ISTRUCCIONES CONCERNIENTES A LA INICIACIÓN MARTINISTA
Por el S. G. M. Constant CHEVILLON
Traducido del francés por Konstantinos S.I., L.I.


En principio, la Iniciación Martinista debe ser conferida de una sola vez. Prácticamente, es recomendado hacerla en tres partes, no para perpetuar las innovaciones de PAPUS, sino para asegurar que los recipiendarios sean verdaderos hombres de deseo y no simples curiosos. El tiempo que separará las iniciaciones es variable, dependerá del grado de evolución del nuevo martinista, de su trabajo, etc. No hay ningún interés en negar estas iniciaciones.

Sólo el S. I. puede ser llamado realmente Martinista, pero la enseñanza martinista puede, desde el primer grado ser dispensada en toda su integridad.

Al S. I. que haya dado pruebas de una verdadera comprensión del espíritu del Martinismo, y que sea juzgado capaz de transmitir a su alrededor la Iniciación, podrá serle conferido el grado administrativo de S. I. Iniciador (o S. I. IV, o Iniciador Libre).

Los martinistas deben siempre reunirse alrededor (o delante) de un altar cubierto de tres manteles: blanco debajo, rojo en medio, y negro encima, como soportes del Tentáculo, así como de las tres Luminarias. Los asistentes pueden revestirse con una túnica blanca con un cíngulo, la máscara es usada sólo en las Iniciaciones. Se recomienda estudiar las obras del Filósofo Desconocido, los esoterismos, las doctrinas tradicionales, el lado esotérico y místico de los diversos sistemas religiosos, con la exclusión de todo ocultismo práctico.

No debemos olvidar jamás que el Martinismo es un Cristianismo trascendente, y que aquellos que no reclaman ser de la Tradición Cristiana, no pueden decirse Martinistas.

Signos de reconocimiento general adoptados por los martinistas:
Pregunta:

Respuesta:

Cuando muchos Martinistas libres se encuentran para trabajar en común, se reúnen en el domicilio de uno de ellos. No tratan de construir un grupo permanente, al contrario, su grupo deja de existir una vez que la reunión ha terminado. Durante la reunión, uno de ellos, el Iniciador Libre, si hay uno, si no el Martinista más antiguo, ejerce las funciones de Presidente, otro, en el lado opuesto, de la sala, hará las funciones de Substituto.

Debe haber sobre la mesa: las tres Luminarias, los tres manteles, el Tentáculo tradicional del Martinismo. Se recomienda quemar incienso, al menos al comienzo de la sesión.
Al comienzo y al final de la sesión los asistentes formarán la cadena de unión, sin cruzar sus brazos, poniendo la mano derecha sobre la izquierda de su Hermano o Hermana a la diestra. Durante la cadena de unión los Hermanos evocan con el pensamiento al Filósofo Desconocido y a los Maestros Pasados del Martinismo.

Para marcar el comienzo y el final de las sesiones, con el fin de aislar la asamblea del mundo profano, un corto diálogo se realiza entre el Presidente y el Substituto, los términos no han sido fijados "ne varietur"…
Es preferible realizar las iniciaciones individuales "de hombre a hombre". No hay ritual de iniciación. Es suficiente exponer al recipiendario el simbolismo de las Luminarias, de la máscara, del manto, así como los principios y fines del Martinismo.

El juramento y la consagración son obligatorios; el juramento no debe conllevar ninguna obligación de obediencia.

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