Anarquía, Indolencia y Sinarquía

PAPUS



INDICE
La Sinarquía. 5
La república. 9
Monarquía. 11
Teocracia. 12
Instituciones representativas. 15
Imperio. 17
Los continuadores de la Sinarquía. 19
Anatomía. 21
Patología. 23
Indolencia y anarquía. 28


La Juventud contemporánea, elevada según los métodos del positivismo materialista, se rebeló contra la estrechez intelectual impuesta por estos métodos y se lanzó a cuerpo y a menudo también a mama perdidos, en busca de un ideal.
El monje ideal que existe sólo para mucho poco de estos jóvenes en los que se ató a destruirlo la parte más grande de los investigadores quiso perseguir el culto de la humanidad, estudiar sus sufrimientos y determinar sus leyes de existencia y de evolución de ahí el asco de la política y el amor de los sistemas de reforma social de ahí el éxito del socialismo cerca de muchos intelectuales contemporáneos.
Las generaciones precedentes, las creadoras de nuestros parlamentos actuales, tenían vino de Oporto todas sus aspiraciones hacia la política y estas combinaciones de grupos que aparecen a los jóvenes que piensan, tantas fantasmagorías ridículas destinadas a retrasar el progreso.
También el filósofo, cuya función principal consiste en dominar sonido. La época y los hechos contemporáneos, debe considerar sin asombro el antagonismo intelectual que separa a los viejos padres de sus jóvenes hijos; se trata allí de uma de estas leyes de la evolución de la idea tan bien dado a luz por un filósofo de quien volveremos a hablar en seguida: F. Ch. Barlet.
No tenemos la intención de tomar partido en este debate. Simplemente
querríamos llamar la atención en ciertas búsquedas perseguidas por un grupo de
"jóvenes" contemporáneos y que tendrían por objeto estudiar las relaciones que pueden existir entre el organismo humano y el organismo social. Las primeras consecuencias sacadas de este trabajo que tiende a probar la necesidad de uma síntesis científica, moral y religiosa (sin distinción dado culto), uno de los Maestros eligió como título de su ley de organización la palabra de Sinarquía que, por su oposición absoluta con la palabra Anarquía, indica bien el carácter de los estúdios perseguidos y su fin.
Vamos pues analizar sucesivamente:
1º El Origen y el sentido de la palabra "sinarquía".
2º La concepción de los gobiernos actuales por el autor de esta sinarquía.
3° Los trabajos perseguidos actualmente en consecuencia de estas publicaciones
o que se relacionan con estas publicaciones.
4° Las deducciones que se puede sacar de estos trabajos hasta el punto de vista del futuro de la sociedad humana en Occidente y el papel de los gobernantes de mañana comparados con los gobernantes de hoy.
Pensamos que al lado de los estudios más sabios sobre el movimiento socialista,nuestro resumen abastecerá a nuestros lectores de las informaciones poco conocidos sobre un movimiento todavía demasiado ignorado.
La Sinarquía.
Después de haber pasado cerca de veinte años al estudio detenido de la historia, un investigador contemporáneo, un marqués de Saint Yves d' Alveydre establece la existencia de una ley de organización de las sociedades tal como los pueblos que habían dado cumplimiento esta ley habían visto su gobierno durar siglos, mientras que al contrario los que habían perdido la noción de esta ley no tardaban en enturbiarse más o menos profundamente. De ahí el nombre de síntesis del gobierno o Sinarquía dado a esta ley de organización social.
Ante todo, que nos esté permitido diferenciar bien las búsquedas de Sr. de Saint Yves de con las concepciones más o menos utópicas de los socialistas
contemporáneos. La Sinarquía ha sido aplicada durante siglos sobre la humanidad y todavía funciona con pocas modificaciones en China. Esto ahora es pues ningún sueño, ni una invención destinada a dar prueba; es una realidad la que se puede tener en cuenta más o menos, pero la que no existe de allí menos.
La Sinarquía es la ley de vitalidad que existe tanto en el organismo social como em el organismo humano y, si acaso, todo investigador puede descubrir mono ley aplicando sobre la sociedad los principios de fisiología que dirigen el organismo humano, considerado como el más evolucionado de los organismos animales.
Después de haber consagrado varias obras a la comprobación de esta ley en la
historia: la Misión de los Judíos que exponía la historia universal, la Misión de los Soberanos, la historia de Europa, la Misión de los franceses, la historia de Francia, Sr. de Saint Yves hizo todos sus esfuerzos para mostrar cómo, por decreto simple, podíamos aplicarle esta ley a negra sociedad actual. Hay pues lejos de allí a la revolución pacífica o violenta recomendada por muchos socialistas y a la destrucción de las ruedas sociales recomendada por los anarquistas. Esforcémonos pues en primer lugar por resumir de nuestro mejor mono sinarquía. Que golpea en primer lugar al investigador en las obras de nuestro autor, es la generalidad de estos principios que son aplicados aquí únicamente sobre lo social.
Podemos afirmar sin temor a ser contradicho que Saint Yves d' Alveydre encontro la fisiología de la Humanidad; mucho más, que determinó la ley de relación de los grupos diversos de la humanidad entre ellos.
Que, es la Analogía, que guió por todas partes las investigaciones de este autor, y
para probarlo vamos a exponer su idea de la Sinarquía únicamente por la
fisiología humana. Particularmente habiendo empujado nuestras búsquedas hacia este punto, nos será tanto más fácil exponérselo al lector. Todo es análogo en el Universo; la ley que dirige una célula del hombre debe científicamente dirigir a este hombre; la ley que dirige a un hombre debe científicamente dirigir una colectividad humana, una nación, una raza.
Estudiemos pues rápidamente la constitución fisiológica de un hombre. Punto es necesidad para esto de entrar en grandes detalles y nuestras deducciones serán tanto más verdaderas cuanto más generalmente se apoyarán en datos admitidos.
El hombre come, el hombre vive, el hombre piensa. Come y se alimenta gracias a su estómago, vive gracias a su corazón, piensa gracias a su cerebro.
Sus órganos digestivos son encargados de dirigir la economía de la máquina, de reemplazar las pérdidas por el alimento y de poner en reserva los excedentes si llega el caso.
Sus órganos circulatorios son encargados de llevar por todas partes la fuerza necesaria para la marcha de la máquina, lo mismo que los órganos digestivos abastecen la materia. Que tiene la fuerza, es un poder, los órganos circulatórios ejercen pues el poder en la máquina humana.
Por fin los órganos nerviosos del hombre dirigen todo esto. A través del
inconsciente Grande simpático marchan los órganos digestivos y irculatorios; a través del sistema nervioso conciente, los órganos locomotores. Los órganos nerviosos representan la Autoridad.
Economía, Poder, Autoridad: he aquí el resumen de las tres grandes funciones cerradas en el hombre fisiológico.
¿Cuál es la relación de estos tres principios entre ellos?
Mientras el vientre recibe el alimento necesario, la economía funciona bien. Si el cerebro, de intención deliberada, quiere restringir el alimento, el estómago grita:
tengo hambre, les ordeno a los miembros darme el alimento necesario. Si el
cerebro resiste, el estómago mismo causa la ruina de todo el organismo y la Del cerebro; el hombre muere de hambre.
Mientras los pulmones respiren a gusto, una sangre vivificadora, es decir
poderosa, circula por el organismo. Si el cerebro se niega a hacer obedecer los pulmones o los conduce en un medio malsano, éstos previenen el cerebro de su necesidad por la angustia que puede traducirse: Danos el aire puro, si quieres que obligáramos marchar la máquina. Si el cerebro no tiene más bastante autoridad para hacerlo, las piernas no le obedecen más, son demasiado débiles, todo se derrumba y el hombre muere de asfixia.
Podríamos empujar este estudio más lejos, pero pensamos que basta con mostrarle al lector el juego de las tres grandes fuerzas: economía, Poder, Autoridad, en el organismo humano. Reencontremos mantenía estas grandes divisiones en la sociedad. Reúna en un grupo toda la riqueza de un país con todos sus medios de acción, agricultura, comercio, industria, usted tendrá el vientre de este país, constituyendo la fuente de su ECONOMÍA.
Reúna en un grupo todo el ejército, todos magistrados de un país, usted tendrá el pecho de este país, constituyendo la fuente de sonido podamos.
Reúna en un grupo a todos los profesores, todo los sabios, todos miembros de
todos los cultos, todos los literatos de un país, usted tendrá el cerebro de este país, constituyendo la fuente de su AUTORIDAD. Quiere usted ahora descubrir el informe científico de estos grupos entre ellos, dice:
VIENTRE=ECONOMIA = ECONÓMICO
PECHO = PODER = JURÍDICO
CABEZA =AUTORIDAD = ENSEÑANZA

Y establezca las relaciones fisiológicas.
¿Qué pasará si, en un Estado, la Autoridad se niega a dar satisfacción a las reclamaciones justas de los gobernados?
Establezca esto analógicamente, y diga:
¿Qué pasará si, en un organismo, el cerebro se niega a dar satisfacción a las reclamaciones justas del estómago? "
La respuesta es fácil prever. El estómago hará sufrir El cerebro y finalmente el hombre morirá.
Los gobernados harán sufrir a los gobernantes y elemento fino la nación perecerá.
La ley es fatal.
Así en la fisiología de la sociedad como en la del hombre individual, existe uma corriente doble:
1° Corriendo a gobernantes a los gobernados, el análogo en el transcurso del sistema nervioso ganglionar a los órganos viscerales. 2° Corriéndoles relaciones de gobernados a los gobernantes, análogo en el transcurso de las funciones viscerales a las funciones, siendo nervioso. Los poderes Docentes, jurídicos y económicos, constituyen el segundo del corriente.
El primero es formado por los poderes Legislativos, judiciales y ejecutivos.
Tales son ambos polos, ambas bandejas del equilibrio sinárquico.
Nosotros todos escogimos este modo de exponer el sistema de Sr. Saint Yves d' Alveydre con el fin de hacer sentir mejor su carácter dominante: una analogía siempre estrictamente observada con las manifestaciones de la vida en la naturaleza.
Tal es y será siempre el sello de una creación que se relaciona con esoterismo verdadero; todo sistema social que no sigue analógicamente las evoluciones naturales es un sueño y nada más.
Vemos que, en resumidas cuentas, el descubrimiento puesto al día en las Misiones es el de la ley de los gobernados Docentes, jurídicos y económicos;
porque la ley de los gobernantes Legislativos, judiciales y ejecutivos es conocida bien después mucho tiempo, transmitida por el mundo pagano.
Determinar científicamente la existencia y la ley de la vida orgánica de pueblo; determinar también la vida de relación de pueblo a pueblo y de raza a raza: tales son los problemas estudiados en las obras de Saint Yves d' Alveydre. Por todas partes la vida debe seguir leyes análogas; también, para hablar sólo pasando de la vida de relación de los pueblos europeos entre ellos, hay que ser gran pasante para ver su organización antinatural. ¿Representa, en efecto, a individuos que actúan entre ellos como lo hacen las grandes fuerzas? ¿Cuánto tiempo se quedarían sin ir a Mazas? La ley que reglamenta hoy las relaciones de pueblo a pueblo es el de los bandoleros, siempre armados, siempre preparados para aliarse para caer sobre el más débil y repartirse su fortuna. ¡Qué ejemplo para los ciudadanos!
Es por eso que el investigador puede científicamente hablar a todos los pueblos y decirles:
" Cambie a sus reyes, cambie sus gobiernos, hará sólo agravar su dolores - Los - aquí vienen no de la forma gubernamental, pero muy más allá Ley que la
constituye. ¡Aplique la ley de la naturaleza y el futuro se abrirá radiante para sus hijos! "
Concepción de los gobiernos actuales.
La Sinarquía, funcionando tampoco como un sistema, pero como una ley
científica, permite pues ver la situación exacta que ocupan las formas diversas de gobierno en la jerarquía de las ciencias sociales. También vamos a dejarle la palabra a Sr. de Saint Yves mismo, con el fin de hacer saber mejor sus trabajos em su exponer de la definición de las formas diversas de gobierno. El extracto siguiente es sacado de la Misión de los Soberanos, el capítulo I". En estas búsquedas sobre el origen de la mayoría del derecho y del gobierno general de Europa, tendremos que pronunciar a menudo los nombres de la república, de la monarquía, de la teocracia.
Es importante determinar exacta y significado riguroso de estos nombres, sin
proceder por abstracción ideológica, como se lo hizo demasiado sólo, desde "
Platón hasta Montesquieu, sino por la observación y por la experiencia tradicional, cuya historia es el proceso verbal.
Como nuestro fin es otro que de engañar yo mismo sacrificando al misticismo político de otros, nosotros, no retiraremos delante de la científica la verdad.
Las formas de gobierno que tenemos que definir, según sus caracteres históricos, están puras o mixtas, radicales o compuestas, según que su título nominal es, o no es la expresión de su principio limpio y del medio por el cual debe tender a realizar su fin.
La república.
El principio de la República pura es la voluntad popular.
El fin que se propone esta voluntad es la libertad ilimitada de los ciudadanos. El medio por el cual este principio tiende a realizar este fin es la igualdad jurídica, sin distinción de planos, sin jerarquía de funciones.
La condición radical, el organismo típico correspondiente al empleo de este medio, es el nombramiento directo de los magistrados por el pueblo reunido en masa, sin representantes ni delegados, en una palabra, sin intermediarios. La garantía de esta forma de gobierno es la esclavitud domestica, el avasallamiento civil, agrícola o militar del más gran número, el exilio o el ostracismo político.Atenas realizó este tipo real de la República; pero el pedazo por el que brilló no debe dar el pego, porque les es tomado a instituciones teocráticas importadas em Grecia, de Fenicia y sobre todo de Egipto: misterios de Orfeo, ritos de Delfos y de Eleusis, Amphictyons, etc.
La libertad de los ciudadanos tenía, en esta República, la esclavitud como garantía, y nadie estaba al amparo de esta amenaza temible y perpetua.
Así es como, si Nicetes no hubiera ganado la libertad de Platón, este vulgarizador de Pitágoras, a pesar de su metafísica caprichosa sobre la República, habría debido limitar sus virtudes republicanas a la práctica estricta de sus deberes de esclavo, bajo pena del látigo, de la tortura y del palo.
Cartago también tuvo la República pura, con Espanto como el resorte, en la
estatua de Moloch, y la esclavitud de los Númidas, como base y pedestal, como soporte y garantizada por la libertad.
Fundada por bandoleros, antigua villa de Etruria teocrática, Roma, más grosera que Atenas, más brutal aunque Cartago, también se conformó el dato de la República radical, aunque con ciertos temperamentos, que le impusieron los pedazos de la realeza y de la teocracia, cuya influencia y la memoria trató vanamente de borrar.
Así es como el Sumo pontífice romano, con su colegio de doce grandes
sacerdotes, fue armado con un poder bastante considerable para suspender y
disolver a las asambleas populares, y cuando la opinión trabajada por el
pirronismo dejó de concederle a la religión la fe, al Soberano Pontifical el crédito necesario para su función, la patria de Cincinnatus se había hecho la de Sila, y Julio César iba a poner en su cabeza la tiara y la corona imperial.
Roma republicana, para quedar libre, no se contentó con la esclavitud doméstica; todavía esclaviza Europa y una parte de África y de Asia.
En la cristiandad, jamás hubo la República efectiva.
El gobierno de las ciudades de Italia, de Flandes, de Holanda, fue republicano solo de nombre.
En realidad representativo, el sistema de estas ciudades fue municipal o
emporocratico, a veces los dos juntos, como son más o menos hoy Inglaterra, los Estados Unidos, Suiza y como querría estar la democracia burguesa de Francia, sin poder llegar allá, para causas inútiles que hay que descubrir aquí.

Monarquía.
Cuando Montesquieu, después de haber dicho que el principio de las repúblicas era la virtud, pretendió que la de las monarquías era el honor, pensó o sea en cortesano de los reyes y en los pueblos, o son como lo hubiera hecho hoy Sr. Prudhomme, pero no como Montesquieu.
El principio de la Monarquía pura es la energía de su fundador, es decir del más fuerte y de el más feliz, si se entiende por esta palabra la más favorecida por el destino.
El fin que se propone la Monarquía pura es la autocracia.
El medio por el cual este principio tiende hacia su fin es la centralización de todos los poderes en la persona del monarca.
La condición jurídica indispensable para el empleo de este medio, es que la ley directamente emana del déspota, sin representantes ni delegados reales, otros que escribanos forenses, jueces y ejecutores.
La garantía de esta forma de gobierno es el homicidio legal: porque en las
condiciones de anarquía pública que necesitan y permiten la fundación de la
Monarquía pura, para salvar la unidad de la vida nacional, hay que ser dueño de la muerte.
La Monarquía pura reinó entre los asirios; Ciro, Atila, Gengis Khan, Timour llevan el carácter real.
En la cristiandad, jamás hubo Monarquía efectiva, en el sentido absoluto de esta palabra.
En cada país cristiano que tendía a la unidad, la autocracia fue bien el fin del dinastías, porque sin este fin, no habrían tenido móvil bastante poderoso de energía para crear y conservar la unidad nacional.
Pero, aunque la inmensa mayoría de ellos no hubieran más desconocido las
garantías del despotismo que sus predecesores asiáticos, no pudieron usar de eso radicalmente de manera ordenado.

Teocracia.
El principio de la Teocracia pura es la Religión. El fin que se propone es la cultura universal de las conciencias y de las inteligencias, su unión y su paz social, El medio por el cual este principio tiende hacia su fin es la tolerancia de todos los cultos y su recordatorio a su príncipe común.
La condición necesaria para el empleo de este medio es el consentimiento libre de legisladores y pueblos a la eficacia práctica de la ciencia y de la virtud del sacerdocio y de su fundador. La garantía de esta forma de gobierno es la realización incesante de la perfección divina por el desarrollo del perfeccionamiento humano: educación, instrucción, iniciación, selección los mejores.
Antes del cisma de Irshou, Asia, África, Europa entera fueron gobernadas por una Teocracia, entre las que todas las religiones de Egipto, de Palestina, de Grecia, de Etruria, de Vara, de España, de Gran Bretaña, fueron sólo el desmembramiento y la disolución.
Esta Teocracia, distintamente indicada en anchos anales sagrados de los hindúes,persas, Chinos, egipcios, Hebreos, fenicios, Etruscos, Druidas y Bardos célticos, y hasta en los cantos del extremo de Escandinavia y de Islandia, esta Teocracia, digo, fue fundada por el conquistador que celebran Ramayana de Walmiki y Dionisiacos de Nonus.
Es gracias a esta primera unidad y se reencuentra por todas partes a su espalda rastros positivos, y cuyos antiguos templos conservaban la tradición, que todavía vemos en Damis y en Filostrato, Apolonio de Tiana, contemporáneo de Jesús Cristo, ir a conversar sucesivamente en todos los centros religiosos del mundo y con todos los sacerdotes de todos los cultos, desde la Vara, hasta el fondo de la India y de Etiopía.
De nuestros " días, en la Francmasonería, armazón y esqueleto de una Teocracia, es la única institución que lleva este carácter de universalidad, y que, a partir del grado treinta tres, recuerda un poco, en cuanto al personal, la antigua alianza intelectual y religiosa.
Moisés, iniciado la ciencia " del sacerdocio de Egipto dónde, desde el cisma de Irshou, reinaba una teocracia mixta, querido salvar de la disolución religiosa e intelectual algunos libros sagrados que cerraban con una manera, extremadamente cubierta la ciencia fundamental de esta antigua unidad.
" Es " por qué este gran hombre fundó esta teocracia de Israel entre las que la cristiandad y el Islam son las colonias religiosas.
La cristiandad jamás tiene o de Teocracia, o sea pura, o sea mixta, porque la Religión cristiana, representada por iglesias rivales, desde él siglo V, y
subordinada por su constitución democrática a una forma política que oscilaba entre la República y el Imperio, jamás pudo, como culto, alcanzar la unidad
intelectual, " tiene la enseñanza científica, a - la educación, a la selección y a la iniciación que son la garantía de la Teocracia. Los medios necesarios del forma de gobierno: Tolerancia de ellos todos los evitas, su retirada a su principio común, jamás pudieron ser empleados, en los concilios generales de los primeros siglos, ni en los concilios parciales que siguieron la separación de la iglesia griega y de la iglesia latina, ni por el papado que, visto su situación política e ido de en la cristiandad, pudo, a pesar de todos sus esfuerzos, hacer obra sólo poder clerical y escolar, lo que es todo lo contrario de la autoridad teocrática. Sin embargo, la fuerza intelectual y la moral de Jesucristo es tan grande, tan teocrática, como hasta reducida a las purificaciones del espíritu y de la conciencia individuales, sin poder actuar religiosamente los sacerdocios divididos y, por ellos, las instituciones generales de Europa, determinó sin embargo, en el mundo cristiano, la fuerza universal de opinión que rechaza las cadenas del demagogo, los instrumentos de muerto del déspota, hace imposible el establecimiento, o sea de la República absoluta, o sea de la Monarquía radical, y paraliza todo gobierno político real. ¡Honor y gloria sean devueltos de allí eternamente a Jesucristo!
Sin embargo, apresurémoslos a decirlo, lo que no es posible en la Cristiandad, es él en cualquier otra parte.


Las razas de África, las de Asia sobre todo, aunque contenidas por el Islam, mientras los turcos posean Constantinopla, están en condiciones que permiten el
establecimiento de la Monarquía pura.
Y qué no creamos que las armas materiales de nuestra civilización, que nuestros sistemas modernos de guerra, nos sean exclusivamente adquiridos: se prestan, al contrario, lo mejor del mundo, tanto al temperamento disciplinario de estas razas como a las invasiones por masas profundas de las que son acostumbradas, tan pronto como un déspota bastante enérgico los reúne y los indigna. " No es un millón, sino veinte millones de hombres armados y arrastrados al
europeo, que los esfuerzos reunidos de los pueblos de África y de Asia, sostenidos por el Islam y el imperio chino pueden lanzar, en el momento dado,
sobre Europa dividida contra ella hasta. Repitiendo su camino acostumbrado de las costas de África en Italia y en España, de Italia y de España hacia el corazón de Occidente, del Caucaso hasta el Atlántico, este diluvio humano puede de nuevo hundirse, barriendo todo sobre su paso.
El gobierno general de Europa la predispone más que nunca a todas las consecuencias de esta vuelta de movimientos periódicos que es posible prever a
ciertos indicios o aparentes o secretos.
Divididos entre ellos, sin lazos religiosos ni jurídicos reales, los Estados europeos serían, unos contra otros, los primeros auxiliares de los invasores.
El mercantilismo está dispuesto a abastecer las armas, con tal que se los pague, y lo hacemos, y sabe enviar bien a destinación cañones, fusiles, carbones de bola, pelotas y pólvora.


La competición colonial, la rivalidad de los Estados, los celos de los pueblos cristianos dar y cada vez más todos los instructores, todas instrucciones militares
necesarias. Cada nación europea, con tal que el dolor sea alejado de ella, ciertamente no se moverá para salvaguardar a aquella para la que será inmediato o próximo; se regocijará, al contrario, en su seguridad, sin prever su catástrofe final, porque en la política internacional de los gobiernos dichos cristianos, todos los sentimientos inmorales y, por consiguiente, antiintelectuales, son los únicos autorizados a producirse. En cuanto al resorte capaz de propulsar, dos otros continentes sobre el nuestro, esta balística formidable de los diluvios humanos, se encontrará, seguramente, como en otro tiempo, en indomable energía de un asiático o de africano capaz de una monarquía absoluta y de una intención limpia gigantesca y sombría que transporta el alma fatídica de sus razas. Tales reyes no vacilarán más que en el pasado delante de las consecuencias de su principio político.


La Monarquía simple y firme se mostrará de nuevo en ellos, ejecutor radical de las interrupciones del destino, segando las cabezas de las familias destronadas
imperiales y reales, afeitando por el fuego de los países enteros, degollando los grandes, forzando los pequeños que marchan por sus ejércitos, hartándose de
nuestros bienes, y para vengar sus pueblos de la inmoralidad de Europa colonial, convirtiendo nuestras metrópolis en un montón lúgubre de piedras y de ornamentos calcinados, ahogando en la sangre a nuestras naciones, o el dispersan a las cuatro esquinas de Asia y de África.


Europa cristiana no a más fuerza política que opone a estas calamidades, la República pura y la Monarquía simple que lo fue también imposible debido a la
inmoralidad necesaria de sus garantías. Para estos motivos, como muchos de otros, deberemos buscar, aparte de la política, el lazo posible de las naciones europeas. Debemos hablar ahora del temperamento por el cual se trata, después tanto tiempo, de reemplazar en Europa las garantías efectivas de la Monarquía y de la República; el lector ya adivinó que se trata de unas instituciones representativas.
Instituciones representativas. Dijimos que la idea de 3 representantes era moderna; es uno de los errores de nuestro tiempo. Así como cada campesino cree su pueblo más bello que todos los demás, y halaga su orgullo local atribuyendo a su campanario una supremacía sobre todos los campanarios vecinos, así los mismos de nosotros que agarran sobre ellos de enseñar a otros, son a menudo campesinos bajo este informe, y repugnan a salir por el pensamiento, de su tiempo y de su medio, para observar y juzgar sanamente lo que condenan por anticipado. La política es vieja como el mundo, y por todas partes como en cada tiempo, sus medios estuvieron conformes con sus necesidades. Siendo renovados por las formas gubernamentales de los antiguos celtas autóctonos, de primitiva Iglesia, y antes de la del neo celtismo de Odin que determinó el sistema feudal de los Godos, las instituciones representativas parecen adaptarse también bien a la República que a la Monarquía.


Sin embargo, templan estos gobiernos políticos sólo paralizándoles a la vez en sus principios, en sus medios y alejando sin cesar sus fines.


En efecto, la voluntad demagógica no puede ser representada sin estar ausente de ambos poderes legislativos y ejecutivos. También, la energía del déspota no puede delegarse, sin confinarse detrás de un parlamento o un Tribunal de Justicia.
En el primer caso, no hay más la República pura, ya que la oligarquía representativa, y no el pueblo solo, legisla y gobierna, nombra a los " magistrados,
si limita la libertad de ellos todos y de cada uno. En el segundo caso, mismo no hay más Monarquía pura, ya que la oligarquía representativa, y no el monarca solo, legisla, comparte el gobierno, y, o sea bajo el empuje de su propia ambición, o sea bajo la de las facciones, puede llamar de la ley y de muerte la el rey, despojado del uso exclusivo del medio y de la garantía de su función.

En las Monarquías bastardas, o representativas, estas dos fuerzas, la voluntad del demagogo, la energía del monarca, se combaten perpetuamente de manera latente o declarada. En las Repúblicas bastardas, o constitucionales, el duelo pasa entre leído demagogia y la oligarquía representativa; pero el dualismo siempre es declarado a eso. Hace falta, una de dos, que el rey y la oligarquía representativa, en la Monarquía constitucional, la oligarquía y su cabeza, si tiene una, presidente estadista, protector, en la República bastarda, puedan, si la situación geográfica de su país ello pretende, soltar su demagogia sobre colonias marítimas o lanzarlo en conquistas militares. En el primer caso, la República como la Monarquía intentan en la Emporocracia, es decir en el predominio de los intereses económicos considerados como móviles de gobierno.


En el segundo caso, la República como la Monarquía se inclinan hacia el Imperio, si la conquista militar de los pueblos extranjeros dura, y se cambia, por consiguiente en dominación política. Tiro, Cartago, Venecia, Genes, Milano, Florencia, España, Portugal, Holanda, Inglaterra fueron emporocraticas, cuales que fueron por otra parte las bases republicanas o monárquicas de estas potencias. Roma, y después de ella, la inmensa mayoría de las potencias continentales que
dictaron en Europa cristiana los tratados generales, después de haber fundado las unidades nacionales, también tendieron al Imperio: Inglaterra, durante la guerra de Cien años: España y Francia, durante la guerra de Italia; España, Francia, Austria, Suecia, durante la guerra de Treinta años; Francia supuesta republicana durante las guerras de la Revolución.


En Emporocracia como en el Imperio, el problema político de la alianza imposible de ambos principios de la Monarquía y de la República, o de la oligarquía
constitucional y de la voluntad popular, es aplazado, pero resuelto, hasta el momento cuando las colonias escapan de Emporocracia, las conquistaste al
Imperio, y donde el gobierno es reducido al dualismo de su vida interior, sin poder gozar de una diversión que se consagra fuera un ejercicio libre a las voluntades, una satisfacción a las energías. Bastante definimos, por el momento, los términos de Teocracia, de Monarquía, de la República, así como las instituciones representativas y Emporocraticas: no nos queda más que definir el Imperio.


Imperio.
Su carácter monárquico especial es dominar a la vez varios gobiernos, las repúblicas o las realezas, varios pueblos y varias razas. Así es como Valmiki, el poeta épico indio, nos representa a Ram como que se sirve de la forma política imperial, con el fin de realizar, más tarde, su Teocracia.
Es así, también, Homero, en una medida mucho más restringida, nos representa su Agamenon como el emperador de todos los reyes y de ellos todos los pueblos de Grecia.
Es así, por fin, como Alejandro, Julio César, Carlomagno, Carlos Quinto y Napoleón reinaron sobre los pueblos, sobre las razas que conquistaron y sobre
sus gobiernos que se sometieron, así es como hoy, el gobierno emporocratico de Inglaterra reina majestuosamente sobre varias razas y sobre varios Estados de
Europa, de América, de Asia, de África y de Oceanía. Así como se lo ve por lo que precede, el Imperio real se presta, como Emporocratico y las instituciones constitucionales, a formas políticas extremadamente variadas; porque teniendo a regir dominaciones y razas múltiples, los une bajo su poder sólo con la condición, o sea de respetar hasta cierto punto las instituciones limpias, o sea de desplegar una fuerza militar que excluye los beneficios que el Estado imperial tiene derecho de esperar de sus colonias. En Europa actual, otros gobiernos que llevan el título de Imperio, lo hacen de manera para decirlo así honorífico, pero sin carácter imperial real, a excepción de Sublime Puerta y del Imperio de Rusia. Todas las formas de gobierno que acabamos de caracterizar se remiten a una de tres grandes divisiones de la vida social: religión, Política, Economía, A la Religión, se produce la Teocracia, a la Política corresponden la República y la
Monarquía puras o mixtas, a la Economía responde por fin Emporocratico.


En los anales del género humano, es la Teocracia pura que aparece más raramente, porque exige por parte de su fundador, un genio, una sabiduría, una
ciencia excepcionales, circunstancias favorables muy pocas comunes y pueblos bastante alumbrados para sostenerle.
La longevidad de los gobiernos teocráticos es externa.Egipto, la India, China de Fo-Hi, Israel menudo, a pesar de la carga pesada que le
hizo referirse a través de los siglos Moisés, haciendo Hebreos a los guardianes de las ciencias secretas del antiguo unidad, todos estos gobiernos vivieron varios
millares de años y dieron en la gente todas las enseñanzas que son hoy el patrimonio común de la civilización. Aunque teniendo en la historia una longevidad menos larga, las Realezas y los Imperios debieron más tiempo que las Repúblicas, que sobrepasan raramente algunos siglos. Esta diferencia en la duración de los Estados valora a más donde menos fuerza que cierra su principio de vida. La sabiduría y la ciencia verdaderamente tienen parte al gobierno de las sociedades sólo en la Teocracia sola. En la Monarquía, la energía intelectual y moral del fundador deja siempre su obra abandonada a todos los azares, cuando no es más allí para dirigirlo: está a la merced de la debilidad y a la merced de la imbecilidad de los sucesores y, como consecuencia, las facciones y a la merced de la vuelta en escena del principio republicano. En la República, el principio de vida todavía es más débil, aunque la voluntad popular, tan ruidosa y tan animada, pueda dar la ilusión de la fuerza. El carácter de esta voluntad es de dividirse sin cesar contra él misma, de engendrar facciones sobre facciones y de poner sin cesar el Estado en peligro. También, de Cartago y de Tiro consistió, para dar a su obra algunos siglos de vida, en dotarla, a, rodearla toda el arte de los legisladores de Atenas, de Roma de instituciones tomadas de otros regímenes que la República, y cuyo tamaño suple por un tiempo a incurable mediocridad política de las masas. Nuestros lectores pueden ahora considerar la importancia de la obra perseguida por Sr. de Saint Yves. La ignorancia del grueso público y hasta del público intelectual que bizquea las Misiones y su autor, prueba bastante la modestia de este último y muestra que no buscó en la publicidad a una pasajera confirmación de su autoridad. Es pues en un deber de justicia en el que pensamos cumplir haciendo saber de nuestro mejor a un sabio verdadero, persiguiendo laboriosamente sus búsquedas y que será el primer asombrado de ver sus trabajos analizados y patrocinados en una publicación.
Sabemos ahora el partido que podemos sacar de la sinarquía. Veremos en la continuación cómo los investigadores contemporáneos, siguiendo la vía indicada
por Sr. de Saint Yves, pudieron anunciar la reacción demagógica cuyos primeros efectos actualmente se hacen sentir bajo el nombre de anarquía.
Los continuadores de la Sinarquía. En consecuencia de los trabajos de Saint Yves sobre la Sinarquía, un grupo de investigadores resueltamente persiguió la vía trazada por el Maestro y, después de cuatro años de esfuerzos, los resultados obtenidos son bastante importantes para que se pueda entregarle las primeras conclusiones al público. Recordemos una vez más que se trata allí de búsquedas de un carácter muy científico, que el fin que hay que alcanzar es establecer primero una anatomía social positiva, pasar de ahí a la fisiología social y abordar por fin la psicología social. Este trabajo pedía pues en primer lugar un análisis serio de los órganos de la sociedad; luego una síntesis de las funciones creadas por estos órganos; por fin la búsqueda de las leyes generales que dirigen estas funciones. Todo esto explica el tiempo necesario para un tal estudio que ha sido perseguido por MM. F. Ch. Barlet, Julián Lejay y su servidor y quien se acabará sólo en algunos años.


Los antiguos egipcios pretendían poseer la ley de organización y de funcionamiento de las sociedades. Lo probaron enviando sus iniciados, Orfeo,
Licurgo, Solón, Pitágoras organizar Grecia o sus colonias. Del mismo Moisés sacó de Egipto la organización del pueblo judío, la organización tal como permitió al espíritu de raza resistir a todo a través de los más espantosos cataclismo, Hoy los sedientos todos de reformas sociales casi reclaman o sea una humanidad nueva para aplicar sus proyectos, o sea una destrucción total de las ruedas sociales actualmente existentes. Están de acuerdo para destruir; pero cuando se trata de edificar, buscamos a tientas, pronunciamos grandes frases huecas. El problema que hay que resolver no consiste en matar al enfermo para elevar a sus niños de modo nuevo; consiste en curar a este enfermo respetando sus órganos y restableciendo la salud social, allí dónde la putrefacción ya comenzó sus estragos.
Qué nuestra sociedad esté en mala salud, es allí un hecho que la permanencia de nuestros cimientos legislativos bastaría con probar. Varios investigadores, Sr.
Quaerens (1), entre otras cosas, hasta quisieron caracterizar el diagnóstico que hay que llevar. En un estudio magistral, Julio Lermina (2) se esforzó muy bien por poner al día el punto de partida de nuestros malestares actuales. Todos los esfuerzos hechos en esta vía merecen pues llamar la atención del filósofo. Veamos rápidamente las grandes líneas de las conclusiones analíticas a las cuales llegan los continuadores de la Sinarquía. Ancho cuadra de este estudio desgraciadamente nos permite sólo resumir rápidamente el método empleado sin poder abordar las vías de realización inmediata y práctica abastecidas por este método. Los constructores de sistemas sociales sacan sus deducciones o de su imaginación o de las enseñanzas de la historia, a menudo hasta de la rutina
simple. Los investigadores de quienes nos ocupamos de momento pretenden no haber inventado nada. Se esforzaron por estudiar bien los procedimientos
empleados por la Naturaleza en la construcción de todo organismo y, considerando la sociedad como un organismo especial, por aplicar anchos leyes
de la vida sobre este organismo especial; el primer resultado do sus esfuerzos fue de comprobar que todos los sistemas de gobierno que funcionan responden estrictamente a un organismo más o menos perfeccionado vegetal o animal. 1) Cachexie stercolare. (París, la Iniciación, 1893.) 2) Ventre de Cerveau. (París, 1894, Chamuel) Animados por esta primera prueba de la realidad de sus búsquedas, analizaron el organismo humano y se esforzaron por aplicar sobre la sociedad las leyes generales en acción en este organismo humano. No volveremos sobre las tres divisiones generales: vientre social o Economía política Pecho social o Poder. Cabeza social o Autoridad, que constituyen la base de todos estos estudios y a los que vamos siempre a reencontrar.
He aquí en primer lugar las grandes divisiones establecidas en este estudio por F. Ch. Barlet (1). " La sociedad es un ser vivo compuesto de ser voluntarios y responsables. Es sujeta a las leyes biológicas pero su voluntad es más principal del funcionamiento fisiológico que es él el ser humano; tiene la facultad para disponer hasta de órganos bajo su responsabilidad (2). Su estudio es pues el de toda biología.


Su estudio es pues el de toda biología.
ANATOMÍA
FISIOLOGÍA
O BIONOMIA SUBJECTIVA
BIOLOGÍA GENERAL
BIONOMIO OBJETIVO
Estudio de los órganos de un grupo social.
Funcionamiento de los órganos del grupo social.
Funcionamiento de la humanidad social.
CONSIDERADO aisladamente / CONSIDERADO en su medio
Historia y filosofía de la historia.
Política Interior/Política Exterior
Para dar a entender mejor estas divisiones, vamos a dar algunos extractos que
conciernen a la anatomía, la fisiología y hasta la patología sociales. Indicamos tan claramente el carácter de estos estudios.

Anatomía.
Todo grupo social comprende pues:
1° individuos (sus elementos constituyentes): el cuerpo.
2° Una unidad que hace estos elementos a un ser: El estado.
3° unidades intermediarias: familias y corporaciones.
4° Y un lazo entre los individuos y las unidades: el Gobierno, cuya función es doble.
A. Satisfacer a los individuos como individuos;
B. Plegarlos en el Estado como elementos. Pues recíprocamente la función de los
individuos es doble;
A. Satisfacer el Estado como unidad;
(1) Para detalles, ver a P.CH. BARLET: principios de Sociología sintética;
París, Chamuel, 1894.
(2) Sabemos que, en casa del hombre, la marcha del sistema de la vida orgánica (corazón y circulación; hígado y digestión; grande simpático e inervación) escapen de la Influencia de la voluntad. P. B. Plegarlo a las necesidades del elemento individual.
Es el sistema Gobierno que es dejado a la libertad y a la responsabilidad humana (tiene sin embargo principios fijos que pueden y deben guiar). Está de allí así como en el cuerpo humano. Los individuos son las células. El estado es el cuerpo entero, la salud depende del Gobierno que el alma les da a los individuos por el estado, a las células por el reglamento higiénico. La Sociedad, como todo organismo superior, tiene Cuerpo, Alma (espiritual e intelectual), Espíritu y Voluntad libre para reglamentar la relación de vida de estos tres sistemas o conducida que, en sociología, tiene nombre Gobierno. Su espíritu son los principios que la determinan (el espíritu publico, la conciencia pública, según la expresión vulgar).
Su alma espiritual, es la Autoridad, la fuerza espiritual.
Su alma intelectual, es el Poder, o más distintamente el poder temporal (al cual corresponden las constituciones a priori).
Su cuerpo, son los agrupamientos sociales de diversos géneros (familia, tribu común, etc.) que son los órganos a los sistemas anatómicos, el organismo social. El espíritu y el alma espiritual que pertenece al mundo abstracto no tienen forma.
Al contrario el poder y los grupos sociales son esencialmente formales.
Fisiología.
¿Cómo cumple el Gobierno sus funciones? Así como la voluntad.

1ª recibe las impresiones (las cuales vienen de cuatro elementos: individuo, familia, corporación o de él mismo, de su propia iniciativa):
AMONESTACIONES; CUADERNOS; peticiones; INICIATIVA.
2ª delibera según la conciencia (grandes hombres), o la inteligencia o el sentimiento (conquistadores), o la sensación (tiranos):
DE O LOS CONSEJOS DIVERSOS.
3ª ordena:
LEYES, DESECHOS, DADOS ORDEN DE PAGO, eTC.
4ª hace ejecutar: por ejecución activa (REALIZACIÓN POR ADMINISTRACIÓN), - Pasiva (COACCIÓN), - Intermediario (MAGISTRATURA), que decide si se efectúa allí o no a ejecución.
Debe pues tener allí:
Facultad de sensibilidad y órganos correspondientes.
- De deliberación
- De ordenación (autoridad)
- De ejecutar (poder)
La fisiología normal, la ley suprema del Gobierno es:
1 ° Inspiración de la autoridad por el espíritu.
2 ° Consagración del poder por la autoridad,
3 ° Dirección del cuerpo por el poder, de modo que el cuerpo expresa el espíritu. Pero esta vía es una ideal hacia la cual la Sociedad marcha destinando sucesivamente una importancia exagerada a uno de los elementos: es lo que hace la evolución social.

Patología.
El disturbio es aportado en la Sociedad:
1 ° Por la individualidad (la enfermedad viene de la célula), individuo aislado o social.
Es la anarquía, la conspiración, la usurpación etc.
MODIFICACIÓN DEL PODER.
2 ° Habla cambio del Espíritu publico (la enfermedad viene del espíritu).
MODIFICACIÓN DE LA AUTORIDAD.
Es la Revolución.
3 ° Por un ataque del exterior (la enfermedad viene del medio ambiente). Es la guerra internacional que será, según el grupo, entre familias, tribus, naciones, pueblos o razas).
Es desde luego que estas notas no tienen por objeto sólo señalar al espíritu del lector el método empleado sin prejuzgar nada de los resultados adquiridos. Pero este método había permitido, al autor de quien nos ocupamos, M F. Ch. Barlet, de dar, hace dos años ya, en un estudio a la Evolución de la Idea (1 Volumen in-18) indicaciones muy curiosas sobre el período demagógico y de manifestación anárquica en la cual entramos. He aquí un extracto de esta obra. " Tal es la Vida total, tal también la vida de detalle al Santuario, en la Escuela o en el Pueblo, a través de los siglos como en los pequeños períodos que ven vivir y morir un sistema económico, filosófico o religioso. Por todas partes usted verá al principio a un hombre o un grupo inspirador de hombres; con él se forma el período de infancia, de fe, a la cual sucederán el del análisis y el de la síntesis final, salvo los accidentes (1) mórbidos o mortales.
(1) El filósofo V. Cousin no dejó de señalar estos fenómenos: " por todas partes, dice, donde reina una gran religión, la base de una filosofía es puesta no nos cansemos en absoluto de repetirlo, la religión es el fondo de toda civilización; es la religión que hace las creencias generales, contiene también la filosofía la religión parece única primero; luego de ahí religión saca la teología y la teología saca por fin la filosofía, etc " (historia general de la filosofía, p. 35 y 48.)
No tenemos que preocuparnos pues de fluctuaciones, agitaciones, hasta las más terribles, de la Escuela o de la Sociedad, como tampoco del pedido sacrificio de vidas individuales por la vida universal; es allí sólo la obra del Destino, un solo pensamiento merece nuestros cuidados: la realización dado el Ideal cuyo embrollo produjo el movimiento al cual somos libres de asentir o no por el esfuerzo de nuestras voluntades y de la inteligencia.
Pero cómo podámoslos realizar el Ideal; ¿que particularmente podemos en nuestra época para y por la evolución de la Idea?

Para comprenderlo, basta con considerar cual momento de la evolución nuestro siglo representa. Es el tiempo que vimos particularmente crítica, del análisis extremo, del extremo división, mitigada por una tendencia a la federación. Para la sociedad, es la infancia de la democracia, siendo amenazado de la enfermedad demagógica. Para el pensamiento público, es el positivismo materialista que amenaza de la disolución por el epicureismo o el escepticismo. Sin embargo, parecemos ya haber atravesado el punto peligroso de este cabo, porque, en la Escuela como en el público, tendemos en toda cosa hacia la síntesis, y es en ella que es nuestra salvación, con fin del movimiento que atravesamos. - ' No tenemos que asustarnos pues amenazas de anarquía social ni desesperanzas sombrías del nihilismo; esto son los productos necesarios de la oscuridad que el destino nos condena por atravesar, subterráneos que nos conducen, si sabemos recorrerlos, a los esplendores de una ciencia y de una organización sociales desconocidas desde siglos largos.
Todos nuestros esfuerzos deben apoyarse sobre la concentración de nuestras fuerzas dado todo género; fuera de la Escuela por el altruismo o la fraternidad, que consiste para cada uno en el olvido de su individualidad en provecho de la Universalidad; en la Escuela, por la síntesis de todos nuestros conocimientos, la terminación en la región de los Principios del edificio que comenzamos a sentar teniendo como base el positivismo, y para el que amontonamos un tesoro inapreciable de materiales.
Y así como, según la clara expresión de Carlomagno, " si el caso es mejor hacer bien que de saber, hay que sin embargo saber antes de que de hacer "; así como, después de todo, es la Idea que lleva el mundo, no es nada que pida más atención, más esfuerzos de nuestra parte que el órgano social de la Idea, la Escuela. Allí tenemos que reconstruir, resucitar por nuestros esfuerzos, a devolver hacia su hogar de origen la unidad ocultada ahora, bajada, diseminada en las sombras del mundo sensible.
Allí, como en el mundo, la primera condición de este movimiento laborioso y
grandioso, es el olvido de la individualidad para la Unidad; por él sólo pueden
realizarse ambas primeras condiciones de la ciencia sintética: la Unión de los tres
Principios en el pensamiento, con el fin de evitar el escollo mortal de la
especialización, y la organización jerárquica de todas las fuerzas de la Escuela,
con el fin de que la distribución del trabajo secunde la síntesis por la concentración
armoniosa de las voluntades (1). "
(1) V.- Ch. Barlet: la Evolución de la Idea, p. I60-161-162.
Es a causa de la división al extremo, de este período de anarquía moral tanta como física que tenemos que atravesar que los investigadores que se ocuparon de sociología quisieron abordar que la economía política, es decir el estudio del vientre, de la parte más material de la sociedad. Sr. Julien Lejay dio a luz muy bien estas tendencias en algunos artículos notables los que demos aquí un extracto El lector encontrará allí indicadas las leyes efectivas que conducen sin saberlo ellos a la inmensa mayoría de los grandes "reformadores" contemporáneos.

La economía política y el método sintético.
" El carácter dominante de todos los pensadores que se ocupan o sea de economía política, o sea de sociología, justo querer relacionarse exclusivamente con un principio de acción negando a priori todo valor a las búsquedas de los que mismos se coloca en otro punto de vista que.
Entonces el manejo de la analogía permite considerar sintéticamente los esfuerzos de ellos todos los que abordaron la cuestión y, como consecuencia, de descubrir el estado exacto de evolución de los espíritus, estado tal como cada uno de estos reformadores exclusivistas, creyendo transformar su época, en suma sólo traduce pasivamente las aspiraciones actuales de esta época.
El primer deber del sintetista es pues buscar la ley general que guió y que todavía guía en sus búsquedas y en sus conclusiones a los economistas y los escritores socialistas de toda época y de partir de esta ley general para tratar ampliamente la cuestión.
El hombre individual es incitado por tres tipos de aspiraciones: las aspiraciones sensuales, las aspiraciones pasionales y las aspiraciones intelectuales. Justo compartiendo equitativamente sus fuerzas entre estas tres incitaciones él realiza la salud física y moral.
El hombre que se entrega por completo a los placeres sensuales no tarda en ver disminuir sus facultades intelectuales, luego a enfermar si continúa. El exceso contrario, el trabajo excesivo y exclusivo de las facultades intelectuales produce los resultados análogos. Es en el equilibrio que se encuentra la solución verdadera del problema.
Entonces el hombre colectivo, la sociedad, tienen las mismas leyes de salud y de enfermedad que el hombre individual, la analógicamente parlante, y es curioso comprobar que todos los sistemas de reforma social propuestos son exclusivos, y tienden a subordinar todo a la satisfacción de una única de las aspiraciones de la sociedad.
Podría mostrarle cómo existe una sociología espiritualista donde todo es subordinado a la felicidad de la aristocracia, una sociología racionalista donde todo es subordinado, al contrario, a la felicidad de la burguesía, por fin una sociología sensualista, donde el pueblo debe aplastar todas las demás clases y ser satisfecho a sus costas. Y cada sistema pretende imponerse sólo, olvidando que no existe hombre compuesto solamente de una cabeza, solamente de un tórax, y solamente de un vientre, y el que es al contrario, por un cambio equilibrado entre las funciones del Cerebro, del Corazón y del Estómago que el ser humano subsiste pero, mucho mejor, en cada uno de estos sistemas sociológicos exclusivos, subdivisiones existen quiénes dan origen a escuelas diversas según que la moral, la política o la economía están consideradas como más importantes a practicar, siempre exclusivamente.
Así, en la actualidad, estamos de allí en la economía después de haber pasado por otras fases, y la economía política está considerada como sólo digna de interés. Déjeme pues insistir un poco en este punto y consideremos juntos las conclusiones que cada sectarismo pone según el modo, y considera su economía política abdomen de la sociedad.


No era bastante querer inventar a los seres humanos compuestos únicamente de un vientre subordinando todo a la economía, fuimos más lejos y quisimos subordinarle todos los órganos a uno de ellos, de tal modo que cada escuela de economistas pretende que in solo órgano debe totalmente hecha y que otros no sirven para nada suponiendo hasta que existen.
Encontramos, en efecto, una economía política espiritualista, otra racionalista, otra sensualista, y cada una pretende poseer exclusivamente la Verdad. Naturalmente. - veamos un poco los detalles.
La Riqueza emana del Estado, el Estado es el creador de la Riqueza, el valor reside en la abstracción, es decir en la Moneda. Todas las funciones económicas deben pues ser subordinadas al Estado, creativo de J [tiene moneda. He aquí lo que decían los partidarios de la economía política espiritualista de la que Law fue uno de los representantes más famosos.
Usted se equivoca: la Riqueza emana del Trabajo, el hombre es el creador de la Riqueza, el valor residido en el Trabajo, es decir en el hombre, dicen los economistas racionalistas entre los que Adam Smith, Saint Simón fueron y son los brillantes representantes.
Cual error es el suyo, clama y a su vuelta los economistas sensualistas, la Riqueza emana de la Naturaleza, el valor reside en los productos de la Naturaleza y no otra parte. De ahí la idea del impuesto único sobre la hacienda, de ahí todas teorías de los Agrarios y el éxito colosal de Henry Jorge que formuló maravillosamente sus aspiraciones.
Y, lo que él allí de haber sido notable, es que al advenimiento de cada escuela de economistas al poder, las escuelas futuras su ya manifestaban, pero en forma de protestas: ¿ así es como Turgot y los fisiócratas cinco céntimos " valoraban hace mucho tiempo que la Riqueza emana de la Naturaleza, en la época de los economistas espiritualistas, mientras que los comunistas de 1848, Babeuf, Fourier, Cabet, etc., presentaban y defendían una tesis análoga en oposición de los economistas racionalistas?
¿Usted me pedirá qué hace el sintetista, el ocultista de acción, en presencia de esta multitud de sistemas ciertos? Procura agrupar estos principios diversos para de allí, constituir un organismo social compuesto de uno mama, ... De un tórax y de un abdomen como el mismo hombre. Y, en el caso actual ya que se trata de economía política, el sintetista se esfuerza por precisar el papel de cada uno de los órganos abdominales de la sociedad, representados cada uno por una escuela especial.
Sintéticamente pues todo es verdad; basta con hacer más profundizar en la cuestión y, sobre todo, con evitar el eclecticismo, el más grande de los errores posibles.
En el abdomen del hombre hay algo que sostenga todo lo que el vientre cierra, es la materia orgánica que constituye todas las células. Pero estas células acabarían rápidamente su función y morirían si una otra cosa, una sangre, y sobre todo un oxígeno que aporta no vengan animar para ellas. Por fin estas células tendrían como bello vivir que nada se produciría si una otra cosa todavía, una incitación nerviosa, no venga para poner todo esto en movimiento.
Y estos tres principios de acción, la primera materia, la fuerza animadora y la fuerza motriz, son tanto vinculados y tan necesarios uno a otro que no podemos concebirlos actuando por separado.
En el abdomen social (economía política) la primera materia producida por la Naturaleza sostiene todo y forma la base en la cual se apoyan otras acciones; pero el Trabajo producido por el hombre viene para dar el valor a esta primera materia y por fin la Especulación y es su objeto este valor viene para dar la plusvalía y el movimiento a otros principios.
Es de la reacción armónica de estos tres principios: especulación, Trabajo y Realización física que resulta la salud del abdomen social.
Es en el estudio de estas leyes y de sus análogos en la política y en la moral (tórax y mama de la Sociedad) que ya trabajo desde hace varios años. " Yo, me esfuerzo por darle a entender mi método, así como algunas conclusiones ya obtenidas.
Posiblemente encontraremos después de todo que estas ideas son demasiado simples para ser verdaderas " posiblemente como me considerarán como un bono - a soñador no malo: que me importa. El estudio de la Ciencia oculto me condujo a buscar en todo el punto de vista sintético: quise aplicar este principio sobre el estudio de la Sociología. Cuando me sentiré preparado, publicaré una obra que resumirá mis trabajos y expondrá estas ideas con todos los detalles necesarios. - ¿y después? "
Después seré sin duda tan feliz como la abeja que viene para depositar en la colmena el producto de su visita larga a las flores del prado: ¿habré hecho lo que considero mi deber y no allí una gran satisfacción, y esta conciencia del deber consumada no constituye sólo suficiente recompensa (1)? " Así he aquí el balance de los esfuerzos intentados ahondados un grupo de investigadores que no desesperaron en el futuro y que, despreciando las satisfacciones engañosas de la política, son dirigidos a la Ciencia para investigar las causas dado la enfermedad social que ejerce actualmente Sus estragos en la inmensa mayoría de las naciones de Europa. ¿Cuál es, en cambio, la conducta de los gobernantes al poder en estas naciones? Es lo que debemos ahora examinar de nuestro mejor.
(1) J. LEJAY: la Economía política y el método sintético.

Indolencia y anarquía.
Los antiguos les preguntaban a sus gobernantes de garantías importantes a intelectuales y sobre todo morales. Además, los métodos aplicados sobre la dirección de las sociedades partían de este principio que los principios eran todo y que los individuos no eran nada. ¿ Que diríamos en efecto sobre viajeros que, en el momento de ponerse en camino, procederían por elección a la elección del mecánico encargada de conducir la locomotora y escogerían con este fin el más brillante a hablador? ¿Nos acusarán de forzar nuestra comparación, pero no lino poco aquel quién pasa en la vida pública de la inmensa mayoría de nuestras sociedades?
El análisis al exceso y el individualismo triunfa por todas partes; los intereses personales superan todo y nuestra sociedad marcha positivamente la cabeza abajo y el vientre en el aire. La culpa no pertenece de allí de ninguna manera a sus gobernantes rellenados evidentemente por intenciones excelentes, cuyo patriotismo está por encima de toda sospecha, sino las que son los presos de un estado de malestares políticos del que ellos mismos son las primeras víctimas. La instrucción analítica que se les ha sido consagrada, la admiración que se les inculcó para la Revolución, la costumbre de manejar a los electores con bellas palabras y los diputados con grandes promesas, todo esto determina entre los hombres de gobierno, un pedazo agudo caracterizado por el predominio del inmediato sobre el futuro, pequeños comprometimientos para evitar las grandes audacias y por fin la indolencia para todo lo que es general y sintético por amor para todo lo que es particular y analítico.
Isla más, la inestabilidad ministerial y poca autoridad de los ministros sobre las oficinas tienden a destruir, sobre todo en Francia, esta unidad de política exterior, esta concepción ancha del futuro que desafía si es preciso la impopularidad para el obsequio que, las únicas, constituyen las naciones verdaderamente fuertes. Es allí la gran fuerza de Inglaterra para los gobernantes de los que la política, exterior no implica ninguna divergencia de vistas, cualquiera que sea el partido al poder. Es allí también la fuerza principal de Rusia, cuyo futuro legendario testamento de piedra el Gran sueldo fijo y lo bebió a alcanzar. Sólo los países dónde la unidad de gobierno todavía dura por la existencia simultánea del poder y de la autoridad en las manos de un único puede preservarse de empujes demagógicos. Tal es Rusia, tal es pueblo al cual no se presta una atención bastante grande, el cual se conoce muy mal y el cual se juzga falsamente: Turquía.
No seguimos de bastante cerca los esfuerzos prodigiosos intentados y llevados â bien en algunos años por un soberano porfiado y trabajador y quien sintió muy bien el futuro posible reservado para pueblo que todo el mundo considera moribundo.
Abandonando el culto exclusivo de la fuerza, sobre el cual se habían concentrado
los esfuerzos de todos sus predecesores, Abdul Hamid II resolvió desarrollar,

como máximo, todas las fuentes de intelectualidad latentes en las nuevas generaciones. Les fundó, con este fin, más de diecinueve facultades y escuelas superiores a Constantinopla en algunos años, y totalmente proveídas a profesores eminentes y a alumnos y, mientras que otros gobiernos se dejen llevar por el culto de la Materia, Turquía espera su futuro solamente del triunfo de la Idea. La indolencia y la estrechez de vista son, en efecto, los caracteres de nuestros gobiernos efímeros.
Evitamos, de prejuicio, el estudio detenido del organismo social, nos cogemos por fuera, a los vestidos, y dejamos la chusma invadir el cuerpo, escondido bajo el terciopelo y la seda. Cuando los parásitos aparecen por fuera, les matamos uno por uno, pero sin subir a la causa del mal.
Obedecer al timón, es prever, es decir es hacer la higiene social. La indolencia engendra la suciedad, la suciedad permite el desarrollo de los parásitos por fuera y los microbios a. El interior. El anarquista es el microbio de la sociedad, es la célula que no recibe más el influjo vital necesario de los centros, y que, haciéndose centro a su vuelta, destruyendo para el placer de destruir y porque la destrucción es su sola razón para ser Ptomaïnes y dinamita son análogos. Entonces, así como lo determinó tan bien F. Ch. Barlet, llegamos desnudo punzado último del embrollo de la idea, del culto de la materia, el oro dios, el materialismo, el sensualismo, el culto del sostenedor al café cantante y del chantaje en una prensa cierta, todo esto es conexo y conducido fatalmente al mismo resultado: la descomposición pútrida en un individuo o la anarquía en una sociedad. El rigor y las leyes de excepción son sólo de pasajeros paliativos; la fe en el trabajo y en la ciencia es los remedios sólo verdaderamente. Resueltamente hay que volver al estudio de la idea si se quiere destruir la causa de todo el malestar material, y hay que comenzar las reformas con vientre, con la economía social; pero respetando las ruedas existentes y no queriendo destruirlos por la masa ignorante como muchos socialistas o por la dinamita como los anarquistas, Agrupado el electorado sobre los intereses corporativos y tampoco sobre la política, la autonomía de la Magistratura y de la Universidad, la herencia de los instrumentos y de las fábricas por los sindicatos obreros bajo ciertas garantías, el impuesto único sobre las herencias en línea colateral, el servicio de cada ciudadano, durante un cierto número de años y en su profesión para el Estado a cambio de la garantía de vivir, de la vivienda y del vestido del individuo por parte del Estado, todo esto son unos medios de transición que consideramos prácticos y que merecen una atención seria por parte de los que prefieren el inmediato al universal.
El filósofo curioso de comprobar la vitalidad efectiva de la organización sinárquica y de sus derivados, también podrá estudiar la constitución y el funcionamiento del Imperio chino que conserva sus gobiernos durante varias centenas de años, que tiene un ejército de 300,000 hombres apenas para guardar 400 millones y que nos trata " salvajes y bárbaros ".
Un alto funcionario chino enviado a Europa para estudiar nuestra organización social decía: " Eh que, pues no tienen todavía leyes verdaderas ya que ellos siempre están ocupados de hacer noticias. En China he aquí varias centenas de años que no tuvimos que interesarnos por futilidades (1) iguales. " Qué el lector nos perdone la longitud de estas digresiones, nosotros todos todas creemos que nosotros todos todas hacemos obra útil llamando la atención en una cuestión capital y tenemos la certeza que el futuro vendrá para probar nuestros esfuerzos, tan humildes sean, no fueron totalmente vanos.
(1) Vea, a propósito de esto, los trabajos notables de Eug. Simón: la Ciudad incordia; la Ciudad francesa.

 

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