LA TEOLOGIA DE LA ARITMETICA
AUTOR DESCONOCIDO
II
acerca de la díada
De Anatolio
d


Sumar díada con díada es equivalente a multiplicarlas: sumarlas y multiplicarlas da el mismo resultado, y sin embargo en todos los demás casos la multiplicación es mayor que la adición.
Entre las virtudes, la comparan al valor: pues ya ha dado un paso hacia la acción. De ahí también que acostumbren a llamarla 'atrevimiento' e 'impulso'.
También le dan el nombre de 'opinión', porque en la opinión están la verdad y la falsedad. Y la llaman 'movimiento', 'generación', 'cambio', 'división', 'extensión', 'multiplicación', 'suma', 'parentesco', 'relatividad', 'la razón en la proporcionalidad'. Pues la relación entre dos números se da de toda forma concebible.

Así pues únicamente la díada permanece sin forma y sin la limitación de estar contenida por tres términos y su proporcionalidad, y es opuesta y contraria a la mónada más allá que cualquier otro término numérico (como la materia es contraria a Dios, o el cuerpo a lo incorpóreo), y es como si fuera el origen y fundamento de la diversidad de los números, y de ahí que se parezca a la materia; y es casi contrapuesta a la naturaleza de Dios en el sentido de que se la considera como causa del cambio y alteración de las cosas, mientras que Dios es la causa de la identidad y la estabilidad inmutable.
De ese modo toda cosa en el universo como un todo es una según la mónada natural y constitutiva en ella, pero asimismo es divisible, en cuanto a que necesariamente comparte la díada material también. De ahí que de la primera conjunción de la mónada y la díada resulte la primera pluralidad finita, el elemento de las cosas, que sería un triángulo de cantidades y números, tanto corporal como incorpóreo. Ya que así como la savia de la higuera coagula en líquida leche a causa de su propiedad activa y productiva, del mismo modo cuando el unificatorio poder de la mónada se acerca a la díada, la cual es el manantial de la fluidez y la liquidez, le instila límite, y da forma (p. ej., número) a la tríada. Pues la tríada es el origen en actualidad del número, que es por definición un sistema de mónadas. Pero en un sentido la díada es mónada teniendo en cuenta que es como una fuente.

La díada recibe su nombre del pasar a través o en dos;1 pues la díada es la primera en haberse separado de la mónada, por lo cual también es llamada 'atrevimiento'. Ya que, cuando la mónada manifiesta unificación, la díada se desliza insensiblemente y manifiesta separación.

Rige también la categoría de la relatividad, ya sea en virtud de su proporción con respecto a la mónada, que es doble, o de su proporción con respecto al siguiente número después de ella, la cual es sesquiáltera; y estas relaciones son las raíces de las proporciones que se extienden indefinidamente en cada dirección, con la consecuencia de que la díada es también en este aspecto la fuente de la multiplicación y la división.

La díada es también un elemento en la composición de todas las cosas, un elemento que es opuesto a la mónada, y por esta razón la díada está perpetuamente subordinada a la mónada, como la materia a la forma.
De ahí que, como la forma es capaz de concebir ser y existencia perennes, pero la materia es capaz de concebir los opuestos a éstos,2 la mónada sea la causa de las cosas que son totalmente similares e idénticas y estables (p. ej., de los cuadrados), no sólo porque la secuencia de los números impares, que son formados por la mónada, la comprende como los gnómones y produce cuadrados por progresión aritmética cumulativa (o sea, que resultan en la indefinida secuencia de los cuadrados), sino también porque cada lado, como el punto límite en una carrera desde la mónada como punto de partida hasta la mónada como punto de llegada, contiene al propio cuadrado, al sumar su trayecto de ida y el de vuelta. Por otro lado, la díada es la causa de las cosas que son totalmente disímiles (p. ej. los rectángulos), no sólo porque los tipos de cosas que son formadas por ella son los números pares, que la comprenden como gnómones, y que son producidas en progresión cumulativa, sino también porque -según la misma imagen del punto de retorno, llegada y comienzo- mientras que la mónada, como causa de la igualdad y la estabilidad en general, parece asimismo dar origen a la generación, la díada parece admitir la destrucción así como trayectos de retorno que son diferentes a los de ida, para que haya una sustancia material y capaz de admitir todo tipo de destrucción.

La díada sería el punto medio entre la pluralidad, que se considera corresponde a la tríada, y aquello que es opuesto a la pluralidad, que corresponde a la mónada. Por tanto tiene simultáneamente las propiedades de ambas. Se trata de la propiedad del 1, como origen, de producir algo más por adición que por la combinación del poder de multiplicación3 (y por eso es que 1+1 es más que 1x1), y de la propiedad de la pluralidad, por otro lado, como producto, de hacer lo opuesto: pues ella produce algo más por multiplicación que por adición. Porque la pluralidad ya no es como un manantial, sino que cada número se genera a partir de otro y por combinación4 (y por eso es que 3x3 es más que 3+3). Y mientras la mónada y la tríada tienen propiedades opuestas, la díada es, por así decir, el intermedio, y admitirá las propiedades de ambas a la vez, pues ocupa el punto medio entre las dos. Y decimos que el intermedio entre lo que es mayor y lo que es menor es lo que es igual. Así pues la igualdad yace en este número solo. Y el producto de su multiplicación será igual al resultado de su adición: ya que 2+2=2x2. De ahí que acostumbren a llamarla "igual".
Esto también ocasiona que todo aquello que se relacione directamente con ella tenga la misma propiedad de ser igual, lo que está claro no sólo (y esto es por lo que es la primera en expresar la igualdad de una manera sólida y plana -en el plano el número 4 expresa la igualdad de longitud y anchura, y en el sólido el número 8 la igualdad de profundidad y altura) en su pura divisibilidad en dos mónadas que son iguales entre sí, sino también en el número que se dice ha 'evolucionado' a partir de ella (esto es, 16, que es 2x2x2x2), el cual es un número plano del así llamado 'color' de base 2: pues 16 es igual a 4x4.5 Y este número es obviamente en cierto sentido una especie de término medio entre lo mayor y lo menor del mismo modo que lo es la díada. Pues los cuadrados anteriores a él tienen perímetros que son mayores que las áreas de sus superficies, mientras que los cuadrados posteriores tienen perímetros que son menores que sus superficies respectivas, pero sólo este cuadrado tiene un perímetro igual a la superficie de su área.6 Este es aparentemente el por qué Platón en el Teeteto llegó hasta 16, pero se detuvo 'por alguna razón' en el cuadrado cuya área es 17 pies, cuando se encontró con la manifestación de la propiedad específica de 16 y la apariencia de una cierta igualdad compartida.7

Entonces, ¿en atención a qué llamaron los antiguos a la díada 'desigualdad' y 'deficiencia y exceso'? Porque se dice de ella que es la materia, y si es la primera en la que la distancia y la noción de linearidad es visible, entonces aquí está el origen de la diferencia y la desigualdad; y además porque, al evaluarla en términos de lo que la precede, es más, mientras que al evaluar la tétrada en términos de lo que la precede es menor, y la tríada está en el medio de las dos. Así, según este enfoque alternativo se sigue, contrariamente a lo que encontramos antes, que es la tríada, más bien que lo que la precede, la que contiene el principio de igualdad. Pues 2 es mayor que lo anterior a ella (quiero decir el 1), en la manifestación primera de la relación de ser mayor que, y 4 es menos que 3+2+1, en la primera manifestación de la relación de ser menos que, y 3 es igual a 2+1 y corresponde a la relación de igualdad, que es indivisible, con la consecuencia de que el número 2 lineal está en consonancia con lo que es más, pero elevado a número plano es consonante con lo que es menos.
Se la llama también "deficiencia y exceso" y "materia" (para lo cual, de hecho, hay otro término que es la "indefinida díada") porque está en sí misma vacía de silueta y de forma y de cualquier limitación, pero es capaz de ser limitada y definida por la razón y la habilidad.

Los pitagóricos relacionan estrechamente la materia con la díada. Pues la materia es el origen de la diferenciación en la Naturaleza, mientras que la díada es la fuente de la diferenciación en el número; y al igual que la materia es indefinida y sin forma, así también, única entre todos los números, la díada es incapaz de recibir forma. Y no menos por la siguiente razón puede llamarse indefinida a la díada: la forma llega a la actualidad en primer lugar por medio de al menos tres ángulos o líneas; mientras que la mónada es en potencia.8

La díada es claramente sin forma, porque la secuencia indefinida de los polígonos surge de modo actual a partir de la triangularidad y la tríada, mientras que, como resultado de la mónada, todas las cosas están juntas en potencia, y que no hay figura rectilínea que consista en dos líneas rectas o dos ángulos. Así pues todo lo que es indefinido y sin forma pertenece a la díada sola.

También resulta ser "indefinidad" por ser diferencia, y la diferencia comienza por ser en contra del 1 y se extiende indefinidamente. Y puede describirse como productora de indefinidad porque la primera manifestación de la longitud o de la extensión está en la díada, basada en la mónada como punto, y la longitud es tanto indefinidamente divisible como indefinidamente extensible. Además, la naturaleza de la desigualdad procede en una indefinida secuencia cuya fuente es la díada en oposición a la mónada. Pues la distinción primera entre ambas es que una es más grande y la otra más pequeña.
La díada no es número, ni par, porque no es actual; al menos, todo número es divisible tanto en partes iguales como desiguales, pero sólo la díada no puede ser dividida en partes desiguales; y también, cuando se la divide en partes iguales, es completamente oscuro a qué clase pertenecen esas partes, pues es como una fuente.9

A la díada, dicen, se la llama también "Erato"; pues habiendo atraído por medio del amor el avance de la mónada como forma, genera los demás resultados, comenzando por la tríada y la tétrada.10
Aparte de la tenacidad misma, piensan que, por haber sido la primera en haber sufrido la separación, merece ser llamada "angustia", "aguante" y "penalidad".11
De la división en dos, la llaman "justicia" (como si dijéramos "dicotomía"),12 y le dicen "Isis", no sólo porque el producto de su multiplicación es igual al resultado de su adición, como dijimos,13 sino también porque sólo ella no admite la división en partes desiguales.
Y la llaman "Naturaleza", pues es un movimiento hacia el ser y, por así decir, una suerte de llegando-a-ser y una extensión a partir de una semilla principio;14 y por eso es llamada así, porque el movimiento desde una cosa a otra es a semejanza de la díada.
Algunos, sin embargo, equivocados a causa de los números que son ya efectivamente contables y secundarios, nos enseñan a considerar la díada como un sistema de dos mónadas, del que resultaría que una vez disuelto revertiría en esas mismas mónadas. Pero si la díada es un sistema de mónadas,15 entonces estas mónadas son generadas previamente; y si la mónada es la mitad de la díada, la existencia de la díada le es necesariamente anterior. Si deben conservarse sus mutuas relaciones, ellas necesariamente coexisten, porque doble es dos veces lo que es mitad, y una mitad es mitad de lo que es doble, y éstos no son ni anterior ni posterior, porque generan y son generados lo uno por lo otro y destruyen y son destruidos uno por otro.

También la llaman "Diometor", la madre de Zeus (decían que la mónada era "Zeus"), y "Rhea", por su flujo y extensión,16 que son propiedades tanto de la díada como de la Naturaleza, la cual en todos los aspectos está viniendo a ser. Y dicen que el nombre "díada" es apropiado para la luna, tanto porque admite más configuraciones que cualquier otro de los planetas,17 como porque se reduce a la mitad o se divide en dos: pues se dice de ella que está cortada por la mitad o en dos.


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