosis.
3er. CASO. -J. T., una joven chica, de edad de once años, me fue
traída el 1 de septiembre, con el fin de ser tratado para coreo.
El caso era unilateral, ser limitados los movimientos al lado izquierdo.
Mi imán fue aplicado sobre la parte delantera del muslo izquierdo
y el otro sobre la región cervical de la espina. Los movimientos
cesaron al cabo de once minutos. Punto de recaída.
4º. CASO. -W. L., un chico de edad de siete años, compulsiones
desde hace tres
semanas, movimientos generales. Punto del resultado por los imanes. Curado
en doce
días por el arsénico.
5º. CASO. -C. D., chico de edad de nueve años, compulsiones
desde hace dos meses, muy debilitado, no siendo capaz en absoluto de marchar
sin derribar repetidas veces, movimientos generales, ningún resultado
por el empleo de los imanes, curado al cabo de dos semanas por el arsénico.
6º. CASO. -R. D., una niña de edad de nueve años, compulsiones
desde hace seis semanas, movimientos generales; punto del resultado por
los imanes.
7º. CASO. -J. L., una chica de edad de ocho años, compulsiones
desde hace seis semanas, movimientos limitados a la cara y en el cuello.
Punto del resultado por los imanes. Todavía bajo el tratamiento del
arsénico. Mejoramiento.
8º. CASO. -D. C> un chico de edad de ocho años, compulsiones
desde hace un mes, movimientos generales, punzado por el resultado por los
imanes, aunque fueron aplicados repetidas veces y dejados durante la una
hora o más a la vez.
9º. CASO. -C. W., un chico de edad de siete años, compulsiones
desde hace tres meses, movimientos limitados en las manos y en la figura.
Ningún resultado por una aplicación repetida por imanes.
En resumen, empleé el imán para nuevo caso de compulsión.
Para dos de ellos, los
efectos fueron notables, al haberse producido curaciones completas en algunos
minutos. Para los siete ningún otro resultado se efectuó.
Es probable que
observaciones posteriores demuestren que variaciones en la fuerza de los
imanes o el
modo de aplicación serán ventajosas.
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CAPITULO II
CORONAS MAGNÉTICAS
Cuando se trata de influir magnéticamente sobre el cerebro, las coronas
magnéticas se vuelven muy útiles y dan los resultados excelentes.
Estas coronas son fuertemente imantadas y su campo de acción es bastante
importante.
El modelo más simple es empleado el a la Caridad y las figuras indican,
mejor que todas las demostraciones, su constitución y la colocación.
Pero estas coronas presentan curioso particularidad. Conservan la impresión
fijada
sobre ellas y pueden operarlo la transferencia. He aquí en cuales
términos este
descubrimiento ha sido presentado a la Sociedad de Biología.
Corona magnética.
De la transferencia a distancia con la ayuda de una corona de hierro imantado,
de estados
neuropaticos variados, de un sujeto en el estado vela sobre un sujeto por
el estado hipnótico, por
MM. Luys y Encausse.
La cuestión de la transferencia de estados neuropaticos variados
que distintamente ha sido puesta en evidencia tan en últimamente
por los trabajos de nuestro colega Babinski, acaba de enriquecerse de hechos
nuevos que Sr. Encausse, mi jefe de laboratorio y yo, recientemente comprobamos
todo.
No se trata más, en este caso, de la transferencia por contacto magnético
de un estado neuropatico cualquiera (parálisis, contracciones, anestesias,
etc.), de un sujeto que toma así, gracias a la intervención
de un imán interpuesto, el estado mórbido de su compañero,
pero mucha transferencia real, a distancia, sobre una corona de hierro imantado
sirviente de substrato material, de un estado neuropatico cualquiera, de
un sujeto transfiere (parálisis, contracciones, vértigos,
etc.), en el estado de la víspera, en el sujeto en estado hipnótico.
Podemos así, el sujeto hipnotizado que es en una cámara vecina,
quitar la corona
superior la cabeza del sujeto transfiere, llevar en la mano susodicha corona
imantada
que es encargada por el estado neuropatico, como si se trate de un acumulador
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verdadero cargado
de fluido eléctrico, y provocar reacciones similares. -son allí
hechos
nuevos y quienes son unas deducciones lógicas de los primeros trabajos
que han sido
hechos sobre la materia, y que un gran número de médicos fue
en condiciones de
verificar cada día la puntualidad en mi servicio a la Caridad.
He aquí cómo operamos:
Presento primero a la Sociedad la corona imantada tal, como lo hice construir.
Vemos que consiste en una lámina de hierro curvilíneo que
abraza circularmente la curva craneana. Su continuidad es interrumpida al
nivel de la región frontal, y cada extremidad libre de la media corona
representa un polo del imán. -un espectro magnético hecho
con las limaduras de hierro y fotografiado da una imagen fiel del brillo
magnético.
Empíricamente, aplico el polo Norte sobre la sien derecha (indicaré
más lejos el motivo de esta disposición), e interpongo entre
la sien izquierda y otro polo un tapón de ropa blanca para asegurar
el predominio de acción del polo al contacto de la piel. Un armazón
hecho con la ayuda de cintas de cuero permite fijar la corona sobre la cabeza
horizontalmente, y mantenerlo en las condiciones indicadas que me aparecen
hasta ahora las más favorables la manifestación del fenómeno.
Sea ahora un sujeto A, golpeado por hemiplejía derecha y en estado
de vigilia, - Aplicamos, así como acabo de indicarlo, la media corona
en su cabeza, el polo Norte a la derecha, y la mantenemos horizontalmente
aproximadamente durante cinco minutos.
" al cabo de este tiempo, sin proferir ninguna palabra, la colocamos
en la cabeza de un sujeto B, previamente permitiendo por letargo hipnótico
y colocado en una cámara vecina. Casi instantáneamente, el
sujeto B. percibe una conmoción como una pequeña descarga
eléctrica; todo su lado derecho se vuelve hemipléjico, y cuando
se lo dirige hacia el despertar y cuando según los procedimientos
usuales lo hace pasar en catalepsia, luego en sonambulismo lúcido,
en este momento, digo, habla, tomó a la personalidad del sujeto hemipléjico,
tiene la voz confusa, tiene el brazo que cuelga, marcha segando. En una
palabra, la personalidad mórbida del sujeto transfiere hemipléjico
real se encarnó con todos sus caracteres sobre el sujeto trasladado
con una precisión verdadera.
" Al despertar, este estado pasajero desaparece instantáneamente
en forma de sugerencia imperativa.
La fuerza nerviosa
mórbida acumulada sobre la corona imantada no se apaga
inmediatamente en cuanto se descargó sobre el primer sujeto.
Comprobé que esta fuerza acumulada era todavía apta para producir
efectos idénticos,
menos acentuados posiblemente, en un segundo sujeto.
Todavía
puede persistir durante uno tiempo, y parsimoniosamente comprobé
que
cuando había quedado uno tiempo en contacto con los sujetos en experiencia,
al cabo
de una media hora, y algunas veces al cabo de las dos horas, era todavía
bastante
activa para revelarse por efectos apreciables.
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Pude así
transportar a distancia, con la ayuda de la misma corona, las contracciones
de
las extremidades inferiores de un sujeto de mi servicio alcanzado por movilidad
traumática, y que tenía los miembros inferiores muy dolorosamente
nerviosos,
" Neuralgias faciales y ciáticas, y, - cosa muy extraña
ciertamente!
" Estados cerebrales, disturbios encefálicos, tales como vértigos,
1 De Las experiencias recientes me permitieron comprobar que el estado neuro
magnético de la corona imantada era susceptible de persistir el tiempo
más prolongado. Al cabo de las 48 horas, una corona magnética
colocada sobre la mama de un sujeto alcanzado por tortícolis, y colocada
por inadvertencia 48 horas después sobre lo mama de un sujeto hipnotizado
reveló su actividad persistente por disturbios de tortícolis
similar, y esto naturalmente se hizo sin que sospechemos para que esto pueda
pasar, aturdimientos, sensaciones de agotamiento intelectual y de pérdida
de memoria.
Todos estos
estados neuropaticos, sean de orden somática o de orden psíquica,
aparecen pues obedecer a las mismas leyes de la transferencia, y poder,
a merced del
experimentador, ser impuestos así sujetos hipnotizados que pueden
transitoriamente
servir para ellos de receptores, e impregnarse de eso de modo completo a
la gran
ventaja de su mejoramiento curativo.
Siguiendo esta orden de ideas, naturalmente somos hechos investigar si en
el empleo de estos métodos nuevos, no sería posible divisar
medios nuevos aplicables a la terapéutica de las enfermedades mentales.
-va a tener allí un problema de primer orden que va a ponerse a los
espíritus a investigadores. ¿Porque, por lo tanto de este
punto de partida real e indiscutible, en virtud del cual se puede trasladar
a un sujeto de los estados neurológicos mórbidos que pertenecen
a otro, somos hechos preguntarse si la recíproca no sería
también verdadera, y tan por ejemplo, sobre un cerebro turbado y
congestivo, en el período de excitación o de depresión,
no sería posible trasladar las fuerzas nerviosas acumuladas por un
cerebro en el estado fisiológico?
En una época cuando 1a audacia del cirujano no tiene más límites
por medio de terapéutica mental, en una época cuando Sr. Burckard
(de Préfargier) anuncia, en el Congreso de Berlín, cuando
pudo curar ciertos casos de locura, con la ayuda de la extirpación
de ciertas regiones de la corteza, podemos decir que en este dominio especial
de la patología, todo es posible, y que las tentativas más
aparte de las ideas normalmente recibidas, son a menudo coronadas de éxitos
inesperados.
Todos estos hechos que pertenecen al dominio del hipnotismo, que parecen
tan extraños a los espíritus mal preparados, se llevan con
ellos una enseñanza muy significativa. Devuelven en luz, y revivifican,
bajo una forma nueva, ciertas prácticas que pertenecen a todas las
fases de la humanidad, estas tendencias al sobrenatural, que se reencuentra
como fondo común de todas las religiones.
¿Acaso estas transferencias a distancia de fuerzas neuricas y psíquicas
con la ayuda
de un substrato material, por una corona simple y imantada, no recuerdan
al espíritu la
acción misteriosa de los talismanes y de los amuletos, los sortilegios
de los brujos? ¿Y,
por fin, en el mundo católico, la Iglesia no supone como uno de sus
dogmas
fundamentales que ciertos cuerpos materiales, ciertas reliquias, Los objetos
benditos,
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se llevan con
ellos a distancia ciertas gracias especiales, emanadas del que las
consagró?
¿No son pues allí representaciones paralelas de los mismos
fenómenos de orden psíquica que acabamos de exponer? Y como
no somos hechos decir que en este dominio tan curioso de las cosas del hipnotismo,
a pesar de las apariencias, no encontramos nada de nuevo, y que sólo
hacemos revivir antiguas cosas olvidadas en la evolución mental de
la humanidad.
DESAPARICIÓN DE LA INFLUENCIA
Para quitar la influencia tan fijada sobre las coronas varios procedimientos
han sido empleados. El mejor es sin disputa el lavado al agua corriente
de las extremidades de la corona.
Corona electromagnética. Pero para remediar más seguramente
todavía este
inconveniente, le propusimos al Dr. Luys el empleo electromagnético
de las coronas.
Coronas electromagnética.
Únicamente imantándose bajo la influencia de la corriente
eléctrica y hemos hecho, en últimamente, construir un modelo
redondo que nos da los resultados excelentes.
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El casco solenoide.
Modificación poderosa del campo magnético.
Casco de solenoide
del Dr. Encausse.
Sabemos la influencia ejercida por los solenoides sobre la creación
y la transformación del campo magnético.
Es porque soñamos con modificar, por medio de un solenoide, el campo
magnético del cerebro entero o del miembro entero.
Para el cerebro, hicimos construir un casco solenoide que da los resultados
muy rápidos y que permite en mucho caso reemplazar ventajosamente
las coronas magnéticas.
Bibliografía.
Informe sobre los imanes presentados por Sr. abad el Noble, por ANDRY y
THOUSET (Biblioteca
Nacional, T. VII, 27).
BERSON. -de la influencia de la temperatura sobre la imantación (Tesis
de la Facultad de las
Ciencias, 1886). Biblioteca Nacional, 40 R 489 (560-61).
Las corrientes de Polaridad en el imán y en el cuerpo humano. Por
el Dr. CHAZARAIN y CH.
DECLE. París, 1887, en octavo °. Biblioteca Nacional, T. XV,
182.
DURVILLE. -aplicación del imán al tratamiento de las enfermedades.
París, 1895, in-18.
Anales de Psiquiatría y de Hipnología, publicadas bajo la
dirección del Dr. LUYS.
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CAPITULO III
EL ESPEJO ROTATIVO
El espejo rotativo del Dr. Luys consta modelo) (último de una cabeza
de madera recubierta con una placa níkel y puesta en marcha por un
movimiento de relojería.
El espejo da los resultados excelentes a dos puntos de vista:
1 ° Para producir la hipnotización en los sujetos difíciles.
2 ° Para obtener una acción mecánica de la luz sobre los
centros nerviosos, una suerte
de masaje de las células nerviosas por las vibraciones luminosas,
La Técnica
de este espejo es los más simples. Podemos emplearlo de dos modos,
o
sea a la luz del día, o sea en el gabinete negro.
1° A la
luz del día. -hacemos sentar el sujeto en una butaca, la cabeza cómodamente
apretada sobre el expediente. La entrada de la luz a la habitación
debe estar colocada
detrás de la butaca. Disponemos entonces del espejo delante del sujeto
tiene 0m, 50 o
1 metro de distancia aproximadamente del ojo y de tal modo como el haz luminoso
venga para alumbrar los ojos a cada vuelta del espejo.
Hacemos entonces sesiones de 5, 10 o 15 minutos, siguiendo los casos.
2º En la cámara oscura. -reemplazamos la luz de día por
un chorro que proviene de una lámpara proveída de un manguito.
Los resultados terapéuticos. -en cuanto a los resultados terapéuticos
obtenidos por este procedimiento, podemos hacer mejor sólo de producir
el trabajo según que el Dr. Lemoine sabio, el médico de los
hospitales de Lila, quiso autorizarnos bien a reproducir. Del empleo de
los espejos rotativos en la terapéutica del histerismo por MM. Jorge
Lemoine y Pablo Joire (de Lila).
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El tratamiento por el sueño hipnótico y la sugerencia tiende
a introducirse cada vez más
en la terapéutica especial de las enfermedades nerviosas. Lo conseguimos
los
resultados tan satisfactorios en un gran número de casos bien determinados
que las
prevenciones que este procedimiento había originado, en el espíritu
de un cierto
número de enfermos, completamente cayeron. Vemos a los mismos que
mismos había
levantado más objeciones a la generalización de este procedimiento
terapéutico, mejor
alumbrados ahora, recurrir a eso y aceptarlo sin dificultad.
Principalmente es en los disturbios nerviosos de orden motora o sensitiva,
que están bajo la dependencia del estado histérico, que el
sueño hipnótico y la sugerencia fueron, hasta aquí,
empleados con más éxito, mientras que a contra los disturbios
psíquicos y los fenómenos neurasténicos casi se mostraron
siempre rebeldes a este tratamiento. Le observamos recientemente al hospital
de la Caridad, de Lila, a un cierto número de enfermos, aparte la
primera categoría, que han sido tratados con éxito por el
método hipnótico y particularmente por el sueño obtenidos
por medio de los espejos rotativos.
No habría que creer que el empleo del hipnotismo en terapéutica
sea de fecha absolutamente nueva. Mientras que todavía no se habíamos
estudiado los diferentes fenómenos del hipnotismo, que no se había
disociado las diferentes fases del sueño que provoca, y que el conocimiento
permite ahora emplearlo con más facilidad y eficacia, habíamos
observado sólo el fenómeno más simple, el sueño;
y la primera idea fue obtener por este medio la insensibilidad de los pacientes
en las operaciones quirúrgicas. Esto tenía tanta razón
para ser que en aquella época todavía no se conocía
la anestesia por el éter y el cloroformo.
Es primero en el extranjero encontramos el empleo de este procedimiento.
Un cirujano de Bengala, un Dr. Esdaile, relata 270 operaciones practicadas
sin dolor durante el sueño hipnótico. En Francia, Azam en
Burdeos y algunos otros emplearon la anestesia hipnótica en las operaciones
quirúrgicas. El Dr. Guérineau, de Poitiers, señala
el hecho de una amputación de muslo practicada de ese modo. Pero
pronto el descubrimiento de la anestesia por el éter y el cloroformo
hizo olvidar este procedimiento, que además no se había generalizado
jamás a causa de la dificultad en ponerlo en práctica.
Al lado del empleo del hipnotismo por los cirujanos, conviene señalar
las observaciones mucho más recientes del empleo del hipnotismo para
la anestesia obstétrica.
Sr. Dumontpallier publicó, en 1887, una observación muy completa
de parto durante el
sueño hipnótico. Desgraciadamente, en Francia,
1 Comunicación a la Sociedad medical de los hospitales. Sesión
del 35 de marzo de 1887.
las búsquedas no fueron empujadas más lejos en este sentido,
o las observaciones no fueron publicadas, porque todavía es en el
extranjero debemos ir a por trabajos sobre este sujeto, y es la clínica
del doctor Karl Braun, de Viena, que abastece un cierto número de
observaciones de parto durante el período letárgico.
Somos mucho más ricos en observaciones de afecciones nerviosas tratadas
con éxito por el hipnotismo y la sugestión.
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Es sobre todo en los histéricos que se encuentra la mayoría
de las veces un empleo
terapéutico útil dado el hipnotismo, o sea para combatir los
ataques convulsivos del
histeroepilepsia, o sea para eliminar las diferentes manifestaciones de
la gran neurosis.
Las numerosas observaciones nos muestran los resultados buenos que se puede
esperarlo en el tratamiento de la parálisis, las contracciones, las
neuralgias histéricas.
Los vómitos incoercibles, los insomnios, el mutismo histérico
también han sido tratados
con éxito por lo procedido.
A pesar de los resultados excelentes obtenidos en el tratamiento de las
enfermedades nerviosas por el hipnotismo, todavía quedaban hasta
aquí grandes obstáculos a la generalización de este
método, y uno de los principales era la dificultad en aplicarles
este procedimiento a todos los individuos. Podíamos ponerlo en ejecución
sólo en sujetos dotados de una predisposición natural particular,
o sometida un entrenamiento suficiente. Se trataba pues de ensanchar lo
más posible el círculo de los individuos hipnotizables, o
de poner de manifiesto en sujetos, en apariencia refractaria, ciertas aptitudes
hipnóticas que poseen más o menos en el estado latente.
Es el problema que importa que Sr. Luys resolvió por su descubrimiento
del poder de los espejos rotativos que producen muy fácilmente el
sueño hipnótico actuando de una vez por su pedazo más
de brillantes y por su movimiento regular y continuo.
Las ventajas de este procedimiento son bastante considerables; vamos a analizarlos
rápidamente.
A pesar de la extensión que tomó, desde hace algunos años,
la práctica del hipnotismo, a pesar de la luz que ha sido hecha sobre
esta rama de la fisiología patológica y que lo soltó
oscuridades que lo rodeaban, ellos todos los que se ocupan de neuropatología
pudieron comprobar que existen todavía a veces en el público
ciertas aprensiones cuando se trata de someter a un enfermo a un tratamiento
de este género.
Por el empleo de los espejos, todas mismas estas aprensiones mal fundadas
caen. Aquí, en efecto, no podemos más objetar la menor apariencia
de una intervención activa por parte del operador. El enfermo es
confrontado con aparato mecánico, como sería conectado con
los hijos de un aparato eléctrico. El espejo actúa los centros
cerebrales del paciente, como la corriente de la pila actúa sus fibras
musculares. Acepta el segundo, puede pues aceptar bien la primera; ya que
el aparato no es horroroso y que su acción se ejercita completamente
aparte del operador.
Siempre nos fue muy fácil hacer aceptar el empleo del sueño
hipnótico por los enfermos los más prevenidos contra él,
y de ahora en adelante esta práctica podrá sólo generalizarse.
Cuando se trataba de adormecer a un enfermo por el método de Braid
o por otro
procedimiento, las primeras sesiones de hipnotización pedían
una pérdida de tiempo
considerable; le imponían al médico un cansancio y una atención
constante, siempre
más o menos penosa ". Un cierto número de sujetos sólo
era a la mitad dócil, y se
dejaba distraer u oponía uno
1 Sr. Luys renunció a los aparatos a dos aletas y se sirve preferentemente
del espejo rotativo en
una sola cabeza completamente recubierta con una placa de níkel
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resistencia
más o menos conciente a los esfuerzos intentados para adormecerlos.
Había que pues, a cada instante, empezar de nuevo, variar los procedimientos
empleados para fijar la atención y sostener la buena voluntad y la
confianza del
paciente. Si con esto se estaba en relación con personas poco sensibles
a la acción de
los agentes hipnóticos, había que comenzar por entregarse
a sesiones largas de
entrenamiento, durante las cuales el tratamiento propiamente dicho no aparecía
dar un
paso. Pasaba a veces que el perdedor enfermo paciencia ponía menos
buena voluntad
que hay que someterse a lo que se le exigía; la confianza que tenía
en el éxito se
debilitaba y acababa por abandonar el tratamiento, en el momento en el que
iba retirar
de a eso todo el provecho.
Por fin, hay unos enfermos que presentan una dificultad muy grande en ser
adormecidos, como cuando se trata, por ejemplo, de estos sujetos que ciertos
médicos serán intentados abandonar como hipnotizables, porque
no habrán presentado ninguna sensibilidad a los procedimientos hipnóticos
ordinarios después de varias tentativas infructuosas. Son sin embargo
hipnotizables para la inmensa mayoría, pero esta facultad queda en
su casa en el estado latente; y es necesario emplear procedimientos a la
vez más delicados, más sensibles y más enérgicos
para ponerla de manifiesto.
Sabemos también la dificultad que experimentamos a adormecer ciertas
histéricas, a causa de su gran movilidad y de ellos poca buena voluntad.
Es a causa de todas estas consideraciones que encontramos que el empleo
de los espejos rotativos, para provocar el hipnotismo terapéutico,
es un progreso de un gran interés práctico y presenta una
superioridad indiscutible sobre todos los demás procedimientos. Algunas
observaciones que vayamos a dar con el apoyo de esta opinión mostrarán
más los resultados notables a los cuales se puede llegar en los casos
más variados.
Esto tiene que decir para esto que habrá que emplear exclusivamente
los espejos cada vez que se tendrá que provocar el hipnotismo. Evidentemente
no, es sobre todo en las primeras sesiones y para obtener un cierto entrenamiento
que su empleo es ventajoso en mucho caso. Más tarde, en consecuencia
del tratamiento, será más cómodo algunas veces hasta
y más rápido de emplear otro modo de hipnotización.
Por fin, el empleo exclusivo de los espejos se encuentra indicado en ciertos
sujetos y en algunos casos que la costumbre y la experiencia adquirida permitan
discernir.
El aparato que empleamos en los casos los que damos aquí la observación
es el que ha sido hecho sobre las indicaciones de Sr. Luys y el que lleva
su nombre. Consta de una caja que cierra un movimiento de relojería
destinado a poner en rotación dos aletas colocadas en el lado superior
del aparato. Estas aletas son formadas por piezas de madera que presentan
varias curvaturas en el sentido de la longitud y cuyas caras laterales son
oblicuas arriba. Sobre estas caras son aplicados, de distancia a distancia,
y de modo bastante regular los pequeños pedazos de vaso de color
cortados a facetas y algunas pequeñas placas rectangulares de vaso
guarnecido de azogue. Todo es incrustado en la madera de las alas y toma,
bajo la inclinación de los rayos de luz y por el movimiento de rotación,
un pedazo notable.
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Ambas aletas giran en sentido opuesto y el aparato de relojería puede
abastecerles un
movimiento de una duración de aproximadamente 30 minutos.
Hacemos sentar al enfermo en una butaca donde pueda encontrarse cómodamente
y
apoyar la cabeza sin volcarse demasiado para atrás, y colocamos delante
de él el
espejo animado cerca de 60 centímetros, y un poco más bajo
que la línea de los ojos,
de manera que la mirada naturalmente derribe sobre los puntos brillantes.
La mirada
primero es cautivada por los rayos de luz proyectados por las alas del espejo;
luego,
poco a poco, y al cabo del tiempo esencialmente variable que sigue los sujetos,
se
produce una suerte de fascinación, los párpados se cansan,
se acercan
insensiblemente y se cierran, la cabeza se vuelca para atrás y el
sujeto duerme de un
sueño que aparece el sueño natural, pero que realmente es
un estado de pequeño
hipnotismo.
En otros casos, en sujetos más predispuestos, durante el estado de
fascinación, se produce una conmoción ligera causada por la
contracción brusca de un músculo o de un grupo de músculos
y el sujeto cae profundamente adormecido haciendo algunas inspiraciones
profundas. Entonces es profundamente insensible, en la resolución
completa, completamente anestésica, y además, apto para recibir
las sugerencias y para ejecutarlos. Está en estado de gran hipnotismo.
OBSERVACIÓN I.
Temblor histérico que simula la parálisis agitante que data
de veintiún años, es curado en seis días por el tratamiento
hipnótico por medio de los espejos rotativos.
Pierre V., de edad de 58 años, entra en el hospital de la Caridad
de Lila, el 4 de junio de 1891. Este hombre está casado y ejerce
la profesión tejedor. Entra en el hospital para dolores violentos
de cabeza y de la tos; tiene los miembros agitados del lado derecho de un
temblor continuo. Este enfermo, que tiene edad sólo de 57 años,
absolutamente tiene el aspecto de un viejo. Ningunos antecedentes hereditarios.
Personalmente, a parte de la sífilis que habría contraído
en África, este hombre se llevó muy bien siempre hasta 1870.
En aquella época, durante la guerra, en consecuencia de un combate
en el cual fue aprisionado, experimentó una gran emoción.
Quince días después comenzó a tiritar del brazo derecho.
Este temblor, primero ligero, se acentuó poco a poco y siempre persistió.
Pronto el miembro inferior derecho participó en un temblor que se
extendió a todo el costado correspondiente.
Desde hace algunos años, el temblor se le limitó al miembro
superior, dejando casi indemne el resto del cuerpo.
Siempre fue grande consumidor de alcohol, en forma de ajenjo en África,
en forma de enebro al norte.
Hace cuatro meses, comenzó a toser. En la misma época, fue
tomado por dolores violentos de cabeza. Adelgazó mucho; no de hemoptisis,
de sudores nocturnos, ni de dolores de costado.
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Estado actual. - el apetito no es bueno, sino la digestión no es
difícil. Jamás de vómitos.
Tendencia al estreñimiento. El enfermo tose mucho; la expectoración,
relativamente
poco abundante, no presenta nada especial.
El examen de los órganos de respiración permite comprobar
signos de enfisema pulmonar y de bronquitis aguda.
Al corazón nada anormal. Las arterias son visibles. El hígado
es grueso.
El enfermo se queja de cefaleas violentas. Toda la región de la cumbre
de la cabeza es dolorosa, sin que existan puntos o el dolor sea más
agudo.
No de hiperestesie espinoso.
El reflejo faríngeo es conservado. El reflejo córneo parece
un poco disminuido. El campo visual es ligeramente estrechado. Declara que
desde hace algún tiempo su vista baja.
Hasta el punto de vista de la sensibilidad, encontramos placas de anestesia
sobre el miembro superior derecho, en medio del antebrazo y a la cara anterior
del brazo. Otro a la parte derecha de la frente.
Sobre el resto del cuerpo la sensibilidad es normal.
Las masas musculares de los miembros son dolorosas.
En la marcha, que es bastante buena, el enfermo arrastre un poco los pies.
Elude con una dificultad cierta, se comporta bien en la posición
vertical, los ojos abiertos o cerrados. Observamos algunos movimientos fibrilares
músculos de la pantorrilla. La lengua es animada por movimientos
fibrilares.
El brazo derecho es agitado por temblores marcados y casi ritmados, que
persisten en el estado de descanso y que se acentúan cuando el enfermo
quiere hacer un movimiento.
La mano izquierda tiembla un poco. El miembro superior izquierdo, en el
estado de descanso, es sacudido por un movimiento bastante marcado y rítmico,
que se acentúa en los gestos deseados. La dirección general
de un movimiento mandado es bien conservada, pero el enfermo llega al fin
sólo después de un cierto número de oscilaciones que
crecen poco a poco a medida que la mano se acerca al fin. Las oscilaciones
persisten al descanso.
El 22 de junio, a las 9 de la mañana, el enfermo está colocado
delante del espejo rotativo en movimiento, y, sin hacerle ninguna sugestión,
le dejamos así 30 minutos en presencia del espejo.
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Está en una suerte de estado de fascinación; los ojos abiertos
y fijos, dirigidos sobre las
superficies radiantes. Este estado pertenece al pequeño hipnotismo.
Al cabo de una media hora, le hacemos la sugerencia de dormir. Sus ojos
se cierran
despacio y se encuentra en un estado que confina a la fase somnambulico
del sueño
hipnótico.
Durante este tiempo, le hacemos repetidas veces la sugestión de no
temblar más, de encontrarse bien y de no experimentar ningún
cansancio al despertar. Al cabo de diez minutos, lo despertamos por sugerencia
simple y verbal.
Durante esta primera sesión el enfermo pues ha estado sometido a
treinta minutos de fascinación simple por el espejo rotativo; luego
durante diez minutos, a un sueño más profundo, durante el
cual se empleó la sugestión; en totalmente cuarenta minutos
de hipnotización.
A su despertar, el enfermo declara encontrarse bien. Las manos y los brazos
no tiritan más de todo al descanso. En los movimientos hay todavía
un temblor ligero, pero que es de ningún modo comparable al que existía
hace una hora. Le presentamos un dedo que logra coger de una mano como del
otro, sin vacilación y casi sin temblar. Para salir de la sala, coge
el botón de la puerta con una precisión que es observada por
todas las personas presentes.
Vuelto en la sala, no tiembla casi más el resto del día, sino
se queja siempre del dolor de cabeza por el que es atormentado desde hace
varias semanas.
Al día siguiente por la mañana, el 23 de junio, nueva sesión
de hipnotización con espejo rotativo. Le sugerimos el sueño
al cabo de algunos minutos; se duerme con la misma docilidad y más
profundamente. Le hacemos repetidas veces la sugestión de no tiritar
más de todo y añadimos a eso la de no sufrir más la
cabeza.
Al despertar no tiembla más y declara tener pena más en la
cabeza. En lo sucesivo su curación es asegurada, y tal, como puede
ahora comer como todo el mundo su sopa que le era imposible en otro tiempo
tomar a la cuchara. También bebe fácilmente de una sola mano,
mientras que hace dos días, debía emplear toda tipo de precauciones
para llevar a la boca su vaso medio lleno.
El día siguiente y el día siguiente, el 24 y 25 de junio,
noticia hipnotización para confirmar la curación, que además
se mantuvo completamente.
El 27, la suerte el enfermo del hospital, encantado y que siente sólo
una cosa, es haber sufrido durante veintiún años una imperfección
que podía ser curada en tres días.
OBSERVACION II
Hiperestesie de todo el lado izquierdo, data de seis meses; neuralgia del
lado izquierdo
de la cabeza y la sordera que data de doce años; curación
por el empleo del espejo
rotativo y la sugerencia.
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El sujeto de
la segunda observación es una mujer nombrada Sofía M ., edad
de 63
años. Esta mujer ejerce la profesión de ama de casa; ha estado
casada algunos años
solamente; su marido ha muerto de tuberculosis pulmonar. Tuvo tres hijos
entre los que
dos murieron naciendo.
Entró en el hospital el 14 de mayo de 1891 porque experimentaba dolores
en el pecho y en todo 4o lado izquierdo del cuerpo.
Su padre y su madre murieron en una edad avanzada.; La enferma jamás
ha sido muy robusta.
Es sobre todo desde una quincena de años que comenzó a ser
más indispuesta.
Tose algunas veces, pero no expectore; jamás de no fue hemoptisis.
El apetito es nulo, hay un estreñimiento. El adelgazamiento es considerable.
Anotamos sudores nocturnos y dolores de costado.
Su respiración
es un poco jadeante y rápida.
El examen del pecho, en el cual no insistiremos, revela los signos de una
tuberculosis al principio.
El corazón late rápidamente y fuertemente; no existe ruido
anormal.
Anotemos solamente que, durante el examen del pecho, se observó que
todo el lado izquierdo era excesivamente doloroso a la percusión.
Existe en casa de este enfermo un hiperestesie considerable de todo el lado
izquierdo, a punto que la menor presión, el menor contacto del trozo
del dedo sobre el brazo izquierdo o sobre punto cualquiera del lado izquierdo
del cuerpo, se le hace hacer un movimiento involuntario y casi dar un grito.
Tiene un sobresalto y vivamente se retira, afirmando que se le hace daño.
Este hiperestesie data de seis meses.
Desde hace doce años, la cabeza es el asiento de neuralgias violentas,
más pronunciadas a la izquierda, pero existiendo tan a la derecha.
Puntos neurálgicos existen también sobre el lado izquierdo
del tronco.
Por fin, al miembro inferior izquierdo, encontramos algunos puntos de ciática:
punto de emergencia punzado ischio trochantérien, despunta precipitado.
Desde una docena de años que sufre de dolores neurálgicos
en la cabeza, el oído disminuyó considerablemente del lado
izquierdo. Hay que alzar notablemente la voz para oír. El reloj no
es oído, hasta a una distancia de algunos centímetros de la
oreja izquierda.
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El reflejo córneo y el reflejo faríngeo casi son nulos.
El 25 de junio, a las 9 ½ de la mañana, esta enferma es traída
por ser adormecida y ser colocada delante del espejo rotativo en movimiento.
Se deja hacer sin resistencia y muestra una gran pasividad. Al cabo de 7
minutos, le hacemos el orden terminante de dormir; sus ojos se cierran,
duerme, está en estado de pequeño hipnotismo.
La sugerencia de no tener más sensibilidad exagerada del lado izquierdo
le es hecha a tres o cuatro recuperaciones. Para marcar mejor la sugestión,
le es recomendado oler un poco menos al lado izquierdo que al lado derecho,
y le es dicho que se podrá tocarle, pellizcar y pinchar a la izquierda,
que olerá un poco menos que a la derecha.
Debido a la facilidad con la cual se puede adormecerlo, le hacemos seguidamente
la sugestión de no dejarse adormecer sin autorización.
Al cabo de cinco minutos despertamos por sugerencia verbal. En seguida despertada,
con el fin de probar, hasta antes de hablarle y qué hubiera podido
darse cuenta de eso, el efecto de la sugestión, la cogemos bastante
vigorosamente por el brazo izquierdo. No demuestra ningún dolor,
mientras que en seguida, tocándola del trozo del dedo solamente,
gritaba y se retiraba.
Interrogada, declara tener más sensibilidad dolorosa del lado izquierdo.
Devuelta en la sala, nos aseguramos que es bien curada tocándole
puntos más o menos muy diferentes del lado izquierdo, pellizcándole,
ella pinchando; no acusa ninguna sensibilidad exagerada. Hasta podemos comprobar
que el brazo derecho actualmente es más sensible que el brazo izquierdo.
Es necesario anotar que no creía en absoluto en la posibilidad de
su curación, y que su fisonomía expresaba un asombro no equívoco
y medianamente cómico viendo el cambio súbito que se produjo
en ella.
El 29 de junio, hacemos volver de nuevo a la enferma para adormecerla.
Comprobamos que la sensibilidad quedó normal del lado izquierdo,
todo rastro de hiperestesia desapareció.
La enferma declara además que, desde la primera sesión de
hipnotización, el apetito le volvió, come mucho mejor que
en otro tiempo.
Se queja siempre de neuralgias que desde hace doce años principalmente
ocupan todo el lado izquierdo de la cabeza, y pide que se la cure.
En la primera hipnotización, en efecto, la sugerencia se había
referido solamente al hiperestesie del lado izquierdo del cuerpo. Comprobamos
de nuevo, antes de adormecerlo, que la neuralgia es acompañada por
sordera de la oreja izquierda. No oye el reloj a cinco centímetros.
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La colocamos delante del espejo rotativo y, al cabo de algunos minutos,
le hacemos la
sugestión de dormir.
Durante el sueño y repetidas veces, le hacemos las sugerencias de
conservar una sensibilidad normal en todo el lado izquierdo del cuerpo,
de no sufrir más neuralgias del lado izquierdo de la cabeza, por
fin de entender de la oreja izquierda.
La enferma es despertada por sugestión verbal. Declara encontrarse
bien, más tener dolores de cabeza.
Le hacemos entonces tapar la oreja derecha con la mano, y comprobamos que
oye la voz grave tres metros de distancia. El reloj es oído a un
metro.
El 30 de junio, la enferma se queja ahora de sufrir del lado derecho de
la cabeza. No es una transferencia que se produjo, porque hay que recordar
que la enferma sufría de toda la cabeza, pero principalmente del
lado izquierdo. Al haber desaparecido el dolor del lado izquierdo, siente
más las neuralgias del lado derecho. La sordera volvió durante
la noche. Adormecida como la víspera y sometida a las mismas sugestiones,
declara al despertar tener más dolores y comprobamos que oye de nuevo
la voz y el reloj.
El 1 de julio, la enferma se declara mucho mejor; tiene sólo pocos
dolores en el lado izquierdo de la cabeza. Comprobamos, antes de adormecerlo
que todavía oye el reloj un metro de distancia de la oreja izquierda.
La enferma es adormecida por el procedimiento acostumbrado y le sugerimos
no sufrir más la cabeza y continuar oyendo.
A partir de esta época la curación se mantuvo completamente.
La enferma fue todavía conservada un cierto tiempo en observación,
y salió del hospital cuando se hubo comprobado que su curación
era definitiva.
OBSERVACION III.
Paraplejía histérica en una sola sesión de sueño
provocado por medio del espejo rotativo.
La enferma es una mujer nombrada María F, edad de 24 años,
ejerciendo la profesión de ama de casa esta mujer entró en
el hospital por dolores en las piernas y un parálisis que absolutamente
le impide marchar y tenerse en pie.
Su padre todavía vive, es de temperamento nervioso. Su madre, que
también vive, tuvo ataques de nervio en su juventud.
La enferma no presentó nada de individuo en su infancia. Ha tenido
la regla a la edad de doce años. Regla de manera irregular, tenía
la leucorrea.
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A la edad de los quince, tuvo un ataque de reumatismo y sufrió de
dolores articulares
durante un año y medio.
Se casó a la edad de 18 años y fue cerca de seis años
sin tener niño. Tiene ahora 24 años, y, solamente al último
diciembre, tuvo un hijo que murió muy luego.
A parte de su reumatismo que tuvo a los 15 años, su salud general
siempre fue buena; pero es sujeta a malestares nerviosos. Muy impresionable,
es tomada por temblores a la menor contrariedad. Experimenta a veces la
contracción faríngea con ahogo, que le da la sensación
de la bola histérica. Es sujeta a los dolores de cabeza y, a veces,
a los temblores sin causa.
El 19 de junio, por la noche, tuvo accidentes gástricos, vómitos
y diarrea que se puede producir una indigestión.
Al mismo tiempo, se le declaró dolores en las piernas, que persistieron
después de los disturbios gástricos, y fueron bastante intensas
para devolverle, desde este momento, la marcha imposible.
No mejorándose de este estado los días siguientes, se la condujo
el 2 de junio al hospital.
El examen de los diferentes órganos no revela nada notable.
Los reflejos córneos y faríngeos son abolidos.
El campo visual no parece estrechado.
Él no allí ningún clavo histérico, ni de hiperestesie
espinoso.
Encontramos zonas de disminución de la sensibilidad.
Los ovarios son poco dolorosos.
Hay una hiperestesia en los muslos.
El 25 de junio, a las 9 de la mañana, la enferma está traída
y colocada delante del espejo rotativo.
Para hacerla venir de la sala donde se encuentra su cama y hacerle atravesar
las salas intermediarias, varias enfermeras son obligadas a sostenerla y
casi a llevarla, porque, a pesar de su ayuda, vacila a cada paso y avanza
sólo con la dificultad más grande.
Colocada delante del espejo rotativo en movimiento, al cabo de cinco minutos
apenas,
tiene un sobresalto y cae profundamente adormecida. Esta enferma no se quedó
mucho tiempo, como otros, en estado de pequeño hipnotismo para llegar
sólo
progresivamente a un sueño más profundo. El movimiento convulsivo
que
comprobamos en su casa, mientras que ya se encontraba en estado de fascinación
y
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de pequeño
hipnotismo, marcó el instante preciso cuando entró en el período
de gran
hipnotismo. Además, podemos comprobar que Tono obtiene en su casa,
por los
procedimientos ordinarios, la rigidez y el franco hiperexcitabilidad neuromuscular
características del estado de gran hipnotismo.
Durante el sueño, le hacemos tres o cuatro veces la sugestión
de no sufrir más en las piernas y de marchar fácilmente.
La sugestión de no dejarse adormecer por ninguna otra persona extraña,
no designada para hacerlo, ni por algún objeto, le es hecha también
y renovada muchas veces, debido a su facilidad que hay que derribar en gran
hipnotismo. Al cabo de cinco minutos la despertamos por sugerencia simple
y verbal.
Parece un poco asombrada, luego, sobre la invitación que se lo es
hecha, se levanta muy fácilmente, afirma que no sufre más,
y vuelve sola su cama, da un paso firme, para gran asombro de todo los que
a ella vieron enseguida pasar, sostenida difícilmente por varias
personas.
Cada día marcha fácilmente y sin dolor, desciende al jardín
y se pasea, lo que no había podido hacer desde su entrada al hospital.
El 26 por la mañana le decimos volver a hacernos adormecer de nuevo.
Se levanta sólo sin dificultad, marcha sólo y viene sin necesitar
apoyarse en el camino. Colocando delante del espejo se duerme como la víspera,
presentando siempre un movimiento convulsivo en el momento en el que pasa
en estado de gran hipnotismo, al cabo de cuatro minutos.
Las mismas sugestiones que la víspera le son repetidas, pero además
lo dejamos dormir una media hora.
Los dos días siguientes no la adormecemos, la curación se
mantiene completa, marcha siempre sin dificultad y se pasea como todo el
mundo.
El 29 de junio, le recordamos para adormecerla de nuevo. Se queja de un
punto neurálgico en la región derecha de la frente desde ayer.
La presión al nivel del nervio conocido orbital es muy dolorosa.
La adormecemos, siempre por el mismo procedimiento, y, al despertar, no
sólo afirma que no sufre más, pero es fácil comprobar
que el punto conocido orbital, en seguida tan doloroso a la presión,
ahora es completamente insensible.
Esta enferma ha sido seguida durante cierto tiempo y revisada varios meses
después; su cura es mantenida completa como a su salida del hospital;
es definitiva.
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OBSERVACION IV.
Histerismo, neuralgia ciática y paresia dice en miembro inferior
derecho. Curación por el
empleo del espejo hipnótico.
La enferma, que se le hace el objeto de esta observación, entra al
hospital el 15 de marzo de 1892 por dolores en la pierna derecha y una gran
dificultad para la marcha.
Su padre y su madre viven y muy sustentadores.
La enferma es de edad de 25 años, ejerce la profesión de ama
de casa, tuvo tres niños e hizo dos lechos falsos, la última
en diciembre.
Hace volver a remontar el comienzo de sus dolores al nacimiento de su último
niño vivo, es decir, hay cerca de dos años. Estos dolores
ocupan un residen en el miembro inferior derecho.
La enferma tiene la sensación de la bola histérica. Comprobamos
la abolición del reflejo faríngeo y el reflejo córneo.
La presión es dolorosa al nivel de los ovarios.
Los dolores al nivel de las piernas son intermitentes, sobrevienen ordinariamente
durante la noche, sin pródromos individuales, si no es poco el cansancio.
Tiene de la paresia de la pierna derecha, acompañado por neuralgia
a lo largo de ciática; presenta los puntos doloroso isquiático,
glúteo, poplíteo, perineo. Comprobamos las zonas muy extensas
de anestesia a la pierna y algunas unas a la pierna derecha. Algunos disturbios
digestivos, gastralgia.
La enferma tiene cefalalgias intensas y frecuentes; también presenta
el fenómeno del clavo histérico.
Presenta disturbios de la vista que consisten de allí la ambliopía.
Ningún estrechamiento del campo visual, ningún disturbio del
oído. Tiene, en cambio, de la anosmia pero conservó sus sensaciones
gustativas.
Reflejo plantar conservado a la derecha, abolido a la izquierda. Ambos reflejos
rotulares son un poco exagerados, ninguna trepidación epileptoide.
Esta enferma estuvo sometida al tratamiento hipnótico por medio del
espejo rotativo. Desde la primera sesión los dolores desaparecieron,
y después de algunos días, durante los cuales estuvo sometida
cada mañana en una hipnotización metódico, pudo marchar
muy fácilmente.
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Una mañana, como ella se había quejado de la debilidad de
su vista que no le permitía
distinguir letras gruesas a una distancia escasa, la sugerencia le fue hecha
inmediatamente de ver de lejos y de poder leer las letras más finas.
Esta sugestión fue
renovada el día siguiente y desde su vista fue suficiente para permitirle
leer y trabajar.
OBSERVACIÓN V
Hemecoreo histérico.
La mujer C. F, de edad de 46 años, ejerciendo la profesión
de ama de casa, se presenta a nuestra consulta externa de las enfermedades
nerviosas el 6 de abril, por la dificultad de la marcha, debida a movimientos
involuntarios y encordones por el miembro inferior izquierdo.
A causa de la dificultad en la marchar, hasta sostenida por una otra persona,
se la introducimos al hospital para seguir regularmente su tratamiento.
Su padre murió de un ataque de apoplejía. Su madre está
viva y de buena salud, aunque muy nerviosa. No conoce a ningún miembro
de su familia que hubiera presentado disturbios análogos. ¿Tuvo
un solo niño, quién murió en la primera infancia de
convulsiones?
La enferma tuvo el sarampión hacia la edad de cinco años;
ninguna otra afección en la infancia.
Regla a la edad de quince años, ella siempre estuvo muy bien después.
Es novia a la edad de 35 años.
Afirma no haber tenido la sífilis y no encontramos por otra parte
ningún rastro de esta afección. A pesar de sus denegaciones,
se efectúa allí de pensar que tenía costumbres alcohólicas.
Presenta en efecto unas fases que se acerca mucho a la de los etílicos.
La figura es entorpecida, sin expresión, los labios espesos, la nariz
roja.
Hoy ya cerca de dos años, se percibió que su vista bajaba,
los objetos le parecían envueltos con una niebla; poco a poco no
pudo entregarse a los trabajos que exigían una atención constante.
Estos disturbios de la vista progresivamente aumentaron, pero no fueron
acompañados por ningún otro accidente.
Hoy cerca de tres meses, vino en el servicio y le encontramos entonces,
además de una sarna que era causa allí de su entrada, signos
de alcoholismo y algunos estigmas histéricos.
El último el 5 de marzo, fue tomada de modo súbito por movimientos
desordenados e involuntarios en todo el lado izquierdo del cuerpo. El miembro
inferior, el brazo, la cara eran el asiento de movimientos sin objeto determinado;
la cara hacía muecas, la boca fue desviada hacia la izquierda.
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Entró entonces en el servicio de Sr. profesor Wannebroucq donde los
quince días se
quedó. Nos dice que se le hizo entonces de la sugerencia, que le
hizo tomar baños y
que en consecuencia de este tratamiento el miembro superior fue curado.
A su entrada al servicio, comprobamos que el miembro inferior izquierdo
es agitado por
movimientos casi continuos. Estos movimientos consisten o sea en flexión
o en
extensión del pie sobre la pierna, de la pierna sobre el muslo, o
sea en rotación de la
pierna de dentro por fuera, o sea en torsión del pie sobre la pierna.
Estos movimientos aumentan tan pronto como se acerca a la enferma o tan
pronto como es emocionada. El miembro superior mismo todavía es el
asiento de algunos pequeños movimientos, particularmente hacia el
hombro.
Los reflejos rotulares son ligeramente disminuidos, el reflejo faríngeo
no es abolido. Al examen de la sensibilidad, comprobamos del hiperestesie
sobre los miembros izquierdos, ningunas placas de anestesia. Existe una
hiperestesia espinosa, los ovarios son sensibles a la presión.
Esta enferma está sometida al tratamiento hipnótico por medio
del espejo rotativo. No sobrepasa el período de pequeño hipnotismo;
sin embargo, desde la primera sesión, los movimientos del miembro
inferior derecho se vuelven mucho menos frecuentes y menos violentos. Ya
puede, en consecuencia de esta sesión, levantarse sin ayuda y regresar
sola a su cama; aunque la pierna todavía tuviera movimientos involuntarios,
se volvió más firme y la marcha es posible.
Los días siguientes, sometida siempre exclusivamente al mismo tratamiento,
el mejoramiento se acentúa cada vez más y durante la jornada
puede subir y descender y pasearse sola.
Después de las cuatro primeras sesiones diarias, le hacemos una sugestión
cuyo efecto debe durar cuatro días, durante la que no la adormecemos
y la curación se mantiene.
Después de este período la hacemos volver de nuevo cada mañana
durante algunos días para adormecerla y sugerirle la curación
completa que podemos considerar entonces como definitiva.
OBSERVACION VI.
Histerismo, alcoholismo, alienación mental; mejoramiento por nuevo
empleo del
hipnotismo por medio del espejo rotativo,
Daremos sólo en resumen esta observación.
La dama D. es de edad de 29 años, su padre murió de neumonía,
su madre, que todavía vive, ha sido encerrada durante un año
en una casa de salud. Una hermana de la enferma está considerada
como loca.
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Casada desde hace cinco años, la enferma jamás tuvo niños;
menstruación difícil e
irregular, disturbios dispépticos frecuentes. La enferma, de su propia
confesión
confirmada por las informaciones de las que le rodean, tiene una inclinación
irresistible
por las bebidas alcohólicas. Comprobamos repetidas veces en su casa
crisis de gran
histerismo, posición en arco de círculo, estado cataléptico,
etc., lo que se nos dispensa
de insistir en los disturbios de la sensibilidad que existen en su casa.
En la época en la que nos proponemos tratarla por el hipnotismo y
el espejo rotativo es enajenada perseguidora; y he aquí el resumen
de las particularidades interesantes que señalaron su tratamiento.
La enferma se quejaba en primer lugar de insomnios rebeldes, que fueron
combatidos con éxito sugiriéndole dormirse a una hora determinada
y dormir un número de horas determinados.
Dijimos que la enferma tenía una inclinación irresistible
por las bebidas alcohólicas, sus parientes nos previnieron que, a
pesar de todas las precauciones tomadas alrededor de ella, se proporcionaba
vino y licores. Les afirmamos a sus parientes que se podría dejar
en lo sucesivo a su alcance los líquidos alcohólicos, y en
efecto, la sugerencia de dejar beber que el agua hizo más efecto
que los medios empleados hasta entonces.
Más tarde fue atormentada por la tarde y algunas veces durante la
jornada por visiones terroríficas, alucinaciones en las cuales veía
relojes o animales; fue todavía fácil por la sugerencia de
eliminar este síntoma.
Por fin esta enferma nos permitió demostrar cuánto es fácil
evitar el peligro pretendido que haría correr a los enfermos el entrenamiento
hipnótico exponiéndolos a hipnotizarse sólo delante
de un objeto brillante o a ser hipnotizados por una persona cualquiera.
En efecto, según la regla la que jamás se debe abandonar en
estos casos, había sido sugerido repetidas veces a esta enferma que
ninguna otra persona podría adormecerla. Varios meses después,
como se encontraba en el campo, hicimos apelar a un médico vecino
que soñó también con combatir sus insomnios por el
hipnotismo, pero fue obligado a renunciar a eso después de un gran
número de tentativas vanas para adormecerla. Este hecho nos fue contado
más tarde por la enferma misma que, olvidando en el estado de la
víspera las sugestiones que le habían sido hechas, ignoraba
por qué no se había podido adormecerle; y sus parientes nos
confirmaron la puntualidad.
Inútil añadir que después la hipnotizamos tan fácilmente
como en otro tiempo, comprobando así que la sugestión era
la sola causa que lo había impedido ser adormecida por otra persona.
OBSERVACION VII.
Sordomudez histérica con paraplejía, curación por los
espejos rotativos.
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El enfermo
es un hombre de edad de 40 años que entra en el hospital alcanzado
por
sordera y por mutismo absolutos por una paraplejía. Su padre murió
de tuberculosis
pulmonar; era dice, muy nervioso. Su madre todavía vive, sería
también nerviosa, pero
sin que pueda decir si jamás estuvo de crisis. Tiene un hermano y
una hermana muy
irritables y muy impresionables, lloran fácilmente, pero jamás
tuvieron crisis.
En los antecedentes mórbidos del enfermo levantamos sólo una
pleuresía.
Tuvo, dice, muchas penas, sintió un dolor profundo de la pérdida
de una persona a la que quería.
Está casado y tiene 4 niños; es sin cesar inquieto, atormentándose
mucho sobre la suerte de su familia. En estos momentos de inquietud, siente
una constricción profunda a la garganta, al hueco del estómago;
siente, dice, su corazón helarse.
Hace ocho años, en consecuencia de un dolor vivo y moral, tuvo por
primera vez una gran crisis; sintió una violenta cefalalgia que ocupaba
la frente y el occipucio; estas cefalalgias todavía vuelven hoy por
intermitencias. Experimentaba al mismo tiempo dolores muy vivos en el epigastrio,
con sensación de bola que subía hasta la faringe y la sensación
de frío en la región precordial. Él cayó pesadamente
a tierra y quedó inconsciente, entendiendo, dice, zumbidos, pero
que no percibían lo que se decía alrededor de él.
Estas crisis se repitieron cuatro o cinco veces al año, durante dos
o tres años, presentando más o menos los mismos síntomas;
no los preveía. Luego todo se calmó poco a poco y las crisis
no se reprodujeron más, sino el enfermo quedó muy irritable,
enfadándosele pesar de le a la menor ocasión, risueño
o lloroso por un motivo fútil.
El 23 de abril, tuvo una discusión respecto a su paga; considerando
frustrado en sus derechos, soñando con su mujer y con sus niños,
entró en una cólera violenta, y la intención le vino
un momento de armarse para vengarse de aquel que creía que él
lo había frustrado; pensada de el que enrojece hoy. Vuelve a su casa
en presa de dolores violentos en la cabeza, y el epigastrio; percibiendo
siempre hacia la región precordial, la misma sensación de
frío en la cual insiste.
Cada día siguiente, que es el domingo, queda sombrío, queriendo
ver a alguien; tiene escalofríos, tiembla; le parece que va a volverse
loco; niega todo alimento.
El lunes por la mañana vuelve a trabajar; pero se siente, dice, muy
raro. A las 9, abandona su trabajo, perseguido por una idea de persecución,
se imagina que se quiere matar a su familia de hambre. Llegado a su casa,
se acuesta, pero pronto se siente tomado de dolores tan violentos en todo
el lado izquierdo que hace buscar a un médico que ordena un vejigatorio.
Vejigatorio puesto, el enfermo se levanta, pero cae pesadamente a tierra
como una masa. Esto pasaba hacia 11 las horas; se queda así, absolutamente
extraño para todo lo que se hacía alrededor de él,
hasta la una y medio. Cuando le volvía era sordo y mudo. Es mientras
se lo aportemos al hospital; todavía fue por lo menos una hora el
ojo despavorido, tratando de articular palabras que no podía pronunciar.
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Por la tarde su temperatura ascendió 30° 1. Al día siguiente
por la mañana la
temperatura había caído a la normal. Es mientras pudimos examinarlo.
La inteligencia es intacta; responde muy bien por escrito; repetimos a propósito
las mismas cuestiones bajo varias formas, no se contradice. La memoria conservó
su integridad.
Órganos de los sentidos. -el gusto y el olfato son intactos. El sentido
de la vista no es
enturbiado. El campo visual no es estrechado; distingue los colores.
El oído y la voz son completamente abolidos. Observamos que la oreja
externa es completamente insensible al cosquilleo; podemos introducir impunemente
un pedazo de papel hasta el tímpano.
El enfermo absolutamente no percibe ningún sonido, cualquiera que
sea la intensidad del ruido que Tono produzca a su oreja.
Si se coloca un reloj entre sus dientes, o si lo aplica sobre su frente
no percibe en absoluto el ruido. No tiene en absoluto ceguera verbal, porque
responde muy bien por escrito, y hasta comprende más o menos al movimiento
de los labios a uno de sus vecinos de la cama. Hay que observar sin embargo
que cuando escribió durante 15 o 20 minutos, no tiene lo que se podría
propiamente llamar de la agrafia, pero más bien de la amnesia. Busca,
lo vemos en sus gestos, el fin de una palabra, y que no puede encontrarla,
continúa su frase. Así la palabra comprender, que había
escrito muy bien al principio de las cuestiones que le fueron hechas por
medio de pizarra, no sabe más escribirla hacia la 20 o 25 línea;
escribe "comp" simplemente y así para otras palabras.
Movilidad y sensibilidad. -no hay atrofia muscular. La fuerza dinamométrica
es conservada y normal.
Los miembros superiores son absolutamente intactos, pero no hay de allí
también unos miembros inferiores; existe una verdadera paraplejía
quién es caracterizado por la pérdida de las sinergias musculares
que aseguran el equilibrio de la marcha. Hace falta que dos hombres sostengan
al enfermo; es sobre todo cuando quiere marchar que la impotencia se manifiesta;
sus piernas se doblan y son tomadas por temblor.
El reflejo córneo es disminuido. El reflejo faríngeo es completamente
abolido.
El reflejo rotular también es abolido. Encontramos una zona bastante
extendida por anestesia cutánea sobre la delantera del pecho y un
poco a la derecha; mientras que bajo el pecho izquierdo se encuentra una
zona que parece hiperestesia. Digo, que aparece, porque es el asiento de
vejigatorio reciente, y podemos actualmente darnos cuenta de aquel sólo
era la sensibilidad normal en este punto.
A la cara anterior del muslo derecho, una placa de anestesia, de forma triangular,
por delante del gran trocánter. Sobre el mismo miembro, otra placa
de anestesia, en forma de triángulo cuya cumbre estaría a
la rótula y la base en medio del muslo. Un poco encima, una zona
más pequeña donde la sensibilidad es simplemente retrasada.
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Una gran placa de anestesia ocupa casi toda la cara anterior del muslo izquierdo,
y al
nivel de la rodilla izquierda una placa alargada por hiperestesia.
La sensibilidad a la temperatura es alterada tan profundamente; no entraremos
en más detalles, la observación completa delante de ser objeto
de un trabajo especial.
Se trataba de someter a este enfermo al tratamiento hipnótico y a
la sugerencia. Vemos consecutivo que se elevaba allí una gran dificultad.
Cómo entrar en comunicación, durante el sueño hipnótico,
con un sujeto absolutamente sordo; porque se podía gritar de todas
sus fuerzas a su oreja, absolutamente no oía nada; ¿era más
sordo que el mismo sordomudo, porque a menudo éstos perciben ciertos
ruidos brillantes? Se trataba primero de encontrar un medio de intimarle
a Retorcer de oír, para hacérsele hacer una autosugestión
que, en seguida comenzada, fácilmente sería desarrollada.
En el estado de la víspera, comunicábamos bien con él
por la escritura, pero no quería emplear este medio por la sugestión
por varias razones.
Si la sugestión por el gesto imperativo puede ser tan rápida,
tan profunda y tan eficaz como la sugestión por la palabra, no está
de allí también de la sugestión por la palabra escrita.
En efecto, la escritura directamente no puede evocar una idea en el cerebro,
evoca solamente la imagen de una palabra, que misma representa la idea que
se quiere comunicar. Se sigue un retraso en la transmisión del pensamiento,
que necesariamente debilita mucho el efecto de la sugestión y la
haría inevitablemente menos eficaz en un caso como éste donde
hacen falta una orden rápida y un efecto súbito.
Había todavía otro inconveniente que emplea la sugestión
por la vista en nuestro caso particular. La sala donde debía adormecer
al enfermo era muy alumbrada; abriéndole los ojos, me encontraba
expuesto a hacerle pasar en estado de catalepsia, estado en el cual la sugestión
hubiera sido imposible.
Por fin quería imponerme en las condiciones donde me habría
encontrado si este enfermo no hubiera sabido leer escribir ni, y me decidí
a emplear el sentido del tacto para desarrollar en él una autosugestión
capaz de dejarle oír.
El enfermo pues estuvo colocado delante del espejo rotativo y, sin explicarle
de ningún modo lo que se esperaba y lo que debía llegar, le
avisé solamente de mirar.
Al cabo de aproximadamente diez minutos, era evidente que el enfermo comenzaba
a hipnotizarse; el pecho fue levantado de cuando en cuando por una inspiración
profunda, los ojos eran fijos y los párpados latían a veces.
Le cerré los ojos con los dedos y en seguida una inspiración
más profunda me advierte que fue bien sumergido en el sueño
hipnótico.
Me coloqué bien frente al enfermo, y precipitadamente apliqué
un dedo sobre el
conducto auditivo externo por cada lado, para cerrarlo completamente. Me
quedé así
algunos segundos con el fin de dejar caminar en su cerebro una autosugestión
relativa
todavía vaga en el sentido del oído; luego, súbitamente,
apartando las manos, le grité al
mismo tiempo: "oiga". La misma maniobra fue repetida tres veces,
y, después de la
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tercera vez,
el enfermo avisaba con la mano que comenzaba a entender de la oreja
derecha.
Desde entonces, el éxito estaba seguro y pude desarrollar la sugestión
y ordenarle entender y entender muy bien como en el pasado. Supe entonces
que había dicho por escrito que desde hace tiempo oía mucho
menos mucha oreja izquierda que la derecha.
Cuando fui asegurado por sus gestos que perfectamente me oía, me
ocupé de la palabra y comencé a sugerirle que podía
hablar.
Le hice primero responder sí a ciertas cuestiones, obligándole
a repetir esta palabra después de mí. Quise entonces hacerle
pronunciar su nombre y el nombre de la calle que habitaba; pero me percibí
que la misma dificultad se renovaba para cada sílaba nueva que había
que hacerle pronunciar, para cada sonido que debía emitir. Le parecía
que había olvidado a la vez la noción de los diferentes sonidos
y perdido la facultad para producirlos.
Tomé pues al siguiente medio para recordar rápidamente a su
memoria todas las combinaciones posibles de sonidos, y hacérsele
hacer al mismo tiempo una suerte de gimnasia de la palabra.
Lo forcé por repetir después de mí toda la serie de
las cifras desde uno hasta treinta, luego sucesivamente todas las letras
del alfabeto. Al mismo tiempo a medida que avanzaba en este ejercicio veía
la voz volverse más fácil, y, en seguida esta serie acabada,
estaba seguro que podría hablar fácilmente. Le hice pues algunas
cuestiones comunes a las cuales respondiera correctamente, luego le sugerí
que continuaría entendiendo y pudiendo hablar después de su
despertar, y lo desperté por sugestión verbal.
Toda esta sesión, desde el momento cuando había sido sumergido
en el sueño hipnótico, había durado no más de
15 minutos.
Comprobé que perfectamente oía el ruido del reloj colocado
entre los dientes o sobre la frente, y que oía la voz grave cinco
metros de distancia.
No me ocupé aquel día de la paraplejía y le hice acompañar
al enfermo a su cama por los hombres que lo habían traído.
El día siguiente, el enfermo fue hipnotizado de nuevo y, por orden
terminante simple y verbal, le sugerimos que él ya podía marchar.
En efecto, desde su despertar, pudo levantarse y regresar sólo en
la sala; durante la jornada pudo pasearse, habiendo conservado sólo
un poco de dolor y entumecimiento en el pie izquierdo. Estos dos síntomas
desaparecieron completamente a la tercera hipnotización y desde entonces
enfermo marcha y se pasea como todos los demás.
Hay que observar que, desde la primera sesión de hipnotización,
no había sido más cuestión de enriada y de la palabra
en las sugerencias. Su sordomudez había sido curada radicalmente
en una sola sesión.
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Esta observación es interesante, porque, si los casos de mutismo
histérico son bastante
frecuentes, no conocemos apenas observaciones en las cuales hubiera estado
como
en este caso acompañado de sordera. Además, hasta el punto
de vista de la puesta en
ejecución de la sugerencia, esta sordera absoluta aportaba dificultades
interesantes en
vencer; porque, si se tenía la certeza de curar a este enfermo por
la sugerencia, había
que encontrar el medio de enviarla a sus centros cerebrales devueltos casi
inaccesibles
por la supresión del sentido del oído.
Estas observaciones que se refieren en sujetos bastante variados, muestran
una vez más todos los servicios que se puede esperar la medicación
hipnótica en la terapéutica de las afecciones nerviosas.
" Lo que todavía caracteriza este nuevo método de tratamiento
y lo que " solicita
justamente su aplicación, " dice Sr. Luys, es que no sólo
" es eficaz, sino que todavía
ella " no es perjudicial. No es una sustancia activa, pesada y material
que " entra en la
economía y desarrolla allí " sus energías limpias.
Es un agente " físico, imponderable,
que se manifiesta de modo puramente dinámico, en la intimidad de
la trama nerviosa yque le penetra a fondo. Él acoten como las corrientes
eléctricas, como las corrientes
magnéticas, sin determinar de reacciones " dolorosas, y deja
" como rastros de su
paso que efectos " sedativos y benéficos. He aquí los
hechos " innegables, y, hasta
ahora, yo " todavía no comprobé ningún efecto
nocivo de " este nuevo método
terapéutico " siguiendo las indicaciones que anteriormente formulé.
"
Desde que Sr. Luys escribió estas líneas, su método
se generalizó y recibió la sanción del tiempo. Nosotros
mismos (as), que lo aplicamos desde hace varios años, podemos añadir
que jamás observamos el menor efecto lastimoso.
Hay utilidad pues grande que generaliza este método y a hacerla aplicable
al número más grande y posible de sujetos; es aquel a que
llegamos por el empleo de los espejos rotativos.
En la inmensa mayoría de los casos, es la sugerencia que fue el agente
directo de la curación; pero todavía hay otros casos, dice
Sr. Luys, que podrán gozar del sueño hipnótico aparte
de toda sugerencia.
Así, en ciertos períodos de alienación mental, donde
no se puede intentar nada para restablecer el equilibrio de las funciones
cerebrales, todavía podremos obtener momentos de descanso y de calma
con la ayuda del hipnotismo; y, en estos casos particulares, es la mayoría
de las veces sólo con la ayuda de los espejos rotativos que se podrá
llegar allá.
En ciertas formas de parálisis ensayo general al principio podremos
reparar en parte las fuerzas motrices, y devolverles a los enfermos una
dosis cierta de energía física y mental, por la calma y el
descanso que les proporcionará el sueño artificial.
Algunas veces, como en la inmensa mayoría de los casos de patología
mental,
deberemos limitarnos a eliminar ciertos síntomas como las alucinaciones,
las ideas de
persecución, Yo insomnio, etc., pero estos mismos resultados ya tienen
una
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importancia
suficiente y, además, permiten esperar que se pueda conseguirlo más
duraderos.
Principalmente es en las neurosis, y sobre todo en las manifestaciones tan
variadas del histerismo y en todos los estados que están bajo su
dependencia, que este método debe triunfar. En estos casos, se coloca
en lo sucesivo fuera de par, por encima de todas las demás medicaciones,
por su inocuidad absoluta, la ausencia de todo tratamiento penoso y desagradable
para los enfermos, y por fin la certeza con la cual alivia y cura.
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CAPITULO IV
TRATAMIENTOS DIVERSOS
Electroterapia.
Sabemos la importancia que tomó desde hace algunos años la
Electroterapia en medicina. Tratados especiales han sido consagrados a esta
rama de la terapéutica y no sabríamos ser repetidos con los
clásicos para este sujeto.
Simplemente digamos, que a parte de los casos de parálisis, la electricidad
estática debe siempre ser preferida a la electricidad dinámica
en la mayoría de las aplicaciones. Conseguiremos los resultados excelentes
combinando el empleo de la electricidad estática y de los imanes.
Sin embargo es una aplicación de la Pila de Volta que es fácil
hacer y que da los resultados excelentes. No podemos él pasar en
silencio y vivamente les recomendamos el empleo a los prácticos facultativos:
es la Pila directa.
La Pila directa.
Bajo el nombre de Pila directa, designamos una aplicación curiosa
de la Pila de Volta que abastece a la terapéutica un aparato excelente
de revulsión.
Sobre una banda de tela disponemos de una serie de simidiscos de zinc y
de cobre alternados como lo indica la figura. Además, al principio
y al fin de la banda, ponemos un disco de cobre precedido por un disco de
zinc.
Este aparato muy fácil que hay que aplicar es accionado por el sudor
y produce al cabo
de algunas sesiones una erupción
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La pila directa.
Característica. Da los resultados realmente sorprendentes en la inmensa
mayoría de las enfermedades de la médula.
Empleo del Agua.
Dejando a un lado todas las aplicaciones conocidas de la hidroterapia, vamos
a insistir muy especialmente en el tratamiento dietético de Schrôth
que permite utilizar el agua de manera verdaderamente sorprendente en cuanto
a los resultados obtenidos.
El tratamiento dietético.
En estos últimos años sabemos cómo el cura Kneipp difundió
por todas partes su método y su tratamiento.
Entonces, estudiando el tratamiento dietético de SCHROTH, veremos
que este género de tratamiento fue conocido bien mucho tiempo antes
del cura Kneipp.
Nuestra experiencia personal nos permite afirmar el valor del tratamiento
dietético para las neurastenias graves y la utilidad de las compresas
mojadas aplicadas según el método de Schroth en muchas afecciones
nerviosas sobre dolores localizados.
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Así como este tratamiento es casi desconocido vamos a hacer extractos
bastos a la
traducción de Kypke.
EL TRATAMIENTO DIETÉTICO sin medicinas ni hidroterapia, según
el sistema del médico de la naturaleza SCHROTH, detallado y explicado
por Mauricio Kypke, doctor en filosofía y farmacéutico de
1re clase. Traducido por la 24 edición del alemán. Leipzig,
Luis Fernau. -París Haas y Steiner, 9, rue Jacob. -Berlín,
Theobald Gruben, 1864.
El envolvimiento y las compresas húmedas.
Nos proporcionamos una cubierta fuerte de lana como las empleamos en los
hospitales y en las casas de baños para el mismo fin; para una gran
persona, debe tener seis pies de longitud y un tanto de ancha. Por la tarde
en el momento de acostarse, lo que se efectúa ordinariamente en verano
a las nueve y a ocho en invierno y, en todos los casos, por lo menos dos
horas después de haber comido, extendemos esta cubierta sobre la
cama hasta poco cerca la mitad de la almohada, de modo que vaya hasta las
axilas del enfermo, pero bajo los brazos, que no deben ser envueltas. Otra
cubierta de la cama debe ser quitada. Sobre esta cubierta bien tendida,
ponemos el paño de la cama de tela, de la misma dimensión
que la cubierta, el cual bien ha sido mojado en el agua pura y fría
y bien retorcido; La tela debe ser bastante gruesa para cerrar una suficiencia
de agua (de la tela fina no podría ser conveniente porque guarda
muy poca humedad), la cubierta de lana debe sobrepasar el paño en
la altura de algunos dedos, y éste debe ser también perfectamente
extendido, sin formar de pliegues. Luego tomamos el segundo paño
del mismo tamaño y de la misma calidad también bien mojado
por agua pura y fría y bien retorcido, lo plegamos en tres, de modo
que pueda envolver al enfermo desde las axilas hasta las caderas, y lo extendemos
muy también sobre el otro paño y en el medio de la cama.
Cuando todos estos preparativos son terminados, el enfermo que conserva
sólo su
camisa, nos acostamos sobre la espalda, justa en medio del paño,
luego levanta la
camisa de modo que todas las partes del cuerpo se encuentren a desnudo hasta
bajo
los brazos, que deben siempre quedar libres. La persona de servicio, que
es necesaria
para todas estas operaciones, coloca un lado del paño plegado en
tres sobre el pecho y
el vientre y la otra parte por parte superior, de modo que el punto de junción
se
encuentre por parte superior y no por fondo. Debemos evitar ceñir
demasiado este
paño, para no molestar la respiración. Así como lo
dijimos, este sobre debe agarrar
desde las axilas hasta una poco debajo de las caderas. Luego ponemos el
paño largo
de la misma manera, pero de toda su longitud, y la parte que se queda abajo
es
replegado sobre los pies de modo que se encuentran totalmente envueltos;
Luego
rodeamos al enfermo con la cubierta de lana, de la misma manera, pero teniendo
cuidado que sobrepasa poca altura los paños mojados, y para sujetarle
más
sólidamente, pasamos el primer lado un poco bajo la espalda, luego
pasamos la otra
tan lejos como posible ocuparse de envolver bien los pies. La cubierta debe
cerrarse
bien sobre el pecho pero sin molestar de ningún modo la respiración.
Luego bajamos la
camisa delante y por detrás, teniendo cuidado bien con no desarreglar
la cubierta y los
paños, luego ponemos cubiertas o un edredón sobre todo, siguiendo
la temporada,
pero cubriendo al enfermo hasta la barbilla. Los bordes de las cubiertas
o de la cama
de plumas deben ser bien cumplidos por cada lado bajo la cubierta de lana,
y hay que
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sobre todo
tener cuidado que los pies sean perfectamente envueltos. Es necesario
tener cuidado que la cubierta de la cama rodea muy herméticamente
al enfermo y para
que no hubiera ninguna abertura por la cual pueda entrar el aire exterior
que causaría
un enfriamiento. El cuerpo debe encontrarse totalmente aislado de todo contacto
con
aire; es por eso que es ventajoso poner por encima todo la segunda cubierta
de lana y
envolver con eso todo el paquete. Obtenemos por ahí más solidez
en los sobres, lo que
tiene que considerar sobre todo en los casos donde el sueño es agitado.
En este último
caso también es bueno atar todo, para tener más certeza que
nada será desarreglado.
Con poca habilidad y ejercicio, todas estas preparaciones que parecen tan
minuciosas,
toman sólo algunos minutos. Si se lo encuentra más cómodo,
podemos aplicar el paño
alrededor del torso antes de meter en la cama, levantando la camisa convenientemente
y ocuparse que no se mueva.
Es reconocido que es preferible para el hombre de acción de acostar
sobre la espalda, pero sí, a consecuencia de costumbre larga, un
enfermo prefería estar acostado sobre el costado, esto no haría
ninguna dificultad si se tiene cuidado para que sea perfectamente bien envuelto.
En las enfermedades agudas el envolvimiento debe ser hecho hasta el cuello,
por consiguiente los brazos incluido, con el fin de obtener un calor más
pronto y húmedo sobre todas las partes del cuerpo. Pero en las enfermedades
crónicas, que necesitan un tratamiento más largo, le ahorramos
al paciente esta posición penosa, sobre todo durante el sueño,
es por eso que dejamos los brazos libres para poder también reparar
sí los desórdenes como la inquietud que probamos podría
aportar en la fajadura, y forzar de llamar un socorro extra o de levantarse.
De esa manera el resultado será lo mismo, porque en las enfermedades
crónicas él no allí haber sido periculum in mora y
el tratamiento no será más largo de allí. Si sin embargo
esto era necesario como por ejemplo, en los reumatismos, los atascamientos
gotosos, parálisis nerviosa y otro, rodeamos los brazos y las manos
separadas con servilletas húmedas sobre las cuales lo ponemos de
pitillos, y todo es envuelto cuidadosamente con lana.
En las afecciones catarrosas del cerebro o de la garganta}, o inflamación
de la laringe, es necesario que el enfermo aplique compresas locales como
sigue: mojamos una servilleta de tela gruesa en agua y lo apretamos (como
siempre) fuertemente, lo plegamos luego de modo que sea la dimensión
de la mano, luego lo aplicamos (sobre todo la tarde, antes de la fajadura)
bien a plato sobre el cuello del enfermo, lo ponemos por encima un segundo
pero seca, y sobrepasando la húmeda y rodeamos todo de una venda
de lana. La mañana, antes de la subida, quitamos todas estas vendas,
frotamos el cuello con una ropa blanca seca y caliente y ponemos una corbata.
Si el dolor es antiguo y tenaz, devolvemos esta compresa durante el día,
pero solamente en el verano o en una habitación calentada, en un
tiempo frío se efectuaría allí de temer un enfriamiento.
Debemos cuidadosamente evitar que el aire frío pueda penetrar en
el dormitorio. Durante el invierno la temperatura no debe ser demasiado
ascendida, aproximadamente 12 hasta 14 grado Réaumur, en otras habitaciones
puede ser un poco más elevada, pero no más allá de
180. En las temporadas frías es conveniente de poner una blusa de
noche.
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El enfermo cuidadosamente empaquetado no tardará en tener calor.
El calor húmedo
hace sentir su efecto benéfico tan pronto como el primer sentimiento,
desagradable sea
verdad, del frío es pasado. Sin embargo nos acostumbramos allí
prontamente y sobre
todo durante los grandes períodos de la fiebre, donde el calor de
la piel hace que se
desea tanto un enfriamiento, experimentamos un verdadero bienestar. Ordinariamente
nos dormimos muy rápidamente hasta el día siguiente por la
mañana, a menos que lo
seamos impedidos por accidentes graves y agudos o la producción de
crisis
accidentales. El fin de este envolvimiento no es producir el sudor. Es posible
que se
manifieste en el comienzo o más tarde a consecuencia de los síntomas
críticos. En este
caso hay que esperar y el enfermo debe quedarse en sus toallas tanto tiempo
como le
puede sostener. El sudor en los paños húmedos no es tan insoportable
como en la
cama seca, el sudor desaparece completamente al cabo de poco tiempo cuando
proviene sólo de la opresión o de la falta habitualmente y
no del estado enfermizo
particular.
Por la mañana, en verano aproximadamente a las seis, en invierno
un poco más tarde, procedemos a dados envolvimiento, pero con muchas
precauciones y bajo la cubierta. Primero soltamos los bordes de la cubierta
sin demasiada precipitación, luego el enfermo, sin descubrirse, se
libra tanto como le puede con sus manos, de la cubierta de lana, luego de
gran paño y por fin del sobre del torso, se frota luego con una ropa
blanca caliente o simplemente con la camisa, el pecho y el vientre para
secarlos, quita todo de fondos su espalda y lentamente suelta sus pies.
Después de que todo saliera de fondo el cuerpo, lo quitamos dentro
de la cama evitando descubrir el cuerpo del enfermo. En caso de que el paciente
no es demasiado débil e indispuesto o no impedido por el dolor de
remover el cuerpo, él mismo puede y sin el socorro de nadie, se le
desenvuelve. Cuando el cuerpo se volvió totalmente seco, cerca de
una media hora después, nos levantamos y para lavarse, hasta la boca,
nos servimos de un agua no totalmente fría, entre 14º y 16º
del calor.
Es necesario lavar cada mañana los paños de tela en agua tibia,
y cuando se percibe que los poros de la piel devuelven abundantemente mucosidades
y otras sustancias, los coceremos los ocho o los quince días en agua
de jabón y los lavará cuidadosamente; nos ocuparemos entonces
de el bien enjuagar en agua pura hasta que todas las partes jabonosas bien
sean quitadas. También hace falta cada día extender y secar
la cubierta de lana, durante el verano al aire libre y durante el invierno
cerca de la estufa.
El colchón de plumas de la cubierta de lana bombea una cantidad bastante
notable de humedad de los paños mojados, también es prontamente
húmeda así como la cama; para evitar los disgustos a menudo
bastante grandes que arrastra el secado de cubiertas de lana, que necesitan
un gran calor, podemos poner entre la cubierta y el paño mojado otro
paño seco, de modo que, en el envolvimiento exactamente se encuentre
entre la lana y el paño húmedo.
Todavía voy a dar la descripción de un modo de envolvimiento
general, a exclusión de
los brazos, que presenta grandes ventajas, sobre todo en los casos donde
es necesario
que la nuca y el cuello se encuentren en el mismo grado de calor húmedo
que el resto
del cuerpo, con el fin de que la influencia general también se haga
sentir sobre esta
parte tan importante, lo que no puede ser perfectamente obtenido por compresas
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locales. Nos
hacemos hacer un chaleco o una blusa con mangas muy cortas, de modo
que cubran sólo los hombros, con tres espesores de tela gruesa, este
chaleco debe ir
hasta debajo de las caderas, ya que debe reemplazar el sobre del torso,
y tener un
cuello que sirva al mismo tiempo de compresa para el cuello. Este chaleco
es mojado
en el agua fresca y fuertemente apretado y, abrigo, ponemos el segundo chaleco
seco,
también de tela y hace de modo que pueda abotonarse y cubrir totalmente
el primero.
Sobre todo ponemos otro chaleco de lana gruesa, también con botones
y que tienen un
cinturón ancho con la ayuda del cual podemos consolidarlo alrededor
de la talla.
También ponemos alrededor del cuello una banda espesa de lana. Este
arreglo
presenta la gran ventaja de que el envolvimiento es más simple y
se efectúa más
prontamente que por las compresas locales, que no hay perturbación
posible y que el
paciente conserva el goce pleno de sus brazos, lo que no puede efectuarse
tan
perfectamente con otro sistema. Para el envolvimiento de las partes de abajo
del
cuerpo, levantamos un poco los chalecos secos y de lana y hecho pasar un
poco abajo
el paño húmedo que Tu aplique de manera ya indicado y por
encima se pone la
cubierta de lana hasta las axilas. Si es necesario aplicar compresas sobre
los brazos,
hay sólo a hacer las mangas un poco más anchas de la blusa
de lana. En las
afecciones graves del bajo vientre, a menudo pasa que, durante el curso
del
tratamiento, los pies envueltos no pueden recalentarse y hasta quedan fríos
durante
cada noche. En este caso envolvemos las piernas con paño mojado solamente
hasta
los tobillos, de modo que los pies se queden a seco en la cubierta de lana.
Al cabo de
algunos días este síntoma desapareció a consecuencia
de efectos interiores y
procedemos como antes. Llega tanto algunas veces como sentimos dolores en
los
talones, que pueden volverse tan sensibles que interrumpen el sueño.
Podemos obviar
este inconveniente o colocando los pies sobre el lado, o poniendo bajo las
piernas y
debajo de la cubierta de lana un cojín u otro objeto, de modo que
los talones sean libres
de todo contacto. Este sentimiento doloroso también es sólo
publicación y
probablemente es causada por las vibraciones más multiplicadas por
el sistema
nervioso que está enfermo.
Tan pronto como la acción de la piel esté más viva
o sea el cuerpo pide más humedad, que, en las enfermedades crónicas
tratadas por este método, le llega sólo por los órganos
de la piel, algunas veces los paños se secan sobre el cuerpo y sobre
todo a las piernas. Tan pronto como se lo observe, hay que tomar el tercer
paño mojado y bien apretado, plegarlo en tres duplicados como la
compresa del torso, de modo que vaya desde las caderas hasta los tobillos.
Para envolver colocamos este paño sobre el grande en el lugar conveniente
y rodeamos de eso las piernas dejando sobre el torso su compresa, y pasamos
sobre todo el gran paño. Sobre los pies suficientes tener el paño
simple porque es remangado en varios duplicados y porque esto basta para
producir el calor necesario, lo que no se efectúa sobre otras partes
del cuerpo, aunque sea algunas veces difícil de obtenerlo en las
afecciones del bajo vientre.
Hay que siempre tener el cuidado más grande de proporcionar la cantidad
necesaria de
humedad, sobre todo en los fuertes períodos de fiebre, y, en caso
de necesidad
podemos añadir sobre la compresa del torso de las servilletas húmedas
o de otras los
grandes paños de tela. También hay que tener cuidado bien
que el calor necesario de
todas las partes del cuerpo no sea interrumpido. En este caso quitamos las
ropas
blancas adicionales y nos contentamos con la compresa del torso y del gran
paño. Con
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un poco de
atención el juez paciente de la manera más su estado y puede
pedir los
cambios que juzgue los más convenientes.
Aunque el menstruo de las mujeres sea una función totalmente natural,
no deben dejar de llamar la atención; y algunas veces, en las debilidades
nerviosas, hay que contentarse con la compresa del torso que se pliega entonces
en cuatro duplicados, para no aumentar todavía la irritación.
La prueba cuánto las compresas húmedas son calmantes y benéficas,
es que se las sostiene muy fácilmente en la escarlatina, el sarampión,
la viruela, los empeines y otras enfermedades de la piel y que apaciguan
considerablemente los pruritos que son tan fatigosos y a menudo insoportables.
Alimentos.
La reducción de los alimentos a una elección muy limitada
de verduras simplemente preparadas durante la duración del tratamiento
severo, prueba la importancia que Schroth ató a esta parte de su
sistema; puede asustar bien algunos palacios mimados por la costumbre de
la criada cara, pero que quiere el fin, quiere los medios.
Según las necesidades y el apetito, el enfermo recibe por la mañana
y también en el transcurso del día, en todo tiempo y a discreción,
un bollo blanco seco (de una pasta compuesta de pura harina de trigo, de
levadura y un poco de sal, leche o agua). Debe ser sentado de nuevo de dos
o tres días, la corteza no demasiado morena, por consiguiente demasiado
cocido y la miga de una consistencia tal como ella pueda desmigajarse entre
los dedos, Para cena comemos alternativamente o según el gusto una
papilla al agua con un poco de mantequilla y sal, arroz, sémola,
trigo de trigo sarraceno, de mijo o de pan blanco raído; debe ser
bastante espesa para que se pueda comerla con tenedor. Una papilla igual
puede también ser comida por la mañana y por la tarde, en
caso de que el enfermo lo preferiría, y sobre todo cuando el mal
estado de los dientes no permitiría masticar bien el pan seco. En
caso de que con tiempo se tomaría asco a la papilla, habría
que contentarse con pan que, él, tiene la gran ventaja de que no
se cansa de eso. En todos los casos es preferible comer más pan que
papilla, porque la experiencia probó que no provocaba tanto la formación
de mucosidades.
Así como bebida se tomará durante los primeros ocho días
una decocción de sémola
de avena no demasiado clara y pasada, con adición de azúcar
y de un poco de jugos
de limón, o beberemos solamente lo que será necesario para
aplacar una verdadera
sed, no demasiado a la vez y siempre tibio. En la segunda semana beberemos
una sola
vez al día y la tarde hacia las tres o cuatro horas un pequeño
vaso de vino extenso de
un medio vaso de agua con azúcar y calentado. El mejor medio para
calentar esta
mezcla es una lámpara a espíritu de vino, sobre la cual se
lo dejará hasta que la
espuma se forme en la superficie, pero sin dejarlo hervir. Esta bebida agradable
debe
lentamente ser tomada y a pequeñas cucharadas a café y comiendo
un bollo. Hay que
escoger un buen vino blanco y muy natural, no cerrando demasiado ácido.
No hay que
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tomar el vino
demasiado fino, y debe ser ligero. Sobre todo este vino debe ser un
verdadero vino hecho con la uva y pura de toda mezcla.
En la tercera semana tomamos el vino sin agua; pero siempre con azúcar,
y en caso de sed demasiado ardiente podemos tomar un vaso y medio o dos
vidrios. El tratamiento preparatorio que debe durar estas tres semanas,
puede ser acortado o prolongado según la gravedad de la enfermedad
que se quiere curar.
Este tratamiento preparatorio es sobre todo una necesidad en los casos donde
es
cuestión de una enfermedad aguda, o cuando una enfermedad crónica
grave es
acompañada por síntomas agudos; en este caso, hay que, para
no excitar demasiado
la fiebre, reemplazar la decocción de sémola de avena por
agua azucarada con jugo de
limón, de cereza o de frambuesa, hasta que los accesos de fiebre
sean calmados más
o menos. A principios del gran tratamiento, no hay que perder de vista esta
prescripción, por medida de prudencia, porque en los casos de enfermedades
inveteradas y no caracterizadas, puede sobrevenir un abatimiento contra
el cual hay que cogerse bien en guardia; está más seguro,
y por consiguiente más prudente desarrollar lentamente el estado
crónico y la acción curativa de la naturaleza. En cambio las
personas que tienen sólo un dolor de poca gravedad o que no se sienten
muy enfermas, pueden muy bien no seguir este tratamiento preparatorio; Lo
mismo ocurre cuando los enfermos peligran y cuando hay que actuar prontamente.
Durante este tratamiento preparatorio reparamos al mismo tiempo las fuerzas
del cuerpo cuya apariencia es a menudo engañosa, experimentamos la
fuerza vital y entonces podemos determinar cuál debe ser la duración
del tratamiento. Existen unas naturalezas que se impresionan fácilmente
y en las que se observa desde el comienzo del tratamiento una gran irritación,
entonces no sería conveniente de aportar demasiada severidad. Con
método dietético, el temperamento del enfermo ejerce una gran
influencia y debe siempre cuidadosamente ser observado, ya que es la fuerza
de la naturaleza que sólo actúa para operar la curación;
si el humor natural (no en el estado enfermizo) está vivo e impresionable,
el resultado se obtiene mucho más fácilmente que en las naturalezas
muelles y linfáticas; es necesario excitar enérgicamente a
estas últimas.
En caso de que los órganos de la digestión no serían
debilitados demasiado o no atacados, y donde el organismo esté acostumbrado
a un alimento animal, posiblemente la privación súbita de
la carne podría tener una influencia lastimosa sobre la fuerza orgánica
o por repugnar demasiado a un enfermo demasiado sensible a las privaciones;
por fin si no se puede hacer de otro modo, podremos durante los primeros
tiempos del tratamiento preparatorio comer los vegetales prescritos cocidos
en el caldo, con el fin de que la transición al tratamiento riguroso
no sea demasiado penosa.
Luego intentamos quedarnos todo un día sin beber nada de todo; el
día siguiente
tomamos hacia las cuatro horas el vaso de vino caliente acostumbrado, y
el tercero
hacemos lo que llamamos una juerga, es decir que dos horas después
de la cena
bebemos primero un vaso adivinador caliente, luego varios vidrios, hasta
una botella de
vino frío, comiendo pan. Sin embargo debemos beber muy lentamente,
más o menos
cada media hora un vaso, hasta cuando seríamos obligados a esforzarse
un poco. 11,
a la verdad, hemos permitido beber por su sed y según sus necesidades,
pero puede
considerar en general que una botella debe bastar, sin embargo podría
llegar de casos
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donde el cuerpo
pide más humedad, lo que se efectúa ordinariamente en los
accesos
violentos de fiebre y cuando la debilidad de los órganos de la piel
no pueden absorber
en suficiencia lo cerrado en las ropas blancas mojadas. A condiciones de
beber muy
lentamente, podremos sobrepasar el límite prescrito, sin embargo
el enfermo deberá
siempre dejarse guiar por su estado al efecto que le produce el vino; porque
hay unos
días cuando se puede apenas sostener una media botella y otros donde
lo querría
beber mucho más, sin embargo no debemos abandonarnos a este deseo
en el temor a
causar una irritación demasiado grande o hasta una indisposición.
En este último caso
debemos dejar de beber y al día siguiente por la tarde tomar algunos
vidrios además.
Las mujeres, en los casos de las reglas, deben tener cuidado bien que el
vino no les causa una irritación demasiado grande que podría
perjudicarles; en este caso, y sobre todo para las personas débiles,
habrá que durante este tiempo tomar el vino mezclado con agua y esto
a la tarde y solamente un vaso o dos.
El enfermo es el mejor juez de todas estas circunstancias y habrá
que siempre operar estos cambios según lo que siente. Si no puede
de una sola vez, el día de bebida, beber la cantidad necesaria, beberá
por la mañana hacia las diez horas un vaso de vino caliente. También
aquel día, también bien antes de que después de haber
bebido el vino frío, se podrán, si se siente a eso el deseo,
beber vino caliente azucarado, y entre muchos enfermos que preferían
el vino caliente al vino frío, esta bebida les prestó servicios
muy buenos, sobre todo cuando Tono quiere prontamente aplacar la sed; de
modo que es absolutamente necesario aportar la atención más
grande en el efecto producido por estas bebidas. En todos los casos podemos
recomendar comenzar y acabar el día de bebida por un vaso de vino
caliente.
Durante los días de verano cuando se siente una sed más viva,
podremos mezclar un poco de agua en el vino, pero en pequeña cantidad
y solamente en caso de necesidad, porque en este modo de tratamiento, hay
que evitar en lo posible beber agua para no impedir la reacción que
es necesario producir, también podremos añadir un poco de
agua cuando la sed será demasiado violenta y cuando una botella de
vino no será suficiente para apaciguarlo. En las acumulaciones fuertes
de mucosidades, pasa que debido a la sequedad, la expectoración no
se hace sólo con dificultad, entonces es también necesario
facilitar cada día la evacuación con la ayuda del vino caliente,
tanto tiempo como este estado durará.
Vemos por las explicaciones más arriba, que la bebida está
sometida a muchas modificaciones dictadas por una dirección atenta
y juiciosa del tratamiento. El enfermo inteligente mismo, cuyo fin principal
es el restablecimiento de su salud, sabrá indicar la mejor vía,
porque, en materia de sed, el médico más hábil es obligado
a remitirse a lo que se le dice, y cuando haya comprendido las bases de
este método de tratamiento, no le parará en su marcha o no
disminuirá de eso los efectos pasando o voluntariamente contraviniendo
las prescripciones del sistema; al contrario debemos esperar de él
que aportará la puntualidad más grande en la observancia rigurosa
de todas estas prescripciones.
Durante los días de bebida está todavía permitido comer
a cenar, para reconfortarse, el
arroz o la sémola reventada en el agua con un huevo (tanto el blanco
como el color
amarillo, la clara de huevo cierra más sustancia nutritiva que el
color amarillo), pan
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raído,
un poco de mantequilla y sal, esta mezcla puede ser cocida al horno o reducida
a
bolitas emborrachadas en el agua; añadimos a eso una salsa un poco
espesa hecha
con harina de patata, de vino al cual añadimos un tercio o la mitad
del agua y del
azúcar; muy diferente adición es prohibida. Además
podemos hacer un plato muy
bueno cociendo en el estado de papilla espesa, de pan rallado con cerveza
añadiendo
a eso mantequilla y sal; si Tono lo desea puede también poner en
eso azúcar, o bien
todavía, podemos hacer una papilla siempre espesa con pan raído,
azúcar y vino
extenso de un poco de agua y podemos hervir todo una vez. Una papilla semejante
al
vino o a la cerveza no deberá ser comida, aparte de los días
de bebida, sólo por
casualidad y no en gran cantidad. Si más tarde el enfermo sienta
un gran apetito y una
gran actividad de las vías digestivas, podría comer lentejas
y judías desvainadas muy
cocidas. Tan pues después de cada día una juerga, siguen los
días de abstinencia y
continuaremos también durante algunas semanas; pero si se siente
más allá fuerza y
del coraje podremos suprimir un día de abstinencia; de modo que durante
dos días
enteros se prive de beber, el tercer día tomamos el vino caliente
y el cuarto celebramos
la fiesta de Baco, bebiendo regularmente antes de mediodía un vaso
de vino caliente y
a la tarde el vino frío. No sería conveniente de hacer más
esfuerzos, porque entonces la
energía vital sería demasiado extendida y podría resultar
de crisis muy fuertes que se
debe evitar porque, ordinariamente, ocasionan recaídas. Vale más
lentamente seguir
siempre y con prudencia el modo de tratamiento, y este consejo se dirige
más
particularmente a los enfermos que gravemente son atacados al bajo vientre;
llegamos
más seguramente y más tranquilamente, aunque más lentamente,
al fin que
proponemos. Una diligencia exagerada, por el aumento de los días
de abstinencia,
mientras que la actividad del organismo todavía no adquirió
la fuerza suficiente, puede
muy fácilmente ocasionar accidentes que producen el efecto muy contrario
que aquel
que se proponía. La acción curativa de la naturaleza no se
deja forzar, prosigue
tranquilamente, pero seguramente, su camino, y el momento de su llegada
a su fin
depende de la fuerza vital del enfermo. Si el que puso en eso toda su confianza,
da
prueba de una persistencia absoluta, el resultado feliz le parecerá
de allí sólo más
dulce.
Los descansos.
Después de que Tono siguiera el tratamiento de la manera prescrita
durante seis a
ocho semanas, después de que la lengua se encuentre bien soltada,
y después de que
se desarrolle un apetito vivo, sobre todo el deseo de comer carne, procedemos
a un
cambio en el tratamiento, después de que nombramos el descanso, que
puede durar,
según las circunstancias, de ocho a quince días, y que debe
despertar el coraje
inestable del enfermo. Comemos por la primera cena una papilla de arroz
o de sémola
con caldo de palomo, de gallina o de ternero, pero siempre de la misma consistencia
que otras papillas; a la segunda cena comemos más en un medio palomo
cocido, un
pedazo de gallina o de ternero; Y el día siguiente, para variar,
comemos verduras
verdes, pequeños guisantes, zanahorias, espinacas, judías,
o patatas raídas, con
asado de ave de corral, caza, ternero, o bien un beefsteak o chuletas de
ternero, pero
sin especias, cebollas, mostaza y otras, luego una compota de manzana se
emborracha en el vino extenso de agua, de ciruelas pasas, cerezas, o mermeladas
de
arándanos. Cada velada, sin embargo no demasiado temprano después,
por lo menos
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dos horas,
podremos beber varios vidrios adivinador, más o menos una media botella,
por la elección, el frío o el calor y comer bizcochos ligeros
y sentados de algunos días;
podremos tomar también por la mañana una pequeña taza
de cacao o de café, con pan
o bizcochos. Además de estas dos comidas, deberemos comer sólo
pan. Durante la suspensión del tratamiento severo, hay que sobre
todo tener cuidado bien que los alimentos sean de una digestión fácil,
y no hay que comer carne de vaca, carnero, cochino, y otros. Si en invierno
no se puede proporcionarse verduras frescas, habrá que contentarse
con comer de secos, como Tu hecho hasta entonces, y cocidos en el caldo,
lo que bastará para que el enfermo los encuentre buenos. Deberá
también contentarse con la carta más arriba, aunque no sea
muy variada, sino porque la preparación de los platos deberá
gustarle. Si el apetito volvió a su estado normal, los encontraremos
más suculentos que los antiguos, que fueron bien sazonados sin embargo.
Pero ante todo hay que ser muy moderado en el consumo de la carne, y el
enfermo no debe tampoco hartarse de verduras verdes, con el fin de que no
entre en el cuerpo una cantidad demasiado grande de líquidos; Hay
que también comer pan al mismo tiempo para absorber este líquido.
Los resultados buenos de este procedimiento no dejarán de hacerse
sentir, porque cuando no se abusa de lo que es bueno, y goza con comedimiento
de lo que es permitido, y no se extralimita de la suficiencia, el procedimiento
curativo no se encuentra suspendido y sigue su curso aunque lentamente y,
sobre todo cuando la fuerza vital aumentó en una proporción
importante, no hay ninguna interrupción en la disolución de
las materias; en todos los casos hay disminución en su cantidad y
este nombre de descanso deja de ser justo. En caso de que el envolvimiento
general de noche dejaría de ser absolutamente necesario o más
bien debería acabar, podemos continuar el empleo del gran paño
y de las compresas sobre el vientre, de modo que las piernas se encuentren
a desnudo en la cubierta de lana, hasta que el tiempo de este descanso sea
pasado.
Al cabo de quince días, pero no más, cuando el apetito disminuyó,
cuando un malestar
o una indisposición llama la atención ver, hay que repetir
el tratamiento severo, siguiendo las antiguas prescripciones, que desde
entonces deben sucederse con los descansos hasta curación perfecta.
La conveniencia de este descanso puede ser juzgada según la lengua
que debe ser húmeda, pura y roja, y tener un sentimiento particular
de frescura, por unas ganas más grande de comer, una sensibilidad
más grande del gusto y del olfato, y las sillas regulares y naturales;
la secreción, orinas claras y abundantes disminuye, el enfermo goza
de un sueño más tranquilo y de un humor más alegre,
adquiere un color de figura más sana y las fuerzas corporales se
aumentan al mismo tiempo que el desarrollo de sus músculos y de sus
carnes. Los descansos son útiles ni siquiera para el descanso del
enfermo por una dulcificación temporal del tratamiento en caso de
que habría estado afectado de allí demasiado, pero también
para proporcionar al cuerpo una abundancia más grande de sustancias
nutritivas y así abastecer a la naturaleza la materia necesaria para
la regeneración, porque hay que poner muchos nueve en el sitio del
antiguo que se había vuelto malo.
Pero para devolver esta restauración verdaderamente posible y útil,
es indispensable
que la fuerza digestiva bastante se haya desarrollado para hacer sin esfuerzos
demasiado grandes el trabajo necesario, lo que la pureza más grande
más allá lengua y
un apetito más grande hace fácilmente reconocer. En estos
casos, los descansos
perfectamente cumplirán su fin y serán un sostén poderoso.
Si, durante este tiempo, el
enfermo observa una disminución de fuerza en estas condiciones, si
huele que su
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apetito desaparece
o que después de las comidas las digestiones se hacen
difícilmente, debe el mismo instante suspender estos días
de fiesta y repetir el
tratamiento severo, porque entonces el resultado esperado no puede ser obtenido
y
hasta puede resultar de eso de accidentes lastimosos y devolvemos la recuperación
de
los descansos hasta que los signos indicados se hagan de nuevo observar.
Después de la primera mitad del tratamiento, la facilidad más
grande de digestión provoca la necesidad de un alimento más
sustancial y más animal y el apetito aumenta por los platos excelentes
del descanso. Afín sin embargo que el enfermo no sea engañado
y no ponga en su estómago una ración más fuerte que
hace falta y que conviene los órganos de la digestión, podrá
hacer un segundo almuerzo que consistirá en un huevo pasado por agua,
jamón crudo, flaco y poco salado, o sardinas bien desaladas, con
pan y un vaso de vino. Es bueno tomar de dos días uno esta comida
alimenticia porque está favorable para la descomposición y
para la asimilación de las sustancias albúminas. Cuando las
circunstancias están tan favorables, es bueno, durante el descanso,
tomar algunas veces un vaso de buena cerveza no demasiado amarga y pura,
o una media botella de Champaña, que, además, es permitida
de cuando en cuando durante la dieta rigurosa, para los días de bebida,
para la velada en lugar del vino de pasto.
Tratamiento por la llama.
El Dr. Gondreta comunicado con la Academia de las ciencias, el 20 de junio
de 1842, una nota muy interesante donde describe su procedimiento. Este
procedimiento es los más simples. Consiste en tomar una cerilla encendida,
de la que se quita el carbón que podría caer y que se acerca
cerca de la piel siguiendo, en lo posible, el trayecto nervioso, en los
casos de neuralgia, el dolor muscular, etc. Podemos aumentar a voluntad
esta especie " de aguacero de fuego " reuniendo varias cerillas
en ignición.
1 Las llamas a pequeñas dimensiones empleadas contra el dolor, la
debilidad, el torpor, etc., por
el Dr. Gondret, París (Masson), 1847, iD-80.
Encontraremos, en el libro del doctor Gondret una centena de observaciones
de las más interesantes concerniendo a la acción efectuada
por este modo de tratamiento en apariencia tan simple.
Empleo del Alcohol.
No hay que olvidar tampoco los resultados excelentes que se puede obtener
cada vez que se trata de descongestionar un órgano por el empleo
de compresas de alcohol que se deja secar al aire libre sin tejido impermeable
interpuesto entre estas compresas y el exterior.
Renovamos estas compresas tan pronto como son secas y obtenemos una disminución
de temperatura fácilmente apreciable.
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Metaloterapia.
Metaloterapia ha sido empleado con gran éxito en el tratamiento de
muchas afecciones
nerviosas. Este método está basado, lo sabemos, en la acción
directa producida por
ciertos metales sobre los enfermos.
Cada persona siente más especialmente la acción de ciertos
metales y los metales pueden actuar o sea como debilitado tías, o
sea como estimulantes.
En general el hierro y el plomo son debilitantes.
El zinc, el níquel, la plata despacio son estimulantes.
El cobre, el oro excesivamente son estimulantes. -pero estas reglas no tienen
nada absoluto. -poniendo alrededor de las muñecas o en el hueco del
estómago de los pacientes los metales unos tras otros, anotamos el
efecto fisiológico producido y podemos instituir así el tratamiento
metaloterapia conveniente.
Este tratamiento hasta puede comprender, además de las aplicaciones
externas, la inyección interna o sea por vía estomacal, o
sea por vía hipodérmica de disolución mineral apropiado.
-la bibliografía siguiente permitirá además, de hacerles
más profunda la cuestión a aquellos a los que esto particularmente
interesaría.
Orígenes de Metaloterapia. -parte que debe ser hecha al magnetismo
animal en su descubrimiento, por el Dr. V. Burq. -Paris, Delahaye, 1883,
in-8. Biblioteca Nacional, t. XII, 211. Metaloterapia, por el Dr. Moricourt.
-extraído de la Unión medical y 3a serie (1885). Biblioteca
Nacional T. VII, 224, (Pieza).
Hipnotismo y Métalloscopie, por el Dr. p. Leblois. -París,
J.B. Baillère, 1882, in-8; biblioteca
Nacional, T. XIV, 59, (Pieza).
La absorción
cutánea.
En las neurastenias al principio y en las complicaciones orgánicas
de las afecciones nerviosas conseguimos los resultados excelentes por el
empleo de la absorción cutánea, por medio del generador Louis
Encausse, yodo, del amoniaco y del yoduro de potasio. Publicamos una obra
consagrada especialmente a este objeto y que sobre el encontrará
allí todos los informes oficiales establecidos o sea en los hospitales
de París y al asilo de Vincennes, o sea en los hospitales de España,
dónde el tratamiento primero ha sido empleado.
Sobre la absorción cutánea podremos consultar:
Rabuteau. -tratado terapéutica, p. 10.
Encausse (Gerard). -de la absorción cutánea. París
(Chamuel), 1895, in-18.
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CAPÍTULO V
EL HIPNOTISMO Y LA SUGESTION
El hipnotismo cobró tal importancia en el tratamiento de muchas afecciones
nerviosas que particularmente debemos insistir en este punto, Vamos pues
a abordar sucesivamente:
1 ° La Técnica del Hipnotismo en cuatro lecciones.
2 ° La Técnica de la sugestión.
3 ° Algunas consideraciones sobre la Experimentación en el estudio
del hipnotismo.
Técnica del Hipnotismo en cuatro lecciones.
Dejando a un lado todas las discusiones teóricas, vamos a ver cuáles
son los diferentes medios prácticos de los que se puede valerse para
determinar la hipnosis en casa de un ser humano.
Clasificaremos estas prácticas del modo siguiente:
I ° Determinación del Estado de receptividad hipnótica
del sujeto;
2 ° Hipnotización del sujeto;
3 ° Determinación de las fases y los estados profundos de la
Hipnosis;
4 ° Diferentes procedimientos de despertar de los sujetos.
PRIMERA LECCIÓN
ESTADO DE RECEPTIVIDAD
A pesar de las afirmaciones de ciertas escuelas medicales, podemos decir
que todo individuo no es susceptible de ser hipnotizado. La proporción
obtenida en el laboratorio hipnoterapia de la Caridad es del 40 % Para los
hombres y del 60 al 70 % para las mujeres.
Ciertos procedimientos rápidos permiten tener sin demora una primera
idea de las influencias que podrá ejercer el hipnotismo sobre un
sujeto.
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Entre los numerosos procedimientos empleados con este fin escogeremos los
siguientes:
1 ° Atracción para atrás (procede Moutin);
2 ° Atracción del dedo meñique;
3 ° Sugerencia en el estado de la víspera;
4 ° Influencia del punto brillante;
5 ° Influencia del espejo rotativo;
Vamos a describir rápidamente cada uno de estos procedimientos.
Atracción para atrás. Coloque el sujeto levantado, los dos
pies juntos. Ponga luego ambas manos a plato sobre los omóplatos
del sujeto, teniéndole detrás de él, y retire despacio
las manos al cabo de algunos instantes. Si usted está en relación
con una persona muy sensible, sus hombros seguirán el movimiento
de sus manos y le pesar de le habrá atraído para atrás.
Sr. Moutin describe este procedimiento en su libro sobre " el Nuevo
Hipnotismo".
Atracción del dedo meñique. Pídale respecto a le confiar
su mano derecha sin guantes. Coloque entonces la mano la palma abajo y apriete
despacio con su mano izquierda los dedos dejando el meñique libre.
Esto hecho atraerle por pequeños pasos horizontales lentos el dedo
meñique y repita estos pasos hasta el momento cuando seguirá
el movimiento de atracción. Podrá entonces dar la sugerencia
verbal para el sujeto que un dedo meñique quedará alejado
otros a pesar de todo hasta el momento cuando usted querrá terminar
el fenómeno. Después de la operación es indispensable
soltar bien el pequeño debe, la mano y el antebrazo por medio del
soplo frío.
Sugestión en el estado de la víspera. La sugestión
en el estado de la víspera se obtiene mirando fijamente el sujeto
en los ojos y mandándole con una voz fuerte y con un aire de autoridad
de hacer tal o tal cosa (cerrar los ojos y más poder abrirlos, más
poder abrir la boca, etc., etc.). Los sujetos sensibles a estos procedimientos
son los más sensitivos.
Influencia del punto brillante o del espejo rotativo. Si se hace fijar sobre
el sujeto un punto brillante, o sea fijo, o sea en movimiento, y si el sujeto
sienta al cabo de algunos instantes la pesadez en los párpados o
experimente unas ganas irresistibles de dormirse, podemos sin temor ir hasta
las fases hipnóticas con tal sujeto.
Dejaremos a un lado pues los sujetos refractarios a estos procedimientos
diversos y nos serviremos, al contrario, de otras personas más sensibles,
en las experiencias posteriores.
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LA SEGUNDA LECCIÓN
HIPNOTIZACION DEL SUJETO
El sujeto una vez reconocido sensible puede ser hipnotizado. Varios medios
pueden ser empleados con este fin entre los cuales describiremos los siguientes:
I ° Sugestión simple;
2 ° Punzado brillando;
3 ° Espejo rotativo;
4 ° Mirada;
5 ° Pases.
Sugestión simple.
Fijamos con dulzura al sujeto en los ojos y, sin precipitarlo, le mandamos
cerrar los ojos, le mandamos luego siempre muy despacio perder la sensibilidad
cutánea y le afirmamos en este momento, siempre sin brusquedad, que
es adormecido, que siente el sueño ganarlo cada vez más, lo
que se encuentra confirmado en algunos instantes con una naturaleza un poco
sensible.
Punto brillante. Este procedimiento es conocido más generalmente.
Consiste en hacer fijar sobre el sujeto un punto que brilla como un botón
de níquel, la lámina de un bisturí, un pequeño
espejo; etc., está colocado al nivel de la frente y entre ambos ojos.
Esta posición fuerza el sujeto que hay que hacer converger su mirada
arriba y en medio y determina la hipnotización muy rápidamente.
Espejo rotativo.
El empleo del espejo rotativo del Dr. Luys, según nuestra opinión,
es preferible a todos los demás medios como la seguridad y la rapidez.
Aconsejamos sobre todo el espejo una sola cabeza y recubierto con cobre
níkel. El constructor es Sr. Robillard, 25, rue Notre Dame de Nazareth,
a París. Colocamos este espejo a la altura de los ojos del sujeto
y a aproximadamente 0m, 50 del alejamiento, asegurándose que el centelleo
luminoso pasa bien por los ojos. El sujeto mismo está colocado en
una butaca, la cabeza insistente. El sueño generalmente se produce
al cabo de veinte a treinta minutos por este procedimiento.
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Mirada.
El empleo de la mirada como el medio de hipnotización es un método
fatigoso, pero de una gran energía, y permite obtener los resultados
buenos cuando todos los demás medios fueron suspendido. - he aquí
cómo se opera.
Hacemos sentar el sujeto frente a sí, la espalda girada a la luz.
Tomamos luego ambas manos del sujeto y cogemos en mano plena los pulgares
de sujeto susodicho. Es mientras miremos fijamente y, según el ritual
señalado al entrenamiento de la mirada, a la pupila del ojo derecho
del sujeto. El sueño se obtiene todavía más rápidamente
si se añade a este procedimiento el empleo de la sugestión.
Pases.
Nos presentamos como para el procedimiento de la mirada más arriba,
pero ambos pulgares del sujeto son reunidos en la mano izquierda del magnetizador
que, durante cinco o seis minutos, hecho los pasos inútiles de arriba
abajo, en la cabeza del sujeto, descendiendo hasta el nivel del estómago.
Nos desinteresamos de las manos del sujeto a lo largo del cuerpo y continuamos
los pasos con ambas manos. El sueño tan obtenido está de otra
orden que el sueño determinado por los procedimientos hipnóticos.
Volveremos a hablar de eso además en seguida a propósito de
los estados profundos.
La TERCERA LECCIÓN
DETERMINACIÓN DE LAS FASES
I
En la primera de estas fases hipnóticas el sujeto tiene todos los
miembros flojos; si se
le aprecia el brazo y qué le suelta, el brazo recae sin resistencia
por parte del sujeto
que entonces es adormecido profundamente y puede ser comparado con un ser
borracho perdido. La respiración en este momento es profunda y regular.
Es la fase de
LETARGO.
II
Si, en este estado, le abre de fuerza los ojos del sujeto, o si se actúa
de otro modo la segunda fase tiene origen.
Los miembros recogidos y guardan las actitudes que les dará cualesquiera
que sean estas actitudes. El sujeto tiene los ojos fijos (retienes bien
esto) y mira derecho delante de él o al lugar donde usted dirige
sus ojos. No le oye, tanto cuanto le habla, el esta completamente firme
en el mundo exterior. Está en CATALEPSIA.
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Es en el estado que se puede ponerle la cabeza sobre una silla y los pies
sobre la otra
lo vacía existiendo entre estos dos puntos. Todavía es en
el estado que se producen
los éxtasis.
Retenga bien dos puntos: la rigidez de los miembros y la fijeza de los ojos,
veremos en seguida por qué.
III
Tan ahora le sopla sobre los ojos del sujeto o si hace pases, o si ligeramente
le frota la frente el estado cambia completamente.
El sujeto habla y absolutamente actúa como una persona despierta;
naturalmente le causa pero no es consciente del medio ambiente y no se da
cuenta del lugar donde está.
Es entonces en la tercera fase:
EL SONAMBULISMO LÚCIDO.
Presenta en este estado varias particularidades características que
es de toda importancia de conocer bien para comprender lo que diremos en
seguida respecto a los fenómenos a espiritistas.
En primer lugar es sugestible. Podemos ordenarle ver o hacer a tal o tal
cosa, no sólo durante su sueño, sino que una vez más
como será bien despertado y esta visión persistirá,
esta acción será ejecutada no sólo por días,
sino que meses y hasta un año después de la orden dada.
En el momento en el que el sujeto cumple su sugerencia, se vuelve inconsciente
y obedece a su impulso sin discutir y, hace muy importante anotar, pierde
súbitamente la sensibilidad para reencontrarlo después del
cumplimiento de la sugerencia. El sujeto verá pues todo lo que se
le mandará ver, se ejecutará lo que le mandará ejecutar,
salvo excepciones que no podemos estudiar aquí.
En el estado somnambulico, otro hecho tiene origen; es la posibilidad del
cambio de personalidad.
Le dice al sujeto: no eres más tú, eres delegado y haces un
discurso en la cámara. Ve entonces el sujeto entrar súbitamente
en la piel del personaje que usted acaba de imponerle y tomar todos los
pasos del papel que le hace jugar. Podrá así cambiar en su
grado muchas veces de personalidad.
Todavía es en el estado que se produce la visión a distancia
de ciertos sujetos magnetizados.
1º estoy convencido que el árbitro libre del sujeto persiste
siempre y puede entrar en acción en el momento dado para combatir
una sugerencia criminal.
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¿Pues, para resumir todo aquel que dijimos? He aquí las características
de los tres
estados:
1 ° Letargo. - sueño profundo.
2º Catalepsia. - ojos fijos. Miembros rígidos.
3º Sonambulismo. - Sugestibilidad. Cambio de personalidad. Visión
a distancia.
Describimos allí las fases principales. Existe sin duda un gran número
de estados
intermediarios y de combinaciones de estas fases entre ellas, pero es inútil
embrollar la
cuestión.
Anotemos para
acabar que, según los hipnotizadores, estas fases se suceden siempre
en la orden siguiente:
1. Despertar. 2. Letargo. 3. Catalepsia. 4. Sonambulismo. 5. Despertar.
6. Letargo. 7.
Catalepsia. 8. Sonambulismo. 9. Despertar, etc., etc.
DESPERTAR DEL SUJETO
Jamás hay que ejercitarse en adormecer un sujeto si no se es rompida
la práctica de los diferentes procedimientos de despertar. Es allí,
en efecto, el punto más sujeto a las sorpresas y el que desvía
sobre todo a los principiantes o los operadores que pierden fácilmente
su sangre fría.
Podemos despertar un sujeto por muchos procedimientos entre los cuales describiremos
sobre todo los siguientes:
I ° Despertar por sugerencia simple o al mando;
2 ° Despertar por el soplo;
3 ° Despertar por los pases;
4 ° ¿Despertar sin sugestión, por la mirada?
5 ° Despertar por la combinación de algunos de estos procedimientos
diversos.
Despertar al mando.
El sujeto que está en fase somnambulica, le ordenamos despertarse
bien soltado en un
minuto justo. Todavía podemos ordenarle despertarnos cuando habremos
llamado tres
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veces en las
manos, o por medio de muy diferente variedad de sugerencia. Este
procedimiento debe ser empleado preferentemente en fase somnambulica, pero
consigue tan muy a menudo el sujeto que está en letargo, aunque con
menos rapidez.
Despertar por el soplo. Soplando fuertemente entre los ojos del sujeto,
lo despertamos
y lo soltamos al mismo tiempo.
Despertar por los pases.
Uno de los mejores procedimientos, sobre todo en los estados profundos,
donde debe siempre ser empleado. Hacemos pases horizontales y repetidos
con ambas manos primero al nivel del pecho, luego al nivel de la mama del
sujeto. El despertar tan brusco es largo a obtener; pero es asegurado haber
jamás temer algún accidente consecutivo, el sujeto que es
perfectamente relajado.
Despertar por la mirada.
Empleado cuando el sujeto, con una causa u otro, resiste a la sugerencia.
En este caso, miramos fijamente el sujeto entre ambos ojos, a la altura
del medio de la frente y vemos el despertar brusco pronto, absolutamente
completo y sin que hubiéramos pronunciado una sola palabra.
Despertar combinado.
Los mejores resultados son obtenidos despertando un sujeto por el procedimiento
siguiente, el resultado de la combinación de la inmensa mayoría
de otros procedimientos:
1 ° En fase somnambulica damos la sugestión para que cuando soplemos
entre ambos ojos, el despertar completo se produzca en seguida;
2 ° Esto hace, practicamos el soplo en el lugar indicado que suelta
al mismo tiempo rápidamente la frente por medio de pasos;
3º acabamos soplando una última vez cuando el sujeto es bien
despertado.
Cuando se está en relación con un caso difícil como
el del sujeto en letargo profundo y quien se niega a obedecer a la sugestión,
procuraremos primero obtener una fase cualquiera del hipnotismo, o sea la
catalepsia, o sea el sonambulismo y daremos la sugestión a término
(una media hora o una hora) precedida por soplos y por pases.
De la sugerencia terapéutica.
Muchos tratados han sido escritos sobre la sugestión. Sin abordar
algún punto teórico queremos limitarnos a algunas líneas
siguientes a la técnica de la sugestión terapéutica.
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Las reglas capitales que hay que seguir en toda sugerencia son según
nuestra
experiencia las siguientes:
Proceden siempre en las sugestiones con la dulzura más grande;
Le quitan al enfermo no solamente su dolor, pero sobre todo siendo vaciado
de su dolor. Decirle: usted creyó que estuvisteis enfermo; es allí
una idea falsa, usted jamás estuvo enfermo; usted no esta enfermo.
Precisan la fecha y el día en que el mejoramiento y la desaparición
de cada síntoma deben producirse;
Descomponen los síntomas los cuales se quiere actuar por la sugestión
y atacar ellos todos uno tras otro y no en bloque y al mismo tiempo.
Dan siempre las sugestiones en el estado somnambulico (o en un estado análogo)
y a hacer repetirle al enfermo uno por uno todos los mandos dados.
De la experimentación en el estudio del hipnotismo.
Uno de los puntos más delicados en la práctica del hipnotismo
es, sin disputa, la conducta de una experiencia que concierne a hechos nuevos.
Las causas de error de la práctica experimental corriente en fisiología
son relativamente fáciles, en suma, prever y evitar. Además,
los experimentadores extraen sus deducciones de las modificaciones aportadas
en aparatos físicos por las sustancias o por las fuerzas estudiadas.
En hipnotismo no es más así y los aparatos de comprobación
no son más instrumentos físicos; pero muchos seres humanos
colocados por la hipnosis en condiciones particulares de excitabilidad.
Comprendemos sin dificultad los elementos múltiples de error introducidos
en la experiencia por este género de aparatos susceptibles de reaccionar,
no sólo bajo influencias exteriores, sino que además bajo
el impulso de las pasiones diversas o de al nacer las tendencias psíquicas
en el ser mismo.
También, nos parece necesario exponer en algunas líneas los
resultados los cuales alcanzamos en la conducta de las experiencias de este
género, después de varios años de práctica y
las condiciones que, según nuestra opinión, deben escrupulosamente
ser cumplidas en toda búsqueda que concierne a los hechos hipnóticos.
Resumiremos nuestras conclusiones en tres proposiciones:
1° Costumbre muy grande de la experimentación hipnótica.
2 ° Multiplicidad de los aparatos (o sujetos) empleados.
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3 ° Ausencia
completa de toda idea teórica preconcebida.
1 ° costumbre muy grande de la experimentación hipnótica.
Todo experimentador practicante de un modo seguido el hipnotismo pasa casi
invariablemente por tres fases muy características. En el primer
período de las búsquedas, el entusiasmo domina; todos los
hechos parecen maravillosos y la imaginación encendida transforma
la menor observación en un descubrimiento capital. Un bello día
todo cambio, el descubrimiento de un debilitamiento en las facultades hipnóticas
de los sujetos o la no comprobación sobre otros sujetos de los hechos
observados con primero, todo esto desconcierta, los sueños monos
se derrumban y una desconfianza ilimitada reemplaza el entusiasmo antiguo;
es la segunda fase. Pero si se continúa las búsquedas sin
ceder al desaliento, el tercer período tiene origen y el escepticismo
derivado del estado agudo precedente ampliamente basta con corregir las
desviaciones de imaginación en toda experiencia perseguida. Es solamente
entonces el experimentador es realmente formado y que sabrá muy bien
sostener sin cólera aparente las supercherías de los sujetos
profesionales, como sabrá hacer justicia a los esfuerzos de las búsquedas
sinceras y resarcidos. Esto nos hace hablar de aparatos humanos, sujetos
utilizados.
2º Multiplicidad de los sujetos empleados.
El resultado adquirido con la ayuda de un solo sujeto debe estar considerado
como una hipótesis destinada a ser invalidada o confirmada por búsquedas
posteriores. Es por no observar la regla que la inmensa mayoría de
los experimentadores cometen tantos errores y tantos juicios precipitados.
Siendo dada las causas de errores múltiples que presenta el empleo
de un aparato inteligente y razonante con relación al aparato físico,
atenuamos estas causas de errores sólo por la multiplicidad de las
observaciones hechas sobre aparatos diferentes y aislados unos de otros.
También las búsquedas deben ser perseguidas sobre sujetos
hipnotizables que jamás han sido utilizados antes para búsquedas
análogas y el empleo de los enfermos que se quedan sólo algunas
semanas al hospital y que se van curados, luego son reemplazados por otros
es aconsejado sobre todo con este fin. Lo que hay que evitar por parte superior
todo, es la utilización para búsquedas nuevas de los sujetos
dice "a profesionales".
En consecuencia de los trabajos de las escuelas hipnóticas se creó
en París una profesión nueva que hizo más daño
a estos estudios que todos los ataques y polémicas precedentes; es
la profesión de " sujeto hipnótico". Un sujeto dice
"a profesional" que, para algunos francos, se exhibe sobre los
caballetes o " hacer los salones " es un aparato de búsqueda
tan peligroso como poco sensible. La costumbre de las mismas experiencias
conduce este género sujetos a la práctica permanente de la
superchería, y pone como consecuencia obstáculo a todo estudio
serio y ordenado.
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Y si añadimos que este género sujetos, apartado de los laboratorios
serios en todo
estudio nuevo, se jacta de haber sido utilizado antaño para imponerle
confianza al
público, comprenderemos el peligro y la inmoralidad de tal profesión.
Es porque la
multiplicidad de los sujetos empleados es tan necesaria.
3 ° Ausencia completa de toda idea teórica preconcebida.
En este género de búsquedas como en todos los demás,
no hay que querer verificar a priori, tal o tal hecho hay que al contrario
dejar los fenómenos producirse espontáneamente, quedar absolutamente
neutro y contentarse con anotar los resultados obtenidos, con riesgo de
verificarlos, en las mismas condiciones y con otros sujetos, más
tarde.
Es allí el gran peligro de las escuelas que crearon "dogmas"
en hipnotismo. No queriendo tener en cuenta la individualidad de los aparatos
empleados, los experimentadores a teorías totalmente hechas o poco
experimentados apartan despiadadamente todo sujeto que exactamente no reproduce
los hechos descritos por los "clásicos". Es allí
lo que permitió la creación de los sujetos profesionales que
juegan las experiencias y conocen mejor sus desarrollos acostumbrados que
la inmensa mayoría de los experimentadores que se presentan en estos
estudios. La neutralidad absoluta en las búsquedas perseguidas permitió
a nuestro dueño, el Dr. Luvs de anotar a una muchedumbre de hechos
nuevos que indisponen los espíritus propensos al dogmatismo o al
sectarismo y todos los que querrían quedarse en el mismo sitio y
desterrar el progreso del dominio de la experiencia.
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CAPITULO VI
LA TRANSFERENCIA
El fenómeno de transferencia ha sido estudiado por primera vez por
Babinski en la exposición notable de la que he aquí el título:
Búsquedas que sirven para establecer que ciertas manifestaciones
histéricas pueden ser trasladadas por un sujeto a otro sujeto bajo
la influencia del imán, por el Dr. BABINSKI, el director de clínica
de la Facultad de Medicina en Salpetrière. París. (Progreso
Medical) 1886 en octavo. Biblioteca Nacional T, LXXXV, 717. Pero la transferencia
ha perfeccionada y verdaderamente transformada al hospital de ella Cantado
donde más de 560 enfermos han sido curados por este procedimiento.
He aquí la técnica completa y todavía inédita,
de este tratamiento con nuestras modificaciones personales.
Técnica de la transferencia.
La Técnica del tratamiento por las transferencias es la siguiente.
1° El sujeto es sumergido en estado de letargo y colocado lo más
cómodamente posible
o sea en una butaca, o sea sobre una silla.
2º Una vez el sujeto adormecido, el enfermo sentado en frente, le toma
ambas manos:
la mano derecha con la mano izquierda y la mano izquierda con la mano derecha
si
ambas personas (enfermo y sujeto) son de un sexo diferente. Cruzando las
manos y
tomando derecha con derecha, e izquierda con izquierda, si las personas
son del
mismo sexo. Tal es la primera fase de transferencia, restablecimiento del
contacto,
3º Amplio contacto establecido, el operador toma
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La transferencia.
La barra imanada de la mano derecha, el polo positivo girado hacia los pacientes
y pasea esta barra, del sujeto al enfermo y del enfermo para el sujeto imantando
sucesivamente a los miembros y el tronco. Generalmente nos vamos del pecho
del sujeto al nivel del plexo cardíaco. Producimos así la
segunda fase de la transferencia: la Imantación.
4º Una vez la imantación acabada ponemos la barra y, sin aflojar
al enfermo las manos del sujeto, hacemos pasar a este último del
estado letárgico en el estado somnambulico. Es mientras interroguemos
el sujeto sobre sus sensaciones, y el sujeto describe minuciosamente las
sensaciones del enfermo ya que, por el efecto de la transferencia, el sujeto
es reemplazado por la personalidad física del enfermo. Es la tercera
fase de la transferencia: el interrogatorio.
5º Cuando el interrogatorio se acaba, hacemos para el sujeto las sugestiones
que le habríamos hecho al enfermo si este último sea adormecido
e insistimos muchas veces consecutivas en estas sugestiones. La cuarta fase
de la transferencia: la sugestión.
6° es mientras hay que hacer soltar por el enfermo las manos del sujeto.
¿La transferencia se acaba? No queda más que soltar el sujeto
y en despertarlo. La quinta fase de la transferencia: el Despertar.
En la Caridad, estas dos operaciones siempre se hicieron al mismo tiempo;
pero persiguiendo estos estudios en nuestra clínica, no tardamos
en observar los inconvenientes muy importantes de este método e instauramos
el método de desempeño en dos tiempos, o en dos sugestiones.
LOS PRIMEROS TIEMPOS. -el sujeto cree siempre que él experimenta
los síntomas de la afección trasladada. Es pues en el punto
que va a referirse la primera sugerencia.
" Cuando llamaré en mis manos, serás completamente soltada,
usted no experimentará
ningún malestar, usted completamente estará bien sin despertarse.
" Llamamos
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entonces en
sus manos y la sugestión actúa. El sujeto es liberado la enfermedad
es
trasladada.
El SEGUNDO TIEMPO. -es solamente entonces despertaremos el sujeto por un
procedimiento cualquiera. Seremos asegurados de no incomodar así
jamás los sujetos, lo que llega demasiado a menudo por el empleo
del antiguo método.
Teoría de la transferencia (sobre el mismo sujeto) por Sr. Debove.
Sr. Debove trató de dar la transferencia la teoría fisiológica
siguiente:
Sean AD los conductores de la sensibilidad de la mitad del cuerpo, BE los
conductores de la otra mitad, C su entrecruzamiento, GF una comisura interhemisférica.
El lado A es anestesiado, aplicamos un imán. Por el hecho de la excitación
tan producida, las impresiones que encuentran la vía cerrada en FD
siguen un camino lateral es decir AC FB E y la sensibilidad aparece lo Tiene.
El lado B se vuelve insensible porque la parte B E es común a las
impresiones partidas de A y de B y porque sucede en este punto un fenómeno
análogo al que los físicos, en el estudio de la luz, designaron
bajo el nombre de interferencia. Los conductores A se cansan a causa del
trayecto largo que son obligadas a seguir las impresiones; éstas
no son transmitidas más; las excitaciones hechas de allí B
encontrando la vía libre son percibidas. Después de un descanso,
los conductores de lado A transmiten de nuevo las impresiones, B vuelve
a ser insensible y el mismo fenómeno se reproduce un cierto número
de veces después de la aplicación del imán. Así
puede explicarse este fenómeno si singular de las oscilaciones de
la transferencia.
Podemos asociar entre ellos los tratamientos diversos que acabamos de enumerar.
Entre las asociaciones más frecuentemente empleadas señalaremos.
La Corona y el Espejo rotativo.
Aplicación en la cabeza más allá Corona mientras que
el enfermo es sentado delante del espejo.
La corona y las grandes corrientes de imán,
Lo que vuelve a una imantación de la cabeza durante la acción
de las gruesas barras imantadas sobre el plexo.
La Corona y las transferencias.
La transferencia se produce mientras que el enfermo tiene la corona en la
cabeza,
todavía podemos combinar
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Los imanes
y la sugestión. El casco solenoide y la sugestión.
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CAPITULO VII
PEQUEÑO RESUMEN ALFABÉTICO DE LAS APLICACIONES DEL TRATAMIENTO
EXTERNO Y PSÍQUICO DE LAS PRINCIPALES AFECCIONES NERVIOSAS
Anemia cerebral.
Placas magnéticas y coronar.
Suelta la mosca solenoide.
Transferencias.
Ataxia.
Pilas locales al nivel del hemisferio izquierdo.
Coronas electromagnéticas. Espejos.
Ataxia locomotora progresiva.
Transferencia y espejo.
Absorción cutánea.
Atrofia muscular progresiva.
Electroterapia.
Metaloterapia.
Espejos.
Congestión cerebral.
Aplicaciones externas de alcohol.
Pilas locales a lo largo de la médula.
Epilepsia.
Hipnotismo (si posible).
Placas magnéticas al cerebelo y en el plexo cardíaco.
Imanes.
Hemorragia cerebral.
Aplicaciones locales de alcohol.
Pilas locales la longitud más allá médula.
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Histerismo.
Transferencias.
Hipnotismo.
Enfermedad de Friedreich.
Imanes (placas magnéticas).
Transferencias.
Meningitis.
Aplicaciones anchas de alcohol.
Pilas locales al nivel de la médula.
Tratamiento dietético.
Jaqueca.
(Migraña)
Tratamiento dietético.
Hipnotismo.
Mielitis.
Pilas locales.
Tratamiento dietético.
Neurastenia.
Placas imantadas al nivel del plexo cardíaco y solar.
Tratamiento dietético (en las formas graves).
Transferencias.
Casco solenoide.
Absorción cutánea.
Neuralgias.
Tratamiento por la llama.
Transferencias.
Hipnotismo.
Parálisis.
Imanes.
Transferencias.
Hipnotismo (en el caso de por histéricos).
Método dietético (en ellos para los ancianos).
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Parálisis general.
Coronas magnéticas.
Pilas locales que permance al nivel de la médula.
Casco magnético. Espejos.
Parálisis gloso labio laríngeo,
Tratamiento dietético.
Pilas locales al nivel del bulbo.
Esclerosis.
Pilas locales a lo largo de la médula.
Grandes corrientes de imanes.
Espejos.
Syringomyélie.
Placas magnéticas.
Pilas locales en cadena a lo largo de la médula.
Imanes.
Transferencias.
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
CAP. I. - LOS IMANES.
Efecto buscado por el empleo de los imanes
Aparatos diversos y empleados
Método de MM. Bourneville y Bricon
Método de MM. Proust y Ballet.
Efectos terapéuticos del imán, resumidos por el Dr. Bricon
Empleo del imán en terapéutica por el Dr. W. Hamond de Nueva
YorkCAP. II. - CORONAS MAGNÉTICAS
Transferencia con la ayuda de las coronas (por MM. Luys y Encausse)
El Casco Solenoide
Bibliografía
CAP. III. - LOS ESPEJOS ROTATIVOS
Técnica del empleo del Espejo. Efectos de este tratamiento (por MM.
Lemoine y Pablo Joire de Lila).
ÍNDICE
.
CAP. IV. - TRATAMIENTOS DIVERSOS
La Pila directa.
El Tratamiento dietético de Schroth.
Tratamiento por la llama.
Empleo del Alcohol.
Metaloterapia
La absorción cutánea
CAP. V. - EL HIPNOTISMO Y LA SUGESTION
Técnica del hipnotismo en cuatro lecciones
Técnica de la sugestión.
De la Experimentación en hipnotismo.
CAP VI.-LAS TRANSFERENCIAS
Técnica de la transferencia
Teoría de la transferencia, por Sr. Debove.
Tratamientos asociados
CAP. VII.-RESUMEN ALFABÉTICO de las aplicaciones de estos diversos
tratamientos a las principales
afecciones nerviosas
Imp. DESTENAY. Bissiere Hermanos. - St.-Aman J (Caro).
TRADUCION PARA UPASIKA
AIHR2006
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Índice
INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................3
FIN Y PLAN DE NUESTRO TRABAJO..............................................................................................
3
CAPÍTULO PRIMERO..................................................................................................................
4
LOS IMANES..........................................................................................................................................4
Efecto buscado por el empleo de los imanes.........................................................................................................
4
LAS BARRAS IMANTADAS ................................................................................................................5
(GRANDES CORRIENTES)...............................................................................................................................
5
PLACAS MAGNÉTICAS......................................................................................................................
6
Efectos terapéuticos del imán resumidos por el Dr. Bricon.................................................................
8
Del empleo del imán en la terapéutica, por W. HAMOND de Nueva
York....................................... 9
Compulsión............................................................................................................................................
13
CAPITULO II..............................................................................................................................
15
CORONAS MAGNÉTICAS.................................................................................................................
15
DESAPARICIÓN DE LA INFLUENCIA............................................................................................18
Coronas electromagnética...................................................................................................................................
18
El casco solenoide...............................................................................................................................................19
Casco de solenoide del Dr. Encausse...................................................................................................................19
CAPITULO III.............................................................................................................................20
EL ESPEJO ROTATIVO......................................................................................................................20
OBSERVACIÓN I.................................................................................................................................24
OBSERVACION II...............................................................................................................................26
OBSERVACION III.............................................................................................................................
29
OBSERVACION IV..............................................................................................................................32
OBSERVACIÓN V...............................................................................................................................
33
Hemecoreo histérico...........................................................................................................................................
33
OBSERVACION VI..............................................................................................................................34
OBSERVACION VII............................................................................................................................
35
CAPITULO IV.............................................................................................................................
42
TRATAMIENTOS DIVERSOS............................................................................................................42
Electroterapia......................................................................................................................................................
42
La Pila directa.....................................................................................................................................................
42
La pila directa......................................................................................................................................................43
Empleo del Agua.................................................................................................................................................43
El envolvimiento y las compresas húmedas........................................................................................................
44
Alimentos............................................................................................................................................................
48
Los descansos......................................................................................................................................................51
Tratamiento por la llama.....................................................................................................................................
53
Metaloterapia.........................................................................................................................................54
La absorción cutánea............................................................................................................................
54
CAPÍTULO V...............................................................................................................................55
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EL HIPNOTISMO Y LA SUGESTION..............................................................................................
55
Técnica del Hipnotismo en cuatro lecciones........................................................................................................55
PRIMERA LECCIÓN..........................................................................................................................
55
ESTADO DE RECEPTIVIDAD........................................................................................................................
55
LA SEGUNDA LECCIÓN....................................................................................................................
57
HIPNOTIZACION DEL SUJETO......................................................................................................................
57
Sugestión simple.................................................................................................................................................
57
Espejo rotativo....................................................................................................................................................
57
Mirada.................................................................................................................................................................
58
Pases....................................................................................................................................................................58
La TERCERA LECCIÓN.....................................................................................................................58
DETERMINACIÓN DE LAS FASES................................................................................................................
58
EL SONAMBULISMO LÚCIDO.........................................................................................................59
DESPERTAR DEL SUJETO................................................................................................................60
Despertar al mando...............................................................................................................................60
Despertar por los pases..........................................................................................................................61
Despertar por la mirada........................................................................................................................
61
Despertar combinado............................................................................................................................61
De la sugerencia terapéutica..................................................................................................................61
De la experimentación en el estudio del hipnotismo...........................................................................
62
1 ° costumbre muy grande de la experimentación hipnótica.............................................................
63
2º Multiplicidad de los sujetos empleados............................................................................................63
3 ° Ausencia completa de toda idea teórica preconcebida..................................................................64
CAPITULO VI.............................................................................................................................
65
LA TRANSFERENCIA........................................................................................................................65
Técnica de la transferencia..................................................................................................................................65
Teoría de la transferencia (sobre el mismo sujeto) por Sr. Debove.....................................................................67
La Corona y el Espejo rotativo...........................................................................................................................
67
La corona y las grandes corrientes de imán,........................................................................................................
67
La Corona y las transferencias............................................................................................................................
67
Los imanes y la sugestión. El casco solenoide y la sugestión..............................................................................68
CAPITULO VII............................................................................................................................69
PEQUEÑO RESUMEN ALFABÉTICO DE LAS APLICACIONES DEL TRATAMIENTOEXTERNO
Y PSÍQUICO DE LAS PRINCIPALES AFECCIONES NERVIOSAS......................
69
Anemia cerebral..................................................................................................................................................
69
Ataxia..................................................................................................................................................................
69
Ataxia locomotora progresiva.............................................................................................................................69
Atrofia muscular progresiva................................................................................................................................69
Congestión cerebral.............................................................................................................................................69
Epilepsia..............................................................................................................................................................69
Hemorragia cerebral............................................................................................................................................69
Histerismo...........................................................................................................................................................
70
Enfermedad de Friedreich...................................................................................................................................70
Meningitis...........................................................................................................................................................
70
Jaqueca................................................................................................................................................................
70
Mielitis................................................................................................................................................................
70
Neurastenia..........................................................................................................................................................70
Neuralgias...........................................................................................................................................................
70
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Parálisis...............................................................................................................................................................
70
Parálisis general..................................................................................................................................................
71
Parálisis gloso labio laríngeo,.............................................................................................................................
71
Esclerosis............................................................................................................................................................
71
Syringomyélie.....................................................................................................................................................
71
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